domingo, 27 de febrero de 2011

Billy, you're so far away from home.

Me voy al Norte Shigo. Es que es súper shigo. En medio del desierto donde aún no tengo garantizado una conexión a Internet estable. Como tal, lo dejo con una venia y una canción.



¡Nos vemos cuando nos vemos!

La otra canción del día es Flowers in the Window, de Travis, para Jo, a quién me gusta imaginar viéndola en Baked&Wired.

sábado, 26 de febrero de 2011

Desde los apuntes...

Llueve en el centro de Santiago. En la azotea de un edificio dos amigos de toda la vida conversan. Parece que uno está intentando convencer al otro de algo, el que intenta convencer fuma y parece que el que está siendo tentado subió a acompañarlo a fumar. 


Tras la pausa para exhalar, el que fuma, el convencedor, le dice:


- Algún día tus hijos van a tener una banda y van a tocar covers de todas esas canciones que te gustaban cuando eras adolescente. Y ahí te vas a ir a la chucha. Te vas a ir a la chucha porque te vas a dar cuenta que te fuiste a la chucha hace dieceiséis, diecisiete años. Viviste dos décadas corriendo en el aire como el Coyote después de que el Correcaminos lo ha dejado atrás. Y así, dejado atrás, vas a encontrar este momento, esta decisión; y vas a saber que te equivocaste y que esa debería ser tu banda y no debería ser un cover.

miércoles, 23 de febrero de 2011

ESA parte del ciclo.

En cosa de horas, para ser honesto de días, pero los días son horas compiladas ¿no?, partiré rumbo a la III Región del país a iniciar la más reciente de mis facetas profesionales. Voy a estar yendo y viniendo y desconozco a ciencia cierta cuál será la calidad de mis conexiones con el mundo virtual. Mi forma bidimensional teme, pero tampoco es taaan tremendo. La verdad es que es sólo ESA parte del ciclo, lo que, mi querido lector, básicamente significa que estoy y estaré aprovechando de probar algunas cosas en este humilde espacio.
Mañana: el pseudopodcast. Afírmese.


Hoy: Hoy fue un largo y buen día, mañana ídem. Estuve en una capacitación que estrujó mi talento para hacer varias cosas simultáneamente y luego fui a casa de Josita a verla a ella, ar Mati y al Lute con Flip que estaban por ahí. Hablamos de cosas de niños y de cosas de viejos sin poder encontrar el punto medio, o creando el punto medio en el balancín. Al menos con los anfitriones. Con Marconi nos proponemos organizar una fiesta por el puro gusto de la fiesta y espero que sea un éxito. Y espero estar aquí para poder ir.

LINKÓDROMO -

La Rolling Stone pone una linda serie de fotos con los Clash, quizás la mejor banda de rock de todos los tiempos. Este "quizás" no es como las propagandas de Colgate, la pasta "recomendada por odontólogos", sino es una forma cortés de cederle un espacio a la duda y a su favorita personal. Led Zeppelin podría serlo también, pero la verdad es que Led Zep siempre va a ser la banda más grande, más que la mejor. Es sabida la urticaria que me produce la Beatlemania, y a los Clash les debemos ese "Phoney Beatlemania has bitten the dust" en London Calling...

Amén



Y esto es lo que te pasa al meter tu cabeza en un acelerador de partículas. Toda la parafernalia de la ciencia ficción, incluido el súperresplandor, pero no mucho más. No está para andar metiendo la cabeza a propósito, en cualquier caso.


Y para los tecnopernitos, 22 herramientas para usar en redes sociales. Hmmm, me pregunto Quién podría usar algunas en los próximos días/semanas, aprovechando su estadía en el norte.


Es ESA parte del ciclo.



-Sólo para la anécdota, este post fue escrito en BlogPress para iPad y tomó exactamente lo que dura Sister Ray de los Velvet Underground en ser escrito. Microbaile incluído.

martes, 22 de febrero de 2011

Remando

Remar estos días ha sido sacar adelante Otra Torre se Levanta con vehículos submarinos y barcos remolque empujándola. Descubrir que secciones faltan por escribir y amputando trozos entero de historia. Al final de todo esto viene el momento en que va a haber que escribirlo TODO de nuevo y va a ser un nuevo todo, en efecto.

En otras noticias, tengo trabajo y mi trabajo me tendrá lejos de la Esquizofrénica Capital de mi país por la mayor parte de cada mes. Este blog tiene sus orígenes en el viaje, pero no creo que se vea muy beneficiado por mis nuevos movimientos.

Estamos recontracagados, me lo dijo una amiga que ya es Doctora en Filosofía y es en verdad una eminencia desde que la conozco, hará ya unos doce años. Esto a propósito de lo distópico del mundo de hoy y lo trastocado que está todo. Las desigualdades, las injusticias, los conformismos y las formas tristes en que unos levantan apenas la voz mientras otros, caras de raja, se llevan el mundo puesto. A mí al menos me gustaría que estuviéramos en una distopia tal y declarada y nos diéramos cuenta. Es mejor eso que esperar la distopia. Mejor es, siempre, la mañana siguiente.

Esto a propósito del festival de Viña, centro gravitacional de la opinología nacional, que en sus movimientos mezquinos, rastreros, comentarios de pretensión y esnobismo en una caja de fósforos me hacen suspirar y decir, por lo bajo "estamos recontracagados".

Pero no, estamos igual que siempre.
Ahora nos estamos filmando y estamos expresándonos a lo que salga nomás. Hay que estar atentos con eso nada más.



Es, después de todo, la sociedad del espectáculo.

sábado, 19 de febrero de 2011

La marca de las 4000.

En toda actividad de esta vida, y la verdad es que en la vida misma suele haber un punto en el que la partida se ve demasiado lejos para volver y el destino tan incierto como confuso. Si usted alguna vez ja jugado al arco, es el punto en que el rival desborda y saca el centro y uno tiene que decidir si retroceder y disponerse a atajar un eventual cabezazo o dar un, dos pasos hacia adelante e intentar cortar el centro.
Si no ha jugado al arco piense que acaba de salir de la casa y descubre que se le quedó el chaleco. Puede hacer frío más tarde y usted puede necesitarlo, o puede ser una perdida de tiempo y espacio. Usted se queda paralizado a mitad de camino.

En una escala mayor de cosas, es ese punto en el que un mapa o un plan bien definido se vuelven realmente necesarios.

Escribiendo, me pasa, es el punto en que el contador de palabras llega a las 4000. De alguna forma nunca me encuentro escribiendo historias de 4001 palabras o de 5000, toda y cada una de las veces que paso la barrera de las cuatro mil palabras miro para atrás y ahí está el comienzo, suelo saber cuál es la última escena o la última frase pero no tengo la más mínima idea de cuanto falta para llegar ahí. Sí tengo claro que falta mucho.  Y que puedo llegar allá básicamente tomando cualquier camino posible.

Un poco como tener una buena salida de puerto con viento en popa y de repente encontrarse en medio del mar. La marea te puede llevar a algún lado o te puedes quedar ahí por siempre, hasta que el sol te reseque la piel y eventualmente te vuelvas una suerte de jamón serrano para las gaviotas.

La metáfora marina no es tan gratuita porque ya sea en la escritura, en un aspecto de la vida, o en la vida misma, la salida es, realmente, una sola:


Remar.


Botar los remos y empezar a bogar más despacio, más rápido, un poco cada día. Eventualmente se llega a algún lado. La posibilidad de volverse aperitivo para los carroñeros marinos sigue ahí, pero es un avance.


Eventualmente se rompe la marca de los cuatro mil y uno llega a algún lado. A la frase en cuestión o  un lugar completamente diferente. Pero el cansancio de haber remado y remado suele ser delicioso.

Sin video ni foto hoy. Jugué un buen primer partido de fútbol en mucho tiempo y espero poder recuperarme para continuar remando esta noche. Le envio mis parabienes querido lector, lea este post y Compruebe como su buena estrella brilla un 35% más esta noche. Si es de día, le aviso que lo que está allá arriba también es una estrella. Buenas Noches.



(ah, el consejo aquél de "remar y seguir remando" sirve para todo....menos para salir a cortar un centro)

viernes, 18 de febrero de 2011

Después de la desconexión.

De vuelta al intermundo, después de una semana de cumpleaños (en plural), cambio de proveedor de internet, días de desconexión planeada y días de desconexión forzada. Todo en una semana cualquiera de Febrero. Todo en la penúltima semana de Febrero de Dos Mil Once.

LO PROMETIDO ES DEUDA : La historia tras el cuento de Valentine's Day es más o menos sencilla. Estábamos en DC, tomando chocolate caliente con Jo hablando precisamente de los cuentos para el día. Sin entrar en demasiados detalles, en algún momento de la conversación le dije que si a mí me encargaran un cuento para el día trataría de hacerlo "lo más perno posible, un cuento con Godzilla y robots gigantes". Esto porque por esos días tenía bien fresca en la mente cosas como esta:
Y pasaron las semanas, me vine a Chile y un día me senté y cuarenta minutos después tenía un primer borrador muy, muy parecido a lo que usted leyó hace un par de días. Lo edité un poquito, limando las redundancias y agregando otras redundancias y listo. Me cae bien porque cuando lo leí no me encontré ni sorprendido de lo bueno que estaba a pesar mío, ni lo encontré horrible e infumable. A veces, el equilibrio es un triunfo; hay una disciplina circense que así lo comprueba.

EL REPORTE POPCULTURAL: Radiohead saca nuevo disco mañanahoy y la internerds ya lo está distribuyendo. El Guardian tiene un review que dice todo lo que yo siento, sólo que un poquito exacerbado. En efecto, al disco le falta punch, es más de lo mismo de un grupo que nos tenía ligeramente mal acostumbrados a no esperar más de lo mismo. Es un buen disco, que no quepan dudas de eso, y seguro que hay bandas que se pasan años y discografías completas sin sonar así de bien o hacer algo de interesante. El problema es que Radiohead se mide por sus propios estándares. Y ahí es dónde es un poco más de lo mismo. Si lo piensa como una addenda a In Rainbows, no queda nada mal. Vamos a volver a escucharlo y a ver qué pasa.

LA DEL DÍA: Podría haber sido Thom Yorke bailando al compás de Lotus Flower, pero la verdad es que no. Josh Ritter se despacha una canción bien digna del pasado día de los enamorados :

domingo, 13 de febrero de 2011

Bonus Track : Roll Credits

Lea el post anterior, tómese su tiempo, lea la historia con calma. Después vuelva acá, presione PLAY y haga rodar esos créditos mentales.

My Radioactive Valentine

El cumpleaños de [El Autor] de este humilde espacio coincide con El Día de los Enamorados. No solía ser así, pero los tiempos cambian. El cumpleaños de [El Autor] no, eso sí.


Como sea, este año, en vez de un post semi-reflexivo tenemos algo diferente. Una historia del día de San Valentín, casi. La historia y Origen Secreto en otro post, ahora con ustedes, la tentativamente llamada:



MY RADIOACTIVE VALENTINE.














La historia se ha vuelto ya un cliché. Primer día en una universidad (estadounidense, siempre) y el nuevo que llega a su dormitorio, descubre que hay un montón de cajas de alguien más y se apresta a conocer a su compañero de pieza. El nuevo, su cara aún cubierta con espinillas y aún con los movimientos de alguien que se equivocó en la mañana y se puso un cuerpo demasiado largo, tiene toda la expresión de un conejo antes del atropello inminente al constatar que su compañero de cuarto es en verdad una atractiva-pero-tierna alumna extranjera. La gente de admisiones en su ignorancia (estadounidense, siempre) se ha equivocado al leer el nombre de la chica y la han asignado a un dormitorio de hombres.

Es un cliché porque ha pasado. Nos pasó a nosotros.
Es un cliché porque las películas, los libros y las series los escribimos nosotros.

Once cincuenta y cuatro PM del trece de Febrero y escribo estas líneas en el silencio de la noche, para combatir el insomnio, para hacer algo productivo. También para acordarme. Mi señora se ha vuelto a dormir tras retozar y darse unas vueltas cuando prendí el computador. Me dijo un par de cosas que no recordará ni recordaré mañana en la mañana, nada particularmente gracioso o por lo que valga la pena despertarla, y se volvió a dormir. Mañana es el cumpleaños del menor de nuestros hijos. Qué mejor momento para escribir sobre el pasado, así escondido en la noche misma.

No, en verdad no. Cualquier momento es bueno para escribir sobre el pasado.

Cuando la conocí, Kimiko me lanzó una sonrisa tímida, se presentó y me dijo que pretendía averiguar cuánto tiempo iba a pasar hasta que la noticia se difundiera y el error se rectificara. Yo con suerte le dije mi nombre y me dediqué a acomodar mis maletas.

A sabiendas de que no iba a durar mucho, Kimiko no desempacó nada. O casi nada. Sacó algunos implementos básicos de supervivencia, un par de mudas de ropa, y una réplica de tamaño mediano de aquél lagarto radioactivo que los japoneses conocen como Gojira pero que al resto del mundo nos es más dado llamar Godzilla. Asumiendo a mis diecisiete años que para los japoneses una efigie de Godzilla sería el equivalente de una figura del papa para las señoras de mi perturbado país de origen, no hice ningún comentario. A mis diecisiete años, además, no sólo mi visión de mundo estaba así de torcida, sino que además tampoco dominaba muy bien ese arte de hablar con miembros activos del sexo opuesto, así es que preferí no agregar un perfecto balbuceo. Para qué, el ridículo podría esperar.

El ridículo no se demoró tanto en esperar y salió del bolso de Kimiko, que parecía haber sido elaborado por la misma compañía responsable del bolso del Gato Félix. El ridículo tenía forma de una extraña abeja multicolor de peluche, que Kimiko procedió a colgar de la lámpara que separaba las dos mitades de la pieza. "Para el ambiente" me dijo. Yo sonreí y pensé que ella era bien linda después de todo. Pero el peluche no se habría visto bien ni en la más pintada micro del Caribe. Le debo haber puesto cara de signo de interrogación, porque no tardó en apuntarlo y disponerse a cambiar el curso de mi vida con una palabra:

"Mothra"

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La Mothra, o Mothra a secas, resulta ser uno de los enemigos más clásicos de Godzilla. Al parecer incuba sus huevos en una isla cercana a Japón, o en una de esas islas que conforman el Japón y de ahí en más, como todo monstruo radioactivo gigante (porque Mothra no es una abeja multicolor, es una polilla gigante y estaba en perfecta escala con el Godzilla de Kimiko, todos esos años atrás) sigue su instinto natural y peregrina hacia Tokio devastando todo a su paso para ser finalmente repelida por Godzilla, ante la mirada atónita de miles de japoneses que ven como su temido lagarto se vuelve de pronto el protector de su ciudad.

Eso creo, al menos.

La verdad es que por años mi copia definitiva de Godzilla vs Mothra fue un VHS doblado al italiano que un compañero tuvo la cortesía de prestarme. La vi unas cinco veces y de ahí en más me negué a comprármela en un idioma que entendiera del todo. No resistiría verla con las voces originales, verla en buena calidad y con subtítulos impecables. Mi versión es y será siempre en una cinta que con los años no hizo más que estropearse y adquirir nuevos saltos y distorsiones de imagen y sonido.
Pero fue la cinta que vimos en nuestra primera cita.

Les tomó una semana y media a los encargados hacer todo el papeleo y llevarse definitivamente a Kimiko. En su lugar llegó Daniel, a quién le tomó la mitad de ese tiempo invitarla a salir, con la excusa/chiste del intercambio de papeles y de ahí en más nuestras vidas siguieron sus cursos. Llegado el segundo año los veía intermitentemente, pero orbitábamos de alguna forma uno tras el otro tras el otro. Daniel estaba bien encaminado hacia alguna ingeniería y Kimiko podría elegir la carrera que quisiera en las Ciencias Biológicas. Yo, como todos los que alguna vez han estudiado una carrera que tiene un idioma en el título, no tenía idea qué sería de mí en el futuro. Eso es lo lindo de dedicarse a las letras, el éxito y la limosna están ahí, equidistantes.

Eventualmente las cosas se empezaron a alinear, los proyectos se concretaron y alguna buena gente se atrevió a prestarnos a mi y a mis compañeros alguno que otro dinero para poder filmar alguna que otra cosa. La noche que terminamos de filmar nuestro primer proyecto pagado, nos fuimos a festejar con lo poco que teníamos y yo en mi euforia llamé a la muchacha con la que había querido salir desde más o menos una semana y media después de haber entrado a la universidad.
Cuando uno llama desde un bar de pésima muerte, rodeado por amigos que están real o psicosomáticamente ebrios, sabe que la respuesta al otro lado del teléfono va a significar sí o sí un contraste con la realidad visible. Pero da igual, una vez presionado el primer botón no hay vuelta atrás. En verdad sí la hay, pero todavía no conozco a nadie que haya tomado el teléfono, marcado un número y después se haya arrepentido.

Lo que me esperaba, al otro lado del teléfono, era un funeral.

No literalmente, claro está. No se había muerto nadie, ni me querían matar a mí por hacer ESTE tipo de llamadas a ESTA hora (era un jueves, su señoría, un jueves es casi un viernes), pero había un ambiente más sombrío de lo que uno se esperaría. Kimiko me respondió ligeramente evasiva, aún para sus estándares, y así fue como yo mismo me fui moviendo, evasiva tras evasiva, como bailando con las fintas de la voz al otro lado, alejándome del grupo, y terminé dejando a mis amigos un rato para salir a hablar al frío de Enero.
Llevaba dos semanas así, de funeral. Daniel había terminado con ella y le había entregado el pack completo empezando a salir de inmediato con una de esas rubias desopilantes. De esas que los medios se han encargado de hacernos creer que son tontas y que hacen que los peores y más estúpidos de los hombres caigan a sus pies rendidos al instante, dejando por lo general una buena chica atrás.

¿Dije ya que las películas y las series las escribimos nosotros?

Conversamos un rato, quedamos de vernos pronto. Me felicitó por mis logros y cortó. Me tomó un tiempo evaluar la situación y volver con mis amigos. Me encontraba milagrosamente sobrio.

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En esta vida existen una serie de instantes que vienen, se manifiestan en nuestras vidas y cambian todo de un plumazo. Por lo general es difícil percibirlos o anticiparlos, como es el caso de la súbita muerte de un familiar cercano o el darnos cuenta que el paracaídas NO se va a abrir, supongo. Otras veces, como cuando nace un hijo o encontramos el restaurant perfecto para ESA ocasión, es todo más controlado, aunque la emoción final termine siendo siempre desproporcionadamente intensa y sorpresiva. Quizás el momento definitorio que sí podemos, hasta cierto punto controlar, es el del primer beso. Ese que se sabe correspondido, pero ignora aún los ritmos del otro, ese que va a cambiar las cosas y puede terminar en el nacimiento del hijo o la expulsión del ya mencionado restaurant perfecto. Desde mis tremendamente tímidos principios me fascinó ese momento, ese suspenso delicioso. Y pecaría de mentiroso si no les dijera que quizás por prolongarlo mucho terminé negándome más de uno de esos besos. Pecaría de mentiroso si no les contara que he pecado de ganso.
Quizás el truco sea la anticipación, el momento de las voluntades condensadas y deseosas de saciarse y ansiosas de saberse prontas a la saciedad. De ser así, se entenderá mis nervioso nerviosismo, mi nerviosísimamente nervioso nerviosismo el día de mi primera cita con Kimiko. El hecho de que le llame "primera cita" ya debiera dar una buena impresión de mi nerviosismo. Después de haberme preguntado por nueve días si acaso Daniel se habría acostado con ella la primera vez que salieron (la gente cool sale, nosotros tenemos primeras citas) al punto de casi llegar a preguntarle directamente la vez que me lo encontré en la biblioteca, decidí bloquear cualquier tipo de noción semejante de mi cabeza y organicé un panorama más bien clásico, so pena de caer en lo trillado: Ciclo de cine en el centro, cena en el restaurant perfecto (o lo que mis estándares universitarios creían el restaurant perfecto - Y esta es la cuarta vez que lo menciono, lo sé, es el hambre a estas horas mucho me temo) y después, quizás, sólo quizás, una botella de vino blanco a temperatura perfecta nos esperaría de vuelta en mi pieza, que hacía un par de semestres que ya no era compartida y que no quedaba en aquella pieza donde dormimos "juntos" por una semana y media.

Por supuesto, esa tarde se dejó caer el vendaval de nieve, todo cerró antes de hora y terminó siendo un día de San Valentín con pizza recalentada y películas en video. La opulenta botella de vino decidió esconderse para no desentonar con el aire de fracaso que circundaba en la velada. Cuando le fui a ofrecer a Kimiko algo para tomar, me encontré una nota en el refrigerador que decía "Olvídalo". Firmaba, la botella de vino blanco a temperatura perfecta.

Cuando volví con las cervezas, Kimiko había encontrado y puesto el VHS en italiano, idioma del que ella entendía menos que yo, pero que para el caso daba lo mismo. Se sabía la película de memoria.
Quizás fue la cerveza o el espíritu de frustración que tenía la noche o mi naciente convencimiento de que nunca más la iba a ver tan linda como en ese momento, pero algo me hizo empezar a contarle la historia, la verdadera historia y origen secreto de esa cinta. Mi interés por encontrar información en una era preinternet sobre un monstruo japonés, mi acabado conocimiento sobre la materia ahora y el acoso al que había sometido a mi compañero para conseguir esa cinta; todos elementos concatenados a la patética y triste realidad: quería tener algo para conversar con ella. Algo que no fuera tan simple, que fuera un genuino punto de encuentro.
Se rió de lo paradójico que es forzar un genuino punto de encuentro y me pareció ver mi reflejo en la botella pasar del rojo al ultravioleta. Farfullé algún tipo de respuesta y lo siguiente que supe fue una oscuridad profunda, la tibieza de sus labios y ese extraño brinco en el corazón que dice sí, esto está pasando. En el mismo gesto con el que dejé mi botella sobre la mesa terminé empujándonos al piso. Nos reímos y antes de que esa, la mejor oscuridad de todas volviera, escuché nítido en el fondo, palabras más dulces que toda la obra del Dante:

¡Godzilla sta attaccando Mothra!

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Y el resto es historia. O quizás no tanto. Es otra historia, ciertamente. Los años que siguieron, salir de la universidad, encontrar un lugar en el mundo. Descubrir que ni el éxito ni la limosna estaban tan cerca y experienciar un poco de ambas. Escribir todas esas historias y verlas llevadas a los distintos medios. Historias de mutantes, robots gigantes, criaturas radioactivas, romances universitarios y errores administrativos. Si no hubiéramos sido nosotros, a alguien más se le habrían ocurrido, qué duda puede llegar a caber; tuvimos al menos la suerte de haber estado ahí en el momento justo para aprovechar la oportunidad que se nos presentó. Kimiko tenía un mundo de referencias y toda la sapiencia en biología para hacer que esas historias absurdas sonaran tan técnicas que nadie se atrevía a cuestionar su futurismo deslumbrante. Así pavimentamos el camino al éxito.

Ahora ya es catorce y cuando el sol de verano salga, será un nuevo cumpleaños de mi hijo. De nuestro segundo hijo que poco sabe de Godzilla porque la era de los monstruos gigantes y la pseudobiología dio paso hace rato ya a la era de los vampiros y la pseudotecnología, esa que es pseudo un año, realidad al siguiente y moda vieja en dos más. Kimiko lo supo anticipar bien, de la misma forma en que anticipó que el camino pavimentado al éxito tiene, naturalmente, que tener bifurcaciones. Yo siempre fui más ingenuo en ese sentido. El que es ganso, muere ganso.


Hace un par de noches mi señora me despertó, porque me estaba dando vueltas en la cama y hablando dormido. Si alguno de los dos dice algo gracioso tratamos de recordarlo o de despertarnos, no sin antes intentar grabarnos y hacer conversación. Me despertó porque pensó que estaba teniendo una pesadilla. Hablaba de Godzilla me dijo, así es que me imaginó perseguido en sueños por el bicho verde gigante y por quién sabe qué otro monstruo radioactivo tratando de aplastarme. Le di las gracias y no atiné a mucho más. Seguimos durmiendo.




No creo que haya sido un mal sueño.

viernes, 11 de febrero de 2011

Escrito a la salida de...algún lugar.

Escribo en un computador rosado y pequeño, que corre con Windows XP. Billy, you're so far away from home canta Bob Dylan por ahí. Sigo pensando en eso de la forma corta ¿sabe? y pienso como los blogs dieron paso al microblog que dio paso al botón de "Me gusta". Siento que la forma textual se nos hace incómoda para transferir información a la velocidad que necesitamos y siento que los medio audiovisuales tienen un problema similar e incluso más severo: están más atados al tiempo.

Sacaba cuentas el otro día y en los últimos doce meses he visto más o menos catorce temporadas de series diversas, nivelando el estimado hacia abajo. Del puro Doctor Who vi seis más las tres de Torchwood. El tiempo comprimido y recomprimido. Con razón me cuesta referenciar los capítulos o ubicarlos en una cronología cuando los converso con otra gente. De nuevo: el problema del tiempo y la ficción serializada.

No puedo evitarlo: AMO la ficción serializada. Más que cualquier otra cosa. Me gustan los universos donde "continuará" es una opción y me gusta el ritmo cíclico de cada capítulo que tiene que partir desde abajo para empezar su ascenso montañorusístico hasta llegar a un climax que se sustenta en la distancia que hay de no-narración: el momento en que empieza otra capítulo desde abajo empezando su ascenso montañorusístico y así. Dickens, Conan Doyle, Twain. Después todos mis cómics (casi), después las buenas series de televisión.

Y el consumo de ficción, en tanto intercambio informacional, es sujeto al mismo aumento en su frecuencia de toda la información que consumimos día a día. Cada día requerimos más historias y de a poco queremos que nuestras historias sean como nuestros computadores: que hagan más en menos espacio, eficiencia en la narración.

Quizás el Apocalipsis no sea sino el fin de la escritura. El fin del logos y del pensamiento racional en sí. El día que podamos transmitir información mediante procesos químicos instantáneos: bebidas inteligentes, tomarnos un vaso con todos los pensadores clásicos y un litro de Enciclopaedia Britannica para bajarlo, por favor.

Si el Apocalipsis es el comienzo de un nuevo mundo de información eficiente, su profeta será un Hemingway resucitado: el más eficiente de los escritores saldrá de su tumba para hacernos sentir la experiencia completa del fin de una era y el comienzo del mañana.

En cien carácteres o menos.

Si Hemingway estuviera vivo, tendría la mejor cuenta de Twitter de la historia. Te apuesto una máquina del tiempo a que sí.


Se aproxima el cumpleaños de [El Autor] de este blog. Como tal, un proceso de muerte y resurrección simbólicas es pertinente. Como tal, los posts se vuelven un poquiiito como si nos encontráramos con [El Autor] a la salida de un bar.

Gracias por escuchar.



The Strokes se apronta a sacar un disco nuevo que al parecer va a sonar igual que los anteriores. El primer single estará en su sitio para la descarga gratuita por las próximas 24 horas, más menos, y parece que lo hubieran grabado hace cinco años, ¿o no?

miércoles, 9 de febrero de 2011

Un candidato diferente.



Lo interesante es el efecto conseguido por el comando, que al parecer quería proponer un "¿Por qué no?" y terminó con semejante arenga revolucionarianihilista.

martes, 8 de febrero de 2011

La Forma Corta.

PRECONDICIONES : La mente humana recibe diversos impulsos y estímulos a la hora de establecer comunicación entre pares. Hay procesos cognitivos involucrados y relaciones que facilitan el proceso. Así es como entendemos (algunos, no todos) la ironía, las referencias. Asumimos cosas y podemos plasticinar el lenguaje para que este genere efectos nuevos.

SITUACIÓN INICIAL : A la hora de contar y percibir historias, las precondiciones definidas anteriormente aplican también. Y en modalidad II Turbo. Así es como los buenos narradores pueden hacer lo suyo y sorprendernos y generar suspenso y sorpresa genuina. Los malos narradores caen en el recurso fácil, y si son cineastas le ponen violín y trombón a todo.
El asunto está en que los mejores narradores saben pegarse el salto de omisión y dejan que la historia transcurra realmente en la cabeza de sus espectadores. Que es donde transcurre siempre, en realidad. Así, sus historias, películas, etecé, etecé abrevian lo obvio, dejan espacios, las conexiones justas a ser establecidas por un buen espectador/receptor.

Se sabe, los momentos más escabrosos no son los que más muestran, sino los que más sugieren.

(Parentesis - SITUACIÓN PERSONAL : [El Autor] de este blog cree que una de las escenas más espeluznantes del cine está en Patch Adams (!!) cuando el paciente psiquiátrico hace pasar a Mónica Potter a su casa y vemos sólo su armario con la escopeta, y la toma pasa a negro. Lo próximo que sabemos es que Mónica murió...pero el Cómo, el Cuánto Resistió, la Forma en que Gritó, la Cara que puso al ver al sujeto con el arma, todo, todo eso queda a total imaginación del espectador. Sin duda, más que un recurso artístico, es una coincidencia afortunada: para que la película pudiera ser para mayores de 14, porque la sangre distraería de la historia, etecé, etecé. Pero el resultado es bien atroz.)


PROBLEMA (u OPORTUNIDAD) : ¿Cómo explorar y explotar el máximo la elipsis como recurso narrativo, al punto de polinizar con el mayor número de ideas posibles las mentes de nuestros receptores?

SOLUCIÓN (o CONCRECIÓN) : El Trailer como modo narrativo de nuestros tiempos.*

No soy ni el primero ni el último en plantear esto, pero el trailer (o sinopsis, para la comunidad griega residente) no deja de alzarse como un género de códigos propios, una unidad narrativa que llama al espectador a completarla y darle sentido. Dirán que se sustenta en la promesa de una narración más larga por venir y que por ende establece una reunión suplementaria con la cacha de la espada, la pata de la guagua, la guagua de la comedia, el galeón español y todo esto. Pero yo les diré, simplemente, que no.

The New Pornographers nos regala no sólo un video que es un trailer, sino además un video que es un trailer que viene precedido de un trailer que promete una película que no va a venir.



*Esta es la solución 1, la solución 2 es siempre La Nueva Novela. Y en este caso en particular lo es más aún, Juan Luis.


BREVEMENTE -

Este blog se apena de difundir la noticia de que el rumor de que la alcaldía de Detroit estaba considerando una estatua de Robocop (Si Philadelphia tiene a Rocky...) para mejorar su imagen-ciudad han sido rotundamente negados por el alcalde.
Las buenas noticias de la semana son que NADIE ha dicho nada sobre una posible estatua de ED 209, el robot más exquisitamente bien diseñado, pero que no podía subir escaleras.
O SEA...entre un paco cyborg zombie y este bombón No Hay Dónde Perderse

A mí me gustaba de antes.

Primero que todo:

¡VOLVIMOS!!!!

Sí, en serio. Por obvio y auto-evidente que sea. LV55, el blog que se monta a tu carro y te lo flatea, está de vuelta. Desde ya muchas gracias a todos quienes acogieron el llamado a solicitar un correo moderadamente largo y escribieron al correo. Muchas gracias por todos sus buenos deseos durante el breve break que se tomó este humilde espacio. Espero de corazón que las respuestas recibidas hayan sido de su agrado y de no ser así, vayan mis disculpas y mi intención de hacerlo mejor la próxima vez.

Ahora sí:

A MÍ ME GUSTABA DE ANTES.

Esas cosas de la globalización desigual hacen que ciertos productos culturales sigan llegando en diferido a los lugares más alejados de los centros de producción en masa. Por ejemplo, Chile. Por ejemplo, algunas películas, que todavía llegan tres meses después, y a veces con las mismas traducciones nefastas de antaño pero eso es otra historia.

Por ejemplo Black Swan del bueno de Aronofosky. Que es una gran película o al menos es una película que intenta hacer o decir algo en una época en que parece que las grandes producciones apuntan a cualquier cosa menos eso.
Si usted, querido lector, lectora forma parte de alguna, cualquier red social virtual tiene que, forzosamente, haber tenido algún contacto que comentara las muchas ansías que tenía de ver dicha película. Tiene sentido, apela a ciertas sensibilidades, es un estreno importante que llega tardíamente, etecé, etecé. El fenómeno que atañe a este humilde espacio es el 100% de reacciones explosivas que la película ha tenido entre la gente que llevaba tres meses esperándola. Como si la inversión de expectativas no pudiera, no tuviera forma alguna de salir mal.
Espere resultados similares con Lollapalooza que va a ser INCREIBLE, Lo Mejor de la Vida o "estuvo bueno Lollapalooza"para los más tímidos. Espere resultados similares para Todo lo que se pueda esperar en este pequeño país esquina con vista al mar.

¿Existe la posibilidad de que esto sea, genuinamente, un caso de predicción perfecta? ¿Tiene esto que ver con la afinidad natural de los gustos? ¿Son las preguntas retóricas una real lata? Es posible, es posible, y sí, en ese orden.

Desconfíe SIEMPRE de los 100% eso sí.

Cuando algo se muestra tan unívoco sólo puede esconder una falta de razonamiento y quizás sería hora que reemplazáramos el término "hueonaje" por "androidaje". Como si fuera vergonzoso decir que uno se equivocó y en verdad x no era tan buena como pensábamos. Como si tener facultad crítica fuera algo Tanto peor que no tener facultad predictiva.

La racionalización: Lo que se produce es una transacción simbólica, necesaria a la hora de construir un ego o reforzar un ego debilitado o inseguro, que pone una cierta valía en hacer o consumir una manifestación respetada por el entorno. El respeto del entorno se gana al tiempo que se construye mediante la noción de infalibilidad y el status se cimenta en constructos culturales que constituyen un canon en constante actualización destinado a servir de constatación de dicha infalibilidad.

En otra palabras: A la gente le gusta ser percibido como "cool". Más allá de que les guste o no aquello que es cool. La historia del mundo está llena de arribismos así. Antes eran más grandes, ahora son más pequeños.

Resumen: Pico con las expectativas. Usted piense, mejor. Ilusiónese en la espera y desilusiónese y exija su dinero de vuelta si la cosa no le satisface. Salga del cine jurando no ver más una película del director X, escríbale a la productora para decirles que cómo es posible que no tengan un equipo de sonido decente. Y cuando encuentre un evento o circunstancia o producto que lo satisfaga plenamente, le haga cosquilla en todos los lugares correctos y lo transporte a ese orgasmo que constituye la apreciación de lo sublime, disfrútelo a fondo, como sólo usted puede.


Suficiente pontificado por hoy.
Kanye monta una suerte de aviso publicitario un poquito muy musho sobrecargado para uno de los mejores tracks de su último disco. Pero no deja de ser un buen comienzo para este nuevo comienzo. Enhorabuena.



Lecturas más recientes: The Time Machine de Wells y The Last Man de Shelley.
Discos más recientes: Brothers de The Black Keys.
Series más recientes: The Prisoner con Patrick McGoohan (1968)
Películas más recientes:  - Categoría desierta.