lunes, 30 de agosto de 2010

Not even in the face of Armageddon.

Como lo decía el señor Kovacs en Watchmen.

Never compromise, not even...

Un poco así. Nunca pares de escribir, ni siquiera cuando las cosas se ponen así de cansadoras y escribir en el blog se vuelve más bien la única salida del día en vez de el ejercicio de precalentamiento que debería ser.

Días profundamente cansadores por acá. Acalorados también. Días llenos de observaciones, de la segunda mirada al shock cultural. De hablar el más chileno de los españoles con Jo y con nadie más. (Pablo y Javiera coming soon, detalles más adelante). De buscar medio infructuosamente dónde quedarme e inscribir ramos. Días sin cámara y por qué es que a la gente nada parece importarle más que las fotos. Esa forma de autocompletar mentalmente el paisaje hasta decir "¡Qué bonito!" Y lo bonito que suele serlo más por extraño que otra cosa. Aunque DC es bien bonito. Y no tan extraño.

LAS ESTATUAS.

Bien impresionante es que el Ghandi, el prócer griego y otros célebres más tengan estatua de cuerpo entero por acá. Me hizo pensar como en Chile parece gustar tanto el busto como forma estatuesca. Con la excepción de los muchachos de a caballo (guiados por ese particular protocolo que dicta que la posición de las patas del equino es representación directa de la muerte del homenajeado) Santiago está plagada de bustos en plazas y parques...era una reflexión que sostuve hasta que pasé por la embajada de Chile, donde figura el busto de Bernardo O'Higgins. Un país falto de perspectiva, un país que se enfoca en detalles. Y eso que los verdaderos detalles siempre vienen más adelante.

Por twitter alguien dice que María Joaquina, de Carrusel, era el amor platónico de todo niño ochentero. A mí me gustaba Meche, de Señorita Maestra, que es de esos personajes que no encontró traducción al mexicano. Eso habla mucho del tipo de pervertido que soy. O al menos del tipo de mujer que me gusta.

El párrafo anterior es una clara alerta para irme a dormir. Hora de cerrar ventanas y descansar la vista.
Recuerde, eso sí, nunca deje de escribir, ni siquiera...

sábado, 28 de agosto de 2010

Segundo, Tercer y Cuarto Día

El lugar común de estos primeros posteos será, sin duda, "se me caen los ojos del sueño". Ha sido un largo día, o quizás varios comprimidos. O varios largos días comprimidos en un solo largo y comprimido día.
Desperté con la mudanza. Sí, otra mudanza, la cuarta en el año calendario, la quinta en menos de un año. Kait y Kyle se cambian y ahí figuraba yo, durmiendo en el sillón (que es, en efecto, enorme y nado en el). El mismo sillón desde donde escribo ahora, sólo que algo más al Norte de lo que amanecí.

Tras despertar y armado con el celular de Kait salí con destino a mi nueva casa de estudios. Metro y bus combinatorio y listo. En el campus mismo me encontré con Jo, lo que dio pie a lejos la mejor tanda del día. Con Jo como guía fui a sacarme mi foto/recibir mi credencial (salgo bien, créame, tal cosa es posible) y luego a hacer trámites varios como retirar mi tarjeta de crédito, entregar los certificados que me faltaban, inscribirme para ser tutor de español, intentar encontrar compañero de pieza, y así. Todo impecable.
El campus es muy muy lindo, pero no lo aprecie del todo, recorrí sólo una porción y venía todavía con el shock de a) encontrarme con Joey y b), sobretodo b) el ominoso metro de DC.

Desde su entrada, en la mayoría de las estaciones en que anduve, el metro de DC se ofrece al espectador como una mezcla entre el Gran Cañón de Robotech y el Colisionador de Hadrones de la Haya. Enormes descensos tubulares de concreto con una iluminación propia de la ciencia ficción de décadas pasadas dan la bienvenida a un túnel mitad cripta mitad Destructor Imperial. De lo más oprimente, la verdad. Lo bueno es que uno sale a una ciudad linda, llena de áreas verdes y donde, en el sector central, se conserva la arquitectura histórica, produciendo una extraña mezcla de modernidad con tradición. 'Ta bueno DC.

Con Jo anduvimos comiendo hambureguesas, después fuimos a Barnes&Noble y luego me acompañó a Big Planet Comics que quedaba cerca. Todo muy lindo, descanso en un jardín interior en pleno centro incluido. Ella se fue a su casa y yo me quedé abrumado de tanto comic junto, como me suele pasar. Después volví al departamento antiguo, ayudé a mover muebles y cargar el camión arrendando para la ocasión y nos vinimos para acá.

Esas últimas dos líneas ocuparon cinco horas más o menos.

Se me cierran los ojos.

¿Le conté que lo primero que ví en televisión americana fue, en el aeropuerto de Miami, The Situation Room en CNN, donde hablaban del drama de los mineros atrapados?

¿O que el boleto de metro de DC tiene una pareja de tiernos pandas? (Nota mental : ir al zoo en cuanto tenga un dispositivo de captura de imagen)

¿O que en la biblioteca saqué un libro compilando en facsímil las historias de Holmes en The Strand, con las ilustraciones originales, que son las mismas que tenía mi versión de Las Memorias de Sherlock Holmes?

Sea como sea, nuevamente, los detalles quedarán para más adelante. Los ciervos viven en el bosquecito detrás del departamento antiguo. Aquí la fauna no es tan imponente. Pero hay piscina.

No llego al domingo sin un chapuzón.

viernes, 27 de agosto de 2010

Primeras Aproximaciones.

Llegué.

A una casa en cajas y maletas, pero llegué. Kait se cambia mañana y esta es mi primeriúnica noche en DC como tal. Mañana es en Maryland la cosa, vamos a ver como sale todo. Mañana es día de ochenta y siete mil trámites, pero va a ser entretenido. Escribo en pijama de verano, ventilador andando, habiéndome sacado abrigo, chaqueta y botas. Se me cierran los ojos, un poquito, pero no quiero irme a dormir sin escribir. Así, mañana sólo le apuntaré en esta dirección cuando usted tenga dudas.

EN EL CAPÍTULO ANTERIOR... yo figuraba en Panama, con Van Halen cantando y todo eso. Después vino el caótico Miami, donde aterricé, pasé por la siempre-antipática inmigración norteamericana (los controles y cateos, más que otra cosa, el oficial de inmigración como tal no podía ser más simpático). Una vez re-chequeadas mis maletas, tuve que dirigirme a otro sector del aeropuerto, de donde saldría mi vuelo a Washington, experiencia que me forzó a salir al exterior y estar a punto de morir vaporizado por el calor húmedo de Florida...lo que venía agravado por ESE dolor de cabeza.

El infernal dolor de cabeza, que hizo su primera aparición en este blog aquí, después de no dormir por una noche y sentir el cerebro medio licuado por las presiones y despresurizaciones del aterrizaje y despegue. Atacó cuando menos lo pensaba, atacó cuando ya había despegado, aterrizado y vuelto a  despegar. No fue tan serio como la primera vez, o como la segunda en Buenos Aires, pero aún así, estuvo molestosita la cosa. Más aún cuando mi tercer y último vuelo me tenía sentado delante de los niños de Satán, que jugaban UNO y se peleaban por ver películas a grito pelado en inglés y español. Afortundamente uno de ellos tuvo el buen juicio de pedir que su madre les pusiera "Star Wars Six", que es como los pequeños llaman al Regreso del Jedi y fin del asunto. Lástima que fuera promediando la mitad del vuelo, ni siquiera alcanzaron a salir los ewoks.

Llegué a DC y mis maletas llegaron en el vuelo siguiente. Como no tengo la menor idea de cómo va a ser mi día mañana, preferí esperarlas que pedir que me las mandaran a casa, mal que mal ni siquiera sé dónde queda "casa" mañana.

Interrogantes varias y a mi el dolor de cabeza infernal y el viaje odiseico no me dejan mucho más por decir...
           ....esta noche al menos, habrá detalles más adelante. Incluyen ciervos, teléfonos públicos, y mi escaso entendimiento de esta, mi nueva ciudad.

jueves, 26 de agosto de 2010

¿Empeeeezaaaaamooooos?

Es bien sabido, nada de lo que uno pueda predecir o intuir teóricamente sustituye a la experiencia misma. Aquél colectivo de individuos que responde al nombre de "La Gente" me preguntaba cómo me sentía antes de viajar, si acaso tenía nervios o pena o entusiasmo o algo. Extrañamente, nadie preguntaba si las tenía todas juntas. Asumiremos que la pregunta denota que arista de la experiencia le parece particularmente más cercana al inquisidor.
Yo mismo me preguntaba si continuaría con esta serie de crónicas a las que le dicen blog. Todavía sigo sin estar tan convencido, pero aquí me ve, de pasajero en tránsito, tumbado en el piso del aeropuerto de Ciudad de Panamá, tipeando. Las respectivas redes sociales abiertas en las otras ventanas, el aprovechamiento de la gratuidad wi-fi para seguir bajando los capítulos del noveno Doctor Who. 

El viaje comenzó de lo más bien. No llegué ni tan tarde al aeropuerto en Santiago y sí llegué los cinco minutos precisos antes de que llegara un fardo de gente de esa que viaja en grupos y conversa harto y les cuenta su vida a todos. Yo me refugié un poco en mi copia de Historia Argentina de Fresán y evité ser consultado, pero me tocó esperar junto a una chica colombiana que viajaba con su hijo y ver como un séquito de cinco individuos deseosos de congraciarse con la madre de la criatura le hablaban y hablaban y hacían todo tipo de preguntas. De pronto la cosa degeneró en fútbol y le preguntaron de qué equipo era hincha, a lo que el niño no demoró en responder

- Aquí me gusta la U.

Y yo creo que ya tenía el puño en alto (a espaldas de la conversación como estaba) cuando otro de los individuos dijo "aaah, ahí estamos mal". 

En la cola antes de abordar venía detrás de una pareja. Un hombre y una mujer, de entre 26 y 32, aparentemente compañeros de trabajo o profesión, a él le gustaba harto a ella y ella tenía la disposición a dejarse convencer. Curiosa y afortunadamente (considerando lo menuda que era ella) terminaron siendo mis compañeros de avión. Ella me conversaba cada tanto, pero de cualquier cosa menos su vida, él intentaba que ella le prestara un poco más de atención. Yo seguía leyendo a Fresán y cada tanto le respondía a la muchacha, que se anotó treinta y siete mil puntos al sacar su celular, exhibiendo la foto de una bandera de la Gloriosa Universidad de Chile como fondo de pantalla. De ahí fuimos más amigos y nos despedimos cómo se debe. Los acabo de ver pasar con rumbo a una puerta X, porque curiosamente me dijeron que combinaban pero no adónde. 

El acercamiento a Ciudad de Panamá al amanecer fue de lo más bonito. Una vez atravesada la capa nubosa sobre la que volábamos, el lado Pacífico del Canal se dejó ver, con cargueros por montón adornando la bahía. Las pequeñas islas con caseríos (o villas de inmensa riqueza, difícil precisar desde tan alto) dieron pasó a una costanera de edificios altos, modernos, con una sútil dedicatoria a la estética Blade Runner. Después vino la ciudad real, los conjuntos habitacionales de fabricación en serie, todo rodeado de la vegetación inmensa. Después el aterrizaje y mis caminatas en busca de información. Una hora menos que en Chile y ya es hora de que me ponga a hacer trámites bancarios en lontananza. También es hora de que desayune como la gente. El del avión fue, bueno desayuno de avión. También es hora que decida si acaso voy a dormir o comer o que. Y es hora de pasear. Aparte, la deliciosa música de fondo con música de órgano hammond tocando música autóctona ha dado paso a versiones muzak de "I can't live" o Ken Lee o algo así.


Empezamos.

domingo, 22 de agosto de 2010

Seremos, tú y yo, algún día, uno entre Otra Gente.

La Tierra y la Luna, vistas desde la sonda Messenger camino a Mercurio, hace unos tres meses.
¿En qué estaba usted en Mayo?

viernes, 20 de agosto de 2010

El Tour y Las Entradas.

Habiendo comprobado una y otra vez que eso de organizar eventos masivos no es lo mío, en esta encarnación del viaje-por-un-buen-rato en vez de hacer una despedida opté por el modelo del Tour. Como Bowie que hacía un tour de despedida cada diez años o como los Ultimate X-Men de Mark Millar (al menos esos eran los referentes hace todo ese tiempo).

Ha sido grato. Ha sido largo. Ha tenido las paradas más extrañas y bien pocas de las esperables. Se supone que los pesos pesados vienen al final. El Martes veré mi último partido del León con el cuarteto clásico de amigos del colegio, lo que además será una primera vez: en nuestros más de catorce años establecidos como cuarteto clásico no hemos visto Nunca un partido de la U los cuatro juntos. Hemos hecho todas las combinatorias posibles eso sí. Entremedio me re-encuentro con mis compañeros de generación. Hoy la vi a Maddy, ayer a Mirta.

Pareciera que los círculos se cerraran concéntricamente, pareciera que la vida tiene un centro establecido o al menos unas órbitas elípticas bien definidas.


Son ilusiones todas, claro está.

Me va quedando hacer maletas, pagar la universidad y encontrar departamento. No es tanto ¿ah? Lo que sí, estaría bueno ir diciéndole a Tagarelli cuando es que llego, para tener el mínimo de esperanzas de ser pasado a buscar al aeropuerto.

Pero desvarío.

Curioso es que un tour de despedida termine siendo más un tour de re-encuentro que otra cosa.

Y AHORA EL DESATORO CULTURAL PERSONAL DEL DÍA -
LAS ENTRADAS.


Sucede que el nuestro es un país pequeñito. Sucede que está por cumplir algo así como doscientos años de vida independiente (¿?) Como es un país pequeñito, el tiempo apenas lo toca y hay alguna gente que espera hoy, como hace cien años, como hace ciento cincuenta años, que sucedan cosas como un perdón eclesiástico a los criminales. En general, el nuestro sigue siendo un país colonial. La gente sigue buscando distinguirse por las cosas que tiene, el clasismo es nuestro prejuicio favorito, y así. Existe por ende todavía ese aire de "el circo viene al pueblo" cada vez que se organiza un espectáculo de nivel internacional. Como con los pueblos más pequeños, el evento masivo se vuelve una suerte de marcador que identifica y provee de un cierto status (¿?) a los que van, separándolos de los que no van. La posibilidad de que a un miembro de la comunidad pueda no gustarle la idea de ir a un concierto no es considerada sino como la más subalterna de las opciones. Hasta aquí todo más o menos como siempre.

El problema, o mi problema al menos, comienza con las declaraciones públicas, vía la red social o sistema de intercambio de mensajes de su elección, del corte: TENGO MI ENTRADA EN LA MANO!!!!! o ¡VOY AL CONCIERTO DE BROKEN SOCIAL SCENE!!! o ¡¡CANCHA VIP PARA SEX BOB-OMB!!!, y así. Cabe destacar que el único anuncio que refiere a la localidad precisa es, inequívocamente, el de cancha vip. Cualquier otra localidad suele venir precedida de un "vendo". Hay días en que lo entiendo, hay gente que conozco y en verdad lleva años esperando por la venida de Bon Jovi o Radiohead ([El Autor] de este blog entre otros), pero hay un exceso de emoción histérica que me desborda nomás. Cuando U2 viene por cuarta vez o los gestos de felicidad empiezan (y no paran en ninguno de los) cinco meses antes del concierto, uno no puede sino alzar la vista al cielo y preguntarse

¿No. Será... Muuucho?

Porque la verdad es que de un tiempo a esta parte (de unos cinco o seis años a esta parte) y fomentado ciertamente por el colapso de la industria discográfica a manos de las descargas ilegales, colapso que ha conseguido reinsertar el valor comercial del concierto como experiencia y como la nueva mejor forma de hacer caja para muchos artistas, Chile ha dejado de ser un destino de cuarta, propio del hermano de John Travolta y similares. Se sabe, en el país se suele vender la entrada más cara del continente y si bien no se puede llenar dos o tres estadios, las cosas se compensan y las bandas o solistas que apuntan a tocar ante seis o siete mil personas la tienen echa. Hoy me enteré que canceló The Sounds ¿THE SOUNDS?? El grupito ese cuyo mayor éxito fue.... ¿Cantar Seven Days a Week en un FIFA? Da igual, pero tenían planes de pasar por aquí este año, como sí lo harán Smashing Pumpkins, Rush, Scorpions, Bon Jovi, Incubus, Lauryn Hill(!), Lionel Richie(!!), Black Eyed Peas, Regina Spektor, Stryper(Honestly? !!!!), Claudio Baglioni (!!!!!), Yanni (!!!!!), Linkin Park, Dave Matthews Band, Green Day, Air, Pixies* y así y así. Si a usted no le gusta ninguno de los mencionados anteriormente, probablemente sea sordo. O le guste Fito Paez, El Otro Yo, o alguno de la horda de reggeatoneros a por venir. Entonces, la sobrereacción, propia de aquél abandonado, que creyó que moría sin ver a sus ídolos (justificado sólo si "sus ídolos" eran Stryper o Baglioni, mal que mal...) es bien molesta, la verdad y propia de país chico. Lo que estaría muy bien si no tuviéramos por otro lado el discurso del país grande.
Al final del día quedamos como el país histérico.


O será que lo que me molesta son todas esas mayúsculas...


La mención a Broken Social Scene arriba no era gratuita. El himno emo del día es Anthems for a Seventeen Year Old Girl. Ahí os va:



*En la pequeña 'investigación' para esta nota, [El Autor] descubrió que el 30 de Septiembre se presenta Michael Bradley (!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!) en el Teatro Nescafé de las Artes. Michael Bradley, niños y niñas, tiene como único mérito para la fama el haber sido la voz que cantaba las canciones de Yellow Lancer en la tercera generación de su serie favorita, Robotech. Así de brutal. Ahora sí: un, dos, tres (!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!).

jueves, 12 de agosto de 2010

Brindando.

No era ni tan tarde cuando regresé a casa. Ahora es tarde, sí.
No me da para mucho más que para contarle que esas cosas del copyright me impiden dejarle un video con una buena versión de "We Raise the Dead" de Phantom Planet, así es que le dejo the next best thing.



Hoy fue el primer brindis por el viaje.
Y por primera vez en la historia de mis brindis colectivos, me gustó.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Semi-listos.

Algo pasó hoy día.

O quizás anoche, mientras dormía. Es difícil percatarse de los cambios sino hasta que toman efecto o hasta que uno puede verse reflejado en la superficie adecuada. Uno de mis momentos favoritos de The Dark Knight Returns es cuando el sexagenario Bruce Wayne se sorprende de haberse afeitado sin darse cuenta, sabiéndose listo para regresar a hacerlas de Batman, y sólo se percata porque Alfred le pregunta qué le pasó a la barba. A veces todo lo que se necesita es el espejo correcto.

Tomábamos café hoy. Le digo:

- Quiero irme, ya.

Y me mira sorprendida, abre aún más sus ojos inmensos, un poco aletargados de resfrío y yo mismo siento que la sorpresa de ella se refleja en mí. Estoy sorprendido de su sorpresa y de mi sorpresa y de mi declaración también. Nada de eso me impide seguir:

- Siento que ya tomé las distancias, que me he despegado y desapegado. Ya no me queda nada por hacer acá.

Y la sorpresa seguía siendo mutua. Quizás menos en ella. Me quedé pensando.

Cuando nos despedimos, caminé por poco más de una hora antes de llegar a casa. Caminé con la mente en blanco, así con minúsculas. Después tocó el timbre un funesto dolor de cabeza. Pasó sin que le abriera realmente la puerta y me mandó a dormir, en un vano intento de aplacarlo.

Se empezó a ir mientras escribía las primeras líneas de este post. Todavía está arreglando sus cosas y haciendo gestos exagerados con cara de "no me quiero ir, pero ya que me echas", así es que no me confío.



Empecé, sin darme cuenta, a escribir correos largos y con tono calmo, medio de despedida. Esté atento a su correo electrónico, puede recibir cartasdeleoarrobagmail.com en cualquier minuto. Se siente bien. No tengo tantas ganas de despedirme de la gente viéndola como diciéndole cosas así, bien escritas. O al menos yo creo que están bien escritas. Es bueno cerrar los ciclos.

Aquí vamos.


Y si usted alguna vez de aquí a diez años más a la fecha me da el referente de la foto de arriba, yo haré, feliz, absolutamente todo lo que usted quiera por un día completo. La oferta expira el 11 de Agosto de 2020.

martes, 10 de agosto de 2010

NUEVAS CARTAS A OTRA GENTE (de otra gente).

El poder de la escritura y su inextríncable relación con la magia en tanto forma de producir cambios en el universo percibible es y será siempre tema para un espacio mejor dispuesto que este. Pero bástese con decir que ni bien hube posteado mi reciente incapacidad para escribir, las buenas y queridas ideas se dieron por enteradas y acudieron a la cita. Detalles más adelante, cuando las páginas estén más escritas y la tinta menos fresquita.

MIENTRAS TANTO...

Mientras tanto un sitio maravilloso. Letters of note, que publica cartas de individuos excepcionales o escritas bajo circunstancias excepcionales o todas las anteriores. Adjunta a su forma original viene una transcripción para los casos en que la grafía o la calidad del papel o el mero paso del tiempo o todas las anteriores hacen medio compleja la lectura.

Algunos botones de muestra:

El joven David Bowie responde a la primera carta de una admiradora yankee por allá por el 67. "I hope to one day get to America" escribía el prócer, contándole a la chica además que ya tiene un fan club en Inglaterra, pero quién sabe, si la cosa anda bien, quizás algún día haya uno por allá.

Arthur C. Clarke (¡Niños!¡El autor de 2001!!), que ya el año 45 había anticipado la difusión de ondas de radio satelital, describe el 56 la posibilidad de poner satélites en órbita que permitan mediante un sistema de triangulación de datos crear un sistema de posicionamiento global "del tamaño de un reloj" para que cualquier persona pueda ubicarse en sus coordenadas precisas en cualquier parte del mundo. De esos que ahora se ven hasta en los taxis.

Un muy singular coleccionista de memorabilia de Lennon intenta recuperar su copia del Double Fantasy que él mismo Lennon le firmó por allá por Diciembre del 80...Sí, más o menos el 8 de Diciembre. Sí, ese mismo coleccionista.

En la que es mi favorita personal, Iggy Pop se demora nueve meses en responderle a una fan para darle su apoyo en tiempos difíciles. La carta llega precisamente el día en que ella y su familia tienen que dejar su casa a la fuerza, cargados de deudas como están...

Y como aquí nos encanta la autoreferencia, cerremos el día con un telegrama de Marlon Brando a su amigo personal Michael Jackson, a propósito de la serie de conciertos de reunión que los hermanitos hicieron el 84


DICE ASÍ:
DEAR MICHAEL.  THINKING OF YOU THIS EVENING. PLEASE TRY NOT TO MAKE AN ASS OF YOURSELF AND PLEASE FOR GOD'S SAKE DON'T FALL INTO THE ORCHESTRA PIT.
MARLON BRANDO.


¿La autoreferencia? La gira de los hermanitos Jackson constó de 55 conciertos.
True Story.

domingo, 8 de agosto de 2010

NUEVAS CARTAS A LEO.

Sepa usted que el más reciente en mi línea de correos electrónicos es 

lv85[arroba]georgetown.edu 

Me puede escribir ahí y contar de su vida o sencillamente pedirme favores de todo índole y corte. El correo electrónico por alguna razón parece ser el medio favorito de la gente que pide favores (el chat es el segundo, quite surprisingly). La buena gente de Georgetown ha tenido la delicadez de asignarme una dirección con un número similar al que me corresponde. Considerando que cumpliré mis treinta como su alumno, declararemos dicha dirección mi E-mail Oficial de Edición Limitada Conmemorativa de los Treinta Años. Cincuenta y cinco más treinta y todo eso.

Váyase a dormir con la simpleza estética de este poster diseñado por los francesitos de Karma Orange. El décimo es mi doctor. Casi siempre.



Allons-y!

Reportándose

Así, convocado por la necesidad de no dejar de lado la práctica escritural, escribiendo un poco con el envión de la resaca que es no poder escribir día a día. No porque falte tiempo ni haya muchas cosas que hacer y mucha gente que ver  y todo eso. Lo hay y las hay y las hay en mayor o menor grado, pero de alguna forma la escritura no está resultando. Hemos sostenido algunas sesiones de terapia con Otra Torre, pero la verdad es que la cosa no está cuajando... período de cambios varios. Estoy asentado en la que será mi última residencia en Chile por los próximos dos años...y es en Ñuñoa el lugar donde, francamente, me gustaría venir a morir en unos ¿por qué no? cincuenta y cinco años más. Desde mi ventana veo el edificio donde comencé este año y al mirarlo el tiempoespacio se curva con un chanfle impresionante, dejándome en claro que todo lo que pasó en estos últimos tres años sencillamente no pudo haber pasado en tres años nomás. Quizás en cinco. Volver a Chile, comprometerme, deshacer el compromiso, hacer todas esas clases, redactar esos discursos, vivir con Katty, dejar de vivir con Katty, hacerme de amigos, deshacerme de amigos, reencontrarme con Joey, bailar, comer y tomar tanto; armar una, dos casas; cambiarme una, dos, tres, cuatro, cinco veces; postular y quedar; trabajar como parte del plan; y esa, esa misma y estremedora realización que se plasma en el octosílabo que nunca llegué a usar para el curso con Domingo, hace ya ocho años...

Era todo parte del plan

Bueno, no todo. Así como en estricto rigor la frase de arriba tiene nueve sílabas para fines del conteo métrico poético, me esperaba una gran sorpresa. Pero aún así. Incluso las sorpresas fueron empujando el plan, permitiendo que las cosas pasaran. Yo que me bajé de un avión diciendo que iba a pasar un par de años trabajando, para "descansar un poco de la academia, vivir otras cosas, tener experiencias más prácticas antes de volver" y que por momentos sufrí creyendo que me iba a quedar atorado en esta esquizofrénica suerte de sabático; terminé haciendo todo lo que dije que iba a hacer.


No es que importe, realmente. Al final del día, por más que uno se trace metas de antemano, son las emociones, las pequeñas victorias, los inmensos miedos a precipicios diminutos, los que agitan el alma, dándole a uno la impresión de que el tiempo transcurre y de que sí, esto está pasando.


Lo gracioso es que el plan para los próximos años todavía no lo tengo listo.

Puede ser a dos, a cinco, a siete años plazo. Puede ser a menos, puede ser por etapas. Puede ser solo de soledad absoluta o con la mejor compañía de esta Tierra. Pareciera ser que la nueva era requerirá de un set absolutamente nuevo y expandido de personalidades múltiples. Quién sabe.

¿Cómo era que decían?


Ah, sí. Detalles más adelante.