¿Qué tiene esto de trascendente, fuera de revelar que el siútico de Yours Truly todavía se despierta abriendo el Times en línea? No mucho, de buenas a primeras. Lo interesante es el trasfondo.
Porque Spitzer hizo su carrera como el fiscal de la decencia. Arrasando Wall Street con acusaciones de "traición a la confianza pública" y un aire moralista que se condecía perfectamente con la imagen de niño perfectito de straight A's (puros 7s) salido de Princeton, con título de abogado de Harvard.
Pero en algún momento, este intenso individuo (que no contento con declararse una locomotora se declaró "a fuckin' steamroller" al asumir como gobernador) se vió consumido en su intensidad. Desprovisto de mesura alguna, Eliot Spitzer comenzó a acumular enemigos casi por entretención, con esa confianza que sólo tienen los que se juran imparables. Amigos y detractores por igual se asombraban de la vehemencia de su actuar.
Y hace poco en una entrevista dejó escapar un "no tengo las condiciones naturales para este trabajo".
Y ahora lo han filmado reservando una pieza de hotel para él y una señorita de esas que te tratan de tú y fuman como locas.
Y sólo queda imaginarnos cómo sus detractores ya hacen fila para comtemplar su caída y quizás pegarle un par de patadas en el suelo. Y todos aquellos a los que amenazó con aplastar se regocijan. Y aquél periodista a quien acusó de estar incitando una guerra por criticar uno de sus casos como fiscal probablemente esté un poco más tranquilo.
Y yo no puedo dejar de pensar cómo la vida a veces es una tragedia griega. Y estoy seguro que hay más de alguien en el mundo escribiendo ya el guión de esta historia, por encargo de más de una productora.
-toda la información proviene del NYTimes
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