miércoles, 28 de abril de 2010

WARNING, CONTAINS SPOILERS


De que la muerte de un personaje en el cómic de superhéroes es un lugar común, lo es. De que su resurrección es inminente, lo es. De que en el fondo, es casi una etapa más en el desarrollo de la vida de la idea-concepto superhéroe, lo es.

Y de que era un poco raro que Nightcrawler no apareciera en ninguna de las portadas promocionales de los X-Men de Junio en adelante, esas en que salían todos tan poseritos sonriendo o poniendo cara de rudos, lo era.

Predecible, obvio, lo era. Me lo esperaba.

Pero igual...

Igual nomás tuve mi momento de (gasp!). Puede ser por la fatiga del traicionero resfrío que me está acechando o porque dentro de todo, Nightcrawler es un personaje muy poco resucitable, de esos que le hacen bien a la historia estando muertos, que hacen de contrapeso moral.
No figuraba en ninguno de mis primeros cómics cuando era niño, pero sí en los segundos y terceros, y de inmediato se volvió de mis favoritos. Si usted ha chateado conmigo, sabe que cuando tengo que dejar una conversación apuradamente, en lugar de una despedida formal, le daré un "BAMF!".
De niño me caía bien porque era creyente (eran otros tiempos, ciertamente) y me caía muy bien porque siempre andaba con el chiste y el buen humor a flor de piel (pero no Tan otros tiempos, ciertamente). Algo de carga emocional hay cuando uno, medio enfermo y todo, igual se las ingenia para tener un momento de (gasp!) por más que el momento haya venido telegrafiado en múltiples instancias.





En fin, cosas de día Miércoles nomás.
Iba a escribir de otra cosa, de cualquier otra cosa. Pero la ocasión se dio nomás.







¡BAMF!

miércoles, 21 de abril de 2010

El Universo acusa recibo

Y el otro día, lejos de encontrarme nuevamente con un billete de denominación alguna, me encontré, en perfecto estado, un paquete de pañuelos.

Ahora bien, nada muy alegre puede requerir un paquete de pañuelos, lo que significa que el universo o se equívoco de dirección postal o me está diciendo que me prepare para llorar o estar resfriado o tener sangre de narices... o hacer magia.

Veremos cuál de las anteriores es.



Son días de pop. Taylor Swift lo hace bien. Tiene algo de vieja escuela y de pop adolescente mezclados que hace todos la queramos un poco más que al común de las chicas que pululan por ahí. El disco con el que ganó mejor artista revelación se llama Fearless y acá va el corte homónimo.

No se preocupe, yo también encuentro que este post es medio desabrido.

lunes, 19 de abril de 2010

Más Acomodado.

En mi casa-refugio. Me traje algunos libros. Todas mis moleskines. Lo que significa que estoy marcando territorio. Ahora uno entra a este departamento y lo recibe mi perchero con mis chaquetas, abrigos y sombreros ahí, como las pieles despojadas de mis personalidades múltiples. El Viernes volví a usar abrigo y sombrero y algo se sintió tan bien, como volver a casa.
Usar abrigo siempre es volver a casa.


ME DICE...(edición 2002)

"La gente que usa abrigo es porque gusta de la lluvia y entiende que tiene que vestirse para la ocasión, como quien va a un evento importante".


Lo que sí, sólo me traje los libros que uso como referencia, ya sea por su estilo o contenido, en esta fase de la escritura de Otra Torre. Un vistazo rápido:

Promethea - volúmenes del 1 al 5 - porque Algo hay ahí, siempre.
The Invisibles: The Invisible Kingdom - porque sigue haciéndomelas de oráculo cuando más lo necesito.
From Hell - porque así se llamaba el capítulo que el otro día se borró de mi disco duro, cortesía del apagón de batería.
Extraordinary Popular Dellusions and the Madness of the Crowd - por razones que so obvias para todo el que haya leído esa primera parte de Otra Torre Se Levanta. Detalles más adelante, considerando que el total de lectores suma dos a estas alturas.
El Lobohombre - Porque quería tener a mano al Boris Vian festivo y porque si me pongo a REleer La Espuma de los Días ahora me voy a desangrar llorando y riendo por partes iguales.
Entrevistas del Paris Review - Lo mejor para los días más malos y bloqueados de la vida.

Y como hace rato ya que no, buena parte de mi colección de Sandman. Algo me hace echar de menos la simpleza de Neil Gaiman en esos días. Me traje casi todos los volúmenes, menos el primero y Worlds' End. Empezó todo esto porque quería REleer las miniseries de Death... que no han resultado todo lo edificantes que yo esperaba. Aunque la experiencia de REleer "The time of your life" con Natalie Imbruglia cantando Identify de fondo y un poco menos de sueño en el cuerpo que el debido no deja de ser interesante.

No deja de ser, además la razón de ser de este post.


NEXT TIME :
-Doctor Who llega para quedarse, al menos por un rato.
-Prepárase para un post largo, laaaargo.
-Y uno bien corto.
-No en ese orden, necesariamente.
-Storms are coming.
-Detalles más adelante.

domingo, 18 de abril de 2010

Llegando

Ayer el día lo empecé llegando a una capacitación para un proceso de corrección.
Mi llegada fue bien parecida a ese momento en El Imperio Contraataca en el que Han Solo et al llegan al desayuno con Lando (Gánese un desayuno con Lando Calrissian, el Don Juan estelar por excelencia, se llamaba el concurso) y se encuentran cara a car con Darth Vader.

Ayer, en mi capacitación estaban Darth Vader y el Emperador.


El día anterior, cuando el shuffle pasó por Carry That Weight de Os Beatles, como se les conoce en Portugal, no la cambié, sino que me quedé un rato. Es cortita y pensé en escucharla de nuevo. Pero no, mejor que no. Aún así, me quedó resonando. Lo suficiente para que la tarareara en mi encuentro con las figuras imperiales. Tantas peleas, tantos disgustos. Ahora se veían más pequeños, por el tiempo. Pero aún así. Gatos y Perros. La piel se eriza y la mirada se vuelve despectiva por instinto. Conscientemente, todo bien. Somos seres civilizados, después de todo.

Ayer llegué y también había una plétora de personas muy queridas. Me acordé de lo bueno que es trabajar con gente que se ríe todo el rato y lo eché un poco de menos. La sintonía en el humor es una de las piedras fundacionales de cualquier proyecto en este universo. Fue bueno ver a todos los que estaban en el lado más claro de la Fuerza.

Juntos llegamos a comer peruano. Y fue grato, y fue rico, y fue delicioso, y fue con ánimos de siesta posterior. Así de grato y así de rico y así de delicioso. Entremedio se nos sumó otra ilustre prócer, a quién no veía hace tiempo. Todo perfecto.

Después llegué a casa. Me esperaba un desastre total, dos maestros (gémelos. Sí, de los igualitos) escuchando death metal, reparando daños menores de El Evento aquél. No pude dormir mi siesta como quise, pero bueno...so it goes, decía el bueno de Vonnegut.

La dormí después. Después descubrí que, como vengo recién llegando, no tengo idea de dónde comprar cosas por acá...algo me ubico, pero ciertamente I'm not in Plaza Ñuñoa anymore...lo que es raro.

//Interludio: Mi pieza actual se parece no poco a la pieza de alojados de la casa de Gonzo. Esa pieza tiene muchas historias, pero la del día de hoy data del año 2000, a fines de Noviembre. Diez años a la fecha casi, estaba aún en el sopor de la depresión profunda. Había recién dejado de tomar pastillas, por decisión propia, pero aún no tenía mucho sentido de la vida misma. Afuera, el mundo real se movía en colores brillantes y sonrisas y gente con vida. Adentro no había mucho de eso, la verdad, y me sentía así, mirando desde afuera. Sólo que desde el interior.
En esa pieza, esa noche, cuando ya Gonzo se había ido a acostar y era tarde y estuve solo, tomé De que hablamos cuando hablamos de amor, de Carver. Antes del amanecer me lo había terminado.

No, mentira, me quedaba un cuento. Pero lo terminé antes de decirle al mundo que había despertado.


Esa noche me di cuenta que no había leído un libro en meses. Y eso está mal siempre, muy mal. Mi cuenta que era porque no podía, y eso me consoló un poco. Me di cuenta que, obviamente, ahora Sí podía. Las cosas estaban cambiando.//


La noche es otra historia. En la noche salí y di no pocas vueltas. Llegué a un par de lugares, nuevos y conocidos por igual. Conocí gente, fui cuestionado por gente que apenas conocía y me reencontré con otros de esos que no veía hace tiempo, de esos que saben con mirar y sin cuestionar, de esos que quieren sin entender.

Al llegar a casa, el edificio estaba en penumbra total. Era rarísimo porque había luz en todos lados. Sólo al entrar al edificio pude ver que hacia los otros puntos cardinales estaba la oscuridad viva. Diez pisos en profundo negro me esperaban. Al principio intenté usar mi celular como linterna, pero no me tomó ni dos pisos darme cuenta de que hacía no tenía gracia alguna. Y empecé a subir, con los ojos bien abiertos a ratos, bien cerrados también. Total, daba lo mismo.
Subí lento, escuchando mi respiración y el silencio total fuera de ella. Alguno que otro crepitar de madera nomás.
Subí lento, pensando en donde está aquello que nos espanta de las películas de terror.
Subí lento, pensando en que si prendía mi celular me encontraría con un zombie o un alien o algo.
Subí lento, pensando en que si prendía mi celular me vería a mi mismo, peldaños más abajo, sacando el celular para iluminar el camino...

Cuando llegué arriba no estaba cansado ni nada. Bueno y sano, porque no había tomado nada de nada, sin sueño, porque caminar en la oscuridad total te despierta de esa forma.

Llegué a casa y desde el living se apreciaba que el apagón tampoco era para tanto. Lamentablemente, no iba a poder seguir escribiendo.

Llegué a mi pieza y como no pude encontrar mi pijama, me puse una polera blanca con rayas verdes. Y me dispuse a dormir.

Hoy los maestros volvieron, me despertaron con el timbre, pusieron el "Wish you were here" mi disco más favorito de Pink Floyd. Despierto, hice mi mejor intento por empezar a ver Doctor Who. Cuando una serie ha durado treinta años es difícil saber por dónde empezar. Pero empecé por la temporada nueva, con un doctor nuevo. Me han gustado los dos capítulos que ví. El tercero será el definitivo.

La segunda parte de mi novela me pide tiempo. A gritos. REorganizo mi semana y mis días, en esta pieza que se parece tanto a otra pieza, en otra casa, donde alguna vez me di el tiempo para reorganizar mi vida leyendo un libro, en torno a eso. Ya llegaré a eso. Las cosas están cambiando, pero siempre lo están; como me gusta pensar que el mismo Vonnegut diría.


So it goes.

Cualquiera de las canciones que me rondan a esta hora de la mañana (The Rembrandts con Someone, por ejemplo) serían una tortura para usted, mi querido lector. Así es que no hay canción en este post.
Hoy no, quizás mañana sí.


Lo que sí puede hacer es buscar el Wish you Were Here y escucharlo enterito. Esas primeras cuatro partes de Shine On You Crazy Diamond siguen siendo tan buenas ahora como hace 35 años.

jueves, 15 de abril de 2010

Diversos Intentos para una Crítica de Cine

FUIMOS A VER... "LA ISLA DEL MIEDO" aka Shutter Island

Usted No lo Haga.

O:


HAY UNA PELÍCULA QUE TRATA BIEN EL TEMA

Y se llama Lost Highway, es del año 97


O:
MARTIN SCORSESE MURIÓ EL 2008

Androide Animatronic dirige película en su lugar.


¿Por dónde, oh por dónde empezar, mi buen Roland?

Porque la película no es mala, es pésima. Porque el guión es insufrible, inverosímil y nada lo puede salvar. Porque se nota a leguas que es la adaptación de una novela y cuándo eso se nota estamos mal. Porque la dirección parece...primeriza. Como si nunca hubiera trabajado con secuencias de sueño, como si le hubieran dado más presupuesto del que él quería tener y lo hubieran obligado a justificar gastos, "Scorsese" dirige una película que es más del terror que de terror. Y esto del mismo hombre que nos dio el más-que-decente remake de Cabo de Miedo por allá por principios de los noventas.

USTED NO LA VEA.

Al menos yo la vi en la compañía perfecta, si usted no va a hacer lo mismo, si la experiencia del cine no va a ser un evento para usted, no la vea, porque la película no lo vale. Hacia el final ya del insufrible bodrio, "Scorsese" se da el gusto de tener una toma zenital de DiCaprio gritando al cielo el paradigmático "¡Nooooooooooooooooo!"

Así de Mal.

Como si Marty se hubiera propuesto hacer la más mala de las películas. Con rabia. Y DiCaprio fuera su cómplice perfecto. A veces consigue canalizar al joven Nicholson, Leo. Pero está a años luz, en otra galaxia, en otra órbita.

La película lidia con aquél concepto psiquiátrico conocido como Fuga Psicogénica, i.e. la alteración total de la realidad mediante la creación de una personalidad y realidad alternativas en que el inconsciente incurre cuando se ve abrumado e incapaz de enfrentar una realidad atroz.
David Lynch filmó Lost Highway bajo la misma premisa. Y lo hizo harto mejor, tratando a sus espectadores como gente con dos neuronas y media funcionando. Sin diálogos de opereta ni músicas mega estruendosas. High Anxiety de Mel Brooks es más piola en su uso de banda sonora que Shutter Island. Y eso que es una parodia.

Predecible hasta decir basta en su lógica, lo más sorprendente de esta película es lo mala que es, considerando de quién viene. No deja de ser destacable que un viejo perro intente hacer trucos nuevos, pero el thriller con twists "sorpresa" no le sale al bueno de Marty. Sencillamente no le sale. La música que acompaña, si bien recargada, es de buen nivel, pero está mal usada. Es raro ver una película de Scorsese sin una buena dosis de rock.

Si la fue a ver, pase la insatisfacción con esta lista de reproducción que compila la banda sonora de Casino, de cuando Marty era Marty y no "Scorsese". Empiece con Heart of Stone y de ahí váyase en cualquier dirección, le va a ir bien. Siempre.

miércoles, 14 de abril de 2010

Cariños de un Universo Capitalista

SEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEED

Mucha, mucha sed. No le estaba dando vida ni libre albedrío a nadie hoy en la tarde, cuando caminaba por Providencia rumbo a lo que es conocido popularmente como "mi lugar de trabajo". Hacía un calor de esos que vuelven el comienzo del otoño en Santiago un tanto insoportable con asqueroso con efecto invernadero con inversión térmica....

[Digresión: La última vez que escuchó las palabras "inversión térmica" fue en Punta Arenas, una noche junto al casino. Hacía frío y el aire entraba en su resfriado sistema, haciéndole sentir que el dolor era más por lo puro y fresco que por cualquier otra cosa]

...y lo único que quería era tener algo para tomar. No sabía muy bien qué, estaba lejos de los lugares donde podría comprar una limonada deliciosa o tomar algo con gas. Tampoco importaba mucho, tenía que llegar a mi trabajo y no quería hacer altos. Pero tenía mucha sed.

Entonces me encontré un billete de dos mil pesos. Por primera vez en mi vida. Lo tomé en mis manos y con el mismo gesto casi, sin parar de caminar dije en voz alta y en un claro tributo a El Imperio Contraataca

"Impresionante".

O más bien "IM presionante", para aquellos lectores que tienen una moderada idea de cómo hablo.

Me vi entonces, en un nuevo dilema. ¿Qué hacer con el dinero? ¿Qué comprarme? ¿Comprarme algo, primero que todo? Iba a tomar café con Joey más adelante ¿Usar el billete ahí? ¿Usarlo del todo? ¿ah?
Demasiadas preguntas retóricas para sostener un hilo de pensamiento inteligente.

Así es que pasé al negocio más cercano y compré dos ice teas. Proseguí mi día feliz, muy feliz, pero no pude dejar de pensar que, antaño, si yo hubiera tenido tanta sed y el Universo hubiese querido hacerme cariño, como hoy, sencillamente hubiera puesto una tinaja con agua en mi camino, o hubiese hecho que un grifo reventara o que me desviara a una gruta misteriosa. Hoy no, hoy me regaló dos mil pesos, para que yo lo gastara en lo que quisiera. El Cosmos se ha vuelto capitalista, pensé.

Damas y Caballeros, con ustedes el Sr. Barry Schwartz y la paradoja de la elección:

Subtítulos en 29 idiomas, incluido el suyo.

En el último día

conocí a mi vecino de al lado, al que jamás había siquiera intuido en un ruido de platos o una canción tras la puerta. Me miró asustadizo, como si fuera una criatura mítica o algo que no se supone debiera ser visto, y  se movió hacia el ascensor a paso de comienzo de fuga.


En el último día, saqué todas las cosas y una vez hecho esto volví. Aestar solo, a despedirme. Hice un pequeño repaso de todas las cosas todas, desde el momento en que crucé el umbral y por cada uno de los rincones, ventanales, muros y pisos varios. Afuera, al frente, más allá de esas palmeras que se sacudieron con el terremoto, alguien ponía un disco de Ceratti en vivo, bien bien fuerte. Fuerte como de previa.


En el último día me perdí del fútbol por cerrar mi antiguo hogar. En cuanto salí de este me llamó JM desde cada de Cornejo. "Todo tremendo, el León va ganó 3-0"(sic). Y yo me fui pensando si acaso me habría equivocado en el horario del partido o habría escuchado mal o todas las anteriores. Pensé por dos segundos en ir a la casa aquella, a sumarme al inevitable torneo de Winning Eleven que probablemente siga incluso a estas horas. Como tal, me lo pensé dos veces en esos dos segundos y así, con una velocidad de procesamiento de una idea por segundo, opté por venirme a mi nuevo hogar.


En el último día había una obra de teatro en función para escolares en la plaza. Como cuando teníamos quince e ir al teatro de la Católica las hacía de evento en nuestra precaria vida social. Los pubs de la plaza estaban lejos de su capacidad media siquiera, vacías las mesas donde nos sentamos. El acomodador de autos no era ninguno de los conocidos. La calle estaba en ese extraño limbo en el que no hay ni mucha ni poca gente, lo que vuelve a esos pocos transeúntes efectivamente invisibles.


En el último día, Dios vio que todo era bueno. Y se dispuso a deshacerlo. Ya vendría otro primer día y qué mejor que tener la hoja en blanco, para poder tirar de nuevo esa línea que separara las aguas de arriba de las de abajo. Apocatástasis antes que Apocalipsis, siempre.


En el último día, cuando todo estaba desocupado, las luces apagadas y comenzaba a cerrar la puerta, me devolví. Prendí la luz por última vez y tomé el lápiz que había pensado dejar ahí, abandonado a la suerte de la próxima arrendataria, que no enseña lenguaje sino matemáticas. Busqué un lugar poco notorio, pero visible, reconocible, un lugar donde dejé escritas cuatro letras y siete números.



Pero esa es otra historia.





Afuera, ya no hay plaza, pero Vespucio ruge como un mar de siete pistas verdes. Adentro, hace sueño, es tarde, pero no tan tarde como para no irnos con una de los Velvet Underground. Esto es After Hours y usted acaba de leer "En el último día" en LV55, el blog que hoy cerró una puerta.

lunes, 12 de abril de 2010

REempezando...

básicamente, todo. Detalles, ahora sí, más adelante.


Linkódromo:
21 años tiene Tom Pollard. Diseña libros que llega a dar susto. Su trabajo en la serie de novelas sociales de Wells es bueno, pero esa Salmon magazine se lleva todos mis aplausos.

Hay un evento en el futuro de todos nosotros y es la primera novela de mi queridísima María José Navia, a quién no puedo tratar coloquialmente cuando se trata de la autora de Sant. Tiene un sitio en tumblr donde usted puede hacerse idea de lo que viene. Y es bien tremenda.


La canción para irse a dormir hoy es "Satellites" del peculiarmente títulado "We know, Plato!" Si tan sólo no tuvieran esa coma. Pida un deseo y escúchela junto a alguien que valga la pena. Todas las penas.



Señoras y señores, esto es LV55, y este es su anfitrión bebiendo de uno de sus brebajes favoritos, la madrugada del Lunes que le pone coto a un fin de semana tan para el recuerdo como para el olvido:
El consumo excesivo de Coca-Cola provoca discromatosis intensa.
Y cara de jirafa.


domingo, 11 de abril de 2010

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Es sábado en la noche.


En serio.



No, en serio-en serio.


Como tal, el post un tanto cansado y melancólico que pudo haber ido acá, ese que contaba del proceso de vaciar nuevamente un departamento y cosas tan entretenidas como las horas de espera en una notaria de la capital, tendrá qué esperar.


Canciones Pegadas: Through the wire, del mentado Kanye; The way I loved you, de Taylor Swift, desaireada públicamente por el mentado Kanye; y Let the river run, de Carly Simon, que no tiene nada que ver con ninguno de los anteriores.

Canciones Que Pegan: Hoy iTunes atacó en modo pataleta mientras yo, indefenso, limpiaba mi cocina, donde estoy casi seguro que una de las manchas del refrigerador me mordió. Lo dejé solo un rato, incapaz de cambiar la música con mis manos mojadas y puso "It End Tonight" de The All-American Rejects, "Like Spinning Plates" de Radiohead, y "Coney Island Baby" del bueno de Lou Reed. Quizás mi computador sufra en secreto, pero no por eso me puede poner semejante tándem.

No un sábado en la noche.

viernes, 9 de abril de 2010

La Sanidad Mental : lo bello, bueno, lo verdadero y lo blogspot.



Por algo desde hace más de dos años que el subtítulo es "El Eterno Retorno" ¿no?

Como la muerte en los cómics, como esas promesas de "este sí que es el último", es inevitable volver. Como se vuelve a esos amores tremendos, a esas personas tremendas más bien, esas con las que sencillamente no se puede cortar porque la vida pierde tanto de su sazón si no están ahí para compartirla, mejorarla y, siempre, reírse un rato de todo. Como se vuelve al equipo de fútbol, ese que juega en este país de liga tan mala pero que llena más el corazón que los despliegues técnicos de Messi, Ronaldo, et al.
Siempre le encuentro algo a blogspot como plataforma, si no es la falta de diseños es lo lento que carga en ciertos navegadores o qué se yo. Pero este humilde espacio es y ha sido siempre el lugar para hablar de mí, de aquél cuerpo de textos que firma LV55, como diría mi pensador protopostmo favorito.

(El sitio en tumblr es/era precioso, pero había surgido como un placebo, para poder mantener un blog sin ser autoreferente)

¿En qué ha estado [El Autor] se preguntará usted en su casa, en la soledad frente a la pantalla, en compañía de su círculo de amigos o quizás en la intemperie de un aparato portátil de letras diminutas?

En tantas, muchas cosas.

Empecemos por lo más esencial. Estoy enamorado. Así, como lo oye, como no me pasaba en años de años de años de años de años. De esas sensaciones que liberan y aterran a la vez y que se sienten un poco como una montaña rusa, Taylor Swift dixit. Los detalles, parcelados, esparcidos, macerados y ocultos a lo largo de todo el cuerpo de textos que firma [El Autor] no pienso dárselos más adelante. Es una situación compleja, pero sépame feliz. Muy feliz. Se siente bien sentirse vulnerable y vivo y saber que todo puede colapsar en un instante y que no importa, que está bien. Ya habrá más estabilidad, ya vendrán los días para contar esos detalles o los que vengan, pero, francamente, todo a su tiempo. Este blog se reabre en parte para poder decir cosas como esta.

Este blog se reabre, otra torre se levanta.

Otra Torre se Levanta es el título ya oficial a estas alturas de mi primera novela. Hace un par de semanas terminé la primera parte con sus cuarenta y ocho mil palabras. Ahora la reviso y le agrego algunas cosas. Tomo aire y me dispongo a escribir la segunda parte, de la que ya hay algo escrito y algo planeado, pero no tanto. No planear es parte del plan.
Espero terminarla luego, en un par de meses más. Hay otro archivo de pages que tiene la levadura de la que debiera ser mi segunda novela: una historia más íntima, escrita para los amigos. Casi literalmente, espero que la publiquen un grupo de amigos y hacer algo pequeño.

A todo esto, hay copias disponibles de la primera parte de Otra Torre, para quienes estén en interesados en la lectura crítica y mordaz. La medida de la crítica literaria siempre ha sido "si lo hace como hobby, enfocarse en lo bueno; si lo hace con aspiraciones profesionales, enfocarse en lo malo". Y siempre me han gustado las críticas, en tanto sean inteligentes.

El Amor, con mayúsculas, y los libros. El eje fundamental de estos primeros cuatro meses del año, que han estado fuera de la crónica de este humilde espacio. Ahora, a cosas menores...


NI AHI CON EL MUNDIAL, EXCLAMÓ IRACUNDO, SÓLO, EN UN ANDÉN DEL METRO.

¿Será que me estoy volviendo viejo? ¿Será que me he contaminado mucho de la mala calidad del fútbol local? ¿Será que el fútbol internacional se siente un poco muy de plástico? ¿O será que ya no es primavera? No lo sé, ni me importa tanto, pero me hallo absolutamente indiferente ante la Gran Fiesta Futbolera. Aparte el sólo pensar que como Chile va nos van a llenar de comentarios tan malsanos de fútbol, política internacional barata, Pedro Carcuro, comentarios políticamente inservibles, Solabarrieta y el circo entero me da harta urticaria. Con todas las comillas y paréntesis del caso, el terremoto nos ha librado de la anticipada fiebre mundialera...
[El terremoto también nos ha librado de tanta farándula, limpiando por semanas las portadas de los diarios, recordándole a la prensa amarilla que se puede vender con otras cosas. Lo de LUN, el diario del terremoto y alguna que otra noticia de Chile, es, para variar, musho]
...lo que no deja de ser un alivio. Y sí, sigo amando al deporte aquél. Tan sólo que lo que me gusta de él pasa más por los ripios, por los sinsabores que por la perfección deslumbrante del espectáculo televisado más importante del planeta. Tengo un serio problema con todo lo HD, me gustan mis películas con la imagen un poquito sucia, manteniendo esa pátina (¿película?) de distancia diegética que me hace saber que estoy frente a un trabajo de ficción elaborado por seres falibles en circunstancias restringidas. Como la vida misma. Y todo lo anterior corre también para el deporte televisado, los juegos de video y un largo etcétera.

O quizás sea que con los años van quedando menos espacios emocionales para invertir en estas cosas. Digo, la U se ha tomado esos espacios a totalidad prácticamente, y ya no queda tiempo para hinchar por Inglaterra, saberse los vericuetos de la selección argentina y menos aún andar pensando en la alineación de Chile.

Ah y Bielsa me cae bien, pero la Bielsamanía me parece una estupidez y un contrasentido propio de la nación banana que somos cuando se trata del deporte.

Para LV55, Pitufo Gruñón.



El Universo te canta: Hoy entré a un minimarket de mi amada Ñuñoa natal para irme de bruces al escuchar a Julieta Venegas cantando "Lento". Me dí treinta y siete vueltas más de la que necesitaba para entender que ahí no encontraría audífonos y me fui a los tumbos. Escúchela una vez. Acuérdese de cómo era todo hace seis años atrás. Sea delicado y espere. El Universo te lo canta, La Noche te lo dice.

Identidades Alternativas: Leo Rey se encuentra con Leo Lex y juntos son Leo Rex, mitad cantante de bailante, mitad comisario de la policía léxica.

Bajo su propio riesgo: Otra de esas canciones de taxi; "El Doctorado" cantada por Tony Dize, me sorprendió hoy día. En todos estos años nadie parecía haberse percatado de que "doctorado" rima con "enamorado". Hay ciertas cosas que mejor no explorar. Suelen encontrarse en la poética de Ricardo Arjona.

Identidades Alternativas 2: Tony Dize se encuenta con Tony Danza y juntos son Tony Mhanda, en el remake centroamericano de Quién Manda a Quién, el que en vez de tener una señora de nombre Mona, cuenta con una auténtica mona, como los productores de la serie original hubieran querido.

Nostalgias del Párrafo Anterior: Lancelot Link, el mono detective.

Notas al pie: La canción que abre este nuevo primer post está más por el sample que por otra cosa. A Kanye le queda harto mejor que a la versión original para la película de Bond esa. Y Kanye por esos años era impresionante. Por mucha aversión que uno le pueda tener al hip-hop, no se puede escuchar Late Registration sin darse por enterado de que es Un Gran Disco. A mí me quitó todas mis aversiones con el género y aquí me ven, raperito y blanco como Snow.

Notas para la nota al pie: La fanfarria de Diamonds Are Forever es la tonada perfecta para hacer una aparición estelar. Quizás un retorcido lanzamiento de libro o una clase muy distorsionada. Las clases con música siguen siendo un proyecto pendiente, dentro de esta evolución del profesor hacia el performance artist que creo tan pertinente.

Linkódromo: Neal Adams colabora en un motion comic sobre el Holocausto y sus sobrevivientes. ¡Niños, es Neal Adams!!!

Y la casa de Grant Morrison aparece por facebook (aparición especial de Warren Ellis) ¡Niños, es Grant Morrison!!!

Y Neil Gaiman recita su poema Instructions, mientras este se vuelve ilustrado por Charles Vess en una animación pre cio sa. ¡Niños, hay que saber cuando dejar de repetirse!!!!

Y con esto, su tercera conjunción copulativa iniciando una línea, se despidió. Gracias por leer, siempre. Escribir, escribirse e inscribirse en un cuerpo de textos es, siempre, un acto de sanidad mental.




Feels good to be home