jueves, 31 de diciembre de 2009

Para el mañana...

Llegué a mi destino, último almuerzo del año en Normandie, cuyo cerdo hindú, papas rösti y creme brulee son de mi total agrado. El taxímetro marcó Dos mil doscientos, me dispuse a pagar...

Y tenía dos billetes de cinco, como el cambio más cercano. Uno era el nuevo, más pequeño, más parafernálico, el otro el clásico, el que va camino al desuso. Hice la finta de pasar el antiguo, porque el nuevo todavía tiene eso de limitado y especial. Entonces lo recordé...

Recordé almorzar en otro lugar, también con nombre de localidad. Al llegar a la caja del Budapest, reparé en el billete de quinientos que tienen en ese pecera con propinas. Joey me dice "hace rato que quiero que me lo den". Y el muchacho de la caja nos mira con cara de AntesMuerto.

Así es que le pagué con el billete nuevo. En unos años más, mi billete de cinco puede estar ahí, a la entrada de mi casa o en un lugar muy lejano. Alguien lo verá y me lo pedirá. Y yo, no lo voy a mirar con cara de AntesMuerto, ni mucho menos, le voy a decir



-Seguro, pero te doy cuatro mil quinientos nomás. Dame el vuelto en billetes.

El Último

Ahora sí que sí, señoras y señores. Esta es la despedida.

El 2008 yo tenía una serie de deseos. Varios se cumplieron, me sonrío ahora. Algunos con creces e insospechadas vueltas de tuerca.

El 2007 no hubo buenos deseos. Yo andaba perdido en la cordillera de la tercera región. Andaba con la familia de la que iba a ser mi señora. Si hay una lección en todo esto es que a veces los caminos más errados nos llevan a todos los lugares correctos, y que la experiencia es lo que queda. Hay que procurar enmendar los equívocos, eso sí.

El 2006 yo estaba en Virginia Beach. Porque a veces los caminos errados te llevan también a todos los lugares errados.

El 2005 yo estaba recién convaleciendo de la feroz amputación de buena parte de mis sentimientos. Lo más cercano a un post de fin de año fue esto, y siento que se nota, mucho.


Y hoy....


Hoy escucho un disco pop. La niña Taylor Swift a la que el niño Kanye West interrumpió en los VMAs. Me gusta.

Hoy sólo puedo, una vez más, darles las gracias por leer. Por volver acá, ya sea por curiosidad, interés o hastío. Por llegar hasta el final, cada vez, o incluso por volver cuando ya el aburrimiento no les ha dado para seguir leyendo. Este humilde espacio es tan...moody, a falta del vocablo preciso en español. Moody and messy, como [El Autor] nomás...

Y mis deseos, para ustedes, para todos ustedes, son, sencillamente, que ahora que ya somos lo suficientemente grandes para darnos cuenta que la vida se juega a lo largo de los años, ahora que la vida se nos sigue yendo en cada instante, pero que tenemos un poco más de perspectiva; ahora que estamos lo suficientemente grandes para entender que el pasado sí viene a buscarnos, como nos dijeron que lo haría; ahora que todo, bueno, malo, ambiguo, se mueve en escalas tanto mayores, podamos tener la calma y la tranquilidad para, en medio de nuestro constante devenir, en medio de las pequeñas batallas y las grandes contiendas, en medio del cansancio y el agotamiento, de la confusión y la distracción, poder tener siempre la cuota de mesura para decir

Alto


y poder pensar en qué es lo que más nos hace felices. Y encontrar la forma de llegar a ello.


Y yo, [El Autor] de todas estas líneas, sinceramente deseo que lo consigan.


La última del año es Two Doves, de los Dirty Projectors. Piénsela como esas canciones escuchadas a la distancia, cuando uno se aleja un poco de todo el jolgorio y mira las estrellas. A lo lejos, la gente celebra. Uno respira profundo, pide su deseo más privado en voz alta, y vuelve con una sonrisa gigante, de esas que engloban las mayores alegrías y esconden las profundas melancolías, a celebrar.

(adiós año nueve)


Y en caso de que les quedara duda alguna, usted ha estado leyendo El Último en LV55, el blog que lo espera, con ansías, el 2010. Vuélvanse locos esta noche, niños.

Coda

Anoche me encontré con alguien a quién no veía hace...unos años.

Es el mejor tipo de persona. De esas que uno se encuentra dos años después y empieza a retomar la conversación que abandonamos una noche de invierno, cuando el año era impar también. De esas que andan con un mazo del Tarot a todas partes y no se siente nada de excepcional ni ridículo.

Y hablamos,

y hablamos.


Y no me dio consejo alguno, pero me mostró cuál sería la consecuencia lógica de mis actos. Después, recién, me dio un consejo.

El Consejo, lo pienso ahora, era una cita directa de ese libro que tengo que recuperar.


Y lo pensé.














Y tomé una decisión.



miércoles, 30 de diciembre de 2009

Secret Agenda pt. 3(of 3)

Todos tenemos una.



Y la clave, el secreto, la piedra angular de todos los planes está en el componente secreto. Está en la carta robada, en aquello que puesto a simple vista se vuelve invisible.


Está en abandonarse, en no decir nada, en dejarse llevar y flotar. En dejar que el mundo crea que se te va la vida en un trabajo, en una publicación, en una postulación. Y sentir, y saber, que el ritmo de tus días está en otra parte, protegido, lejos de todo. Que nadie sabe realmente aquello que te tiene así de contento y así de triste. Que las felicitaciones y las condolencias te llegan más como un gesto decorativo que otra cosa. Porque estás en otra parte, porque la vida está en otra parte, frase que fue el tagline de una de las primeras versiones de este blog, recordarán los más asiduos.

La vida está en otra parte este y el próximo año. Así, elaboramos planes, uno tras otro, todos con miras a vernos ocupados, todos con miras a sentirnos respetables. Después, llegamos a casa y lo que hay es un silencio muy profundo, algunas ausencias y la calma que tiene el tumbarse en un sillón un tanto incómodo, abrir un recipiente del helado que más te gusta y saber que tu corazón está ahí, intacto. Que todo marcha y que no importa hacia donde, porque esto es lo que tienes, esto es lo que quieres y vas a hacer lo mejor para disfrutarlo. Lo demás es pirotecnia.


Como dividir tu esencia y ocultarla en objetos mágicos. Recaudo tomado desde que la literatura fantástica es tal. Como ocultar tu esencia en una copia de La Velocidad de las Cosas, una copia de Sandman: Brief Lives y un par de hojas de oficio amarillas, escritas con tinta púrpura.
Como decirle a todo el mundo "ahí, ahí está" y escabullirse cuando todos miran hacia otro lado. Todo buen volante de creación lo sabe. Yo lo sé, desde el arco, cuando los volantes hacen esas cosas y los defensas van para cualquier lado menos para el obvio y uno queda enfrentando al atacante.

Mano a mano.



Todas estas cosas son ciertas.




EN OTRA NOTA...

Pitchfork hace mejores listas que yo, sin duda. Mejores discos, mejores videos, mejores canciones. Todo bajo el criterio insoportablemente indie de pitchfork. Que odiamos. Y nos encanta también. Por algo uno siempre sale con una o dos bandas bajo al brazo después de visitar Pitchfork. Pero no queremos que Pitchfork domine nuestra playlist, caso contrario las dosis de antidepresivos se vuelve necesaria.

Para darle un poco de justicia a la vida y a Pitchfork y un poco de alegría a este post, damas y caballeros, el número 69 en sus canciones del año. Nadie menos que Taylor Swift y su
"You belong with me"

Mañana: Último post del año.

Secret Agenda pt. 2 (of 3)

Y así....


Me hallo, como nunca, distante del Año Nuevo, que solía ser mi fiesta favorita. Quizás sea la influencia de ciertas gentes navideñas, quizás sea que entre las cosas que más quiero es un instante de calma y silencio. Detener el tiempo y salir del mundo a respirar un rato o a otras cosas, más placenteras.

Hace una semana yo figuraba caminando por estos, mis barrios, estaba un poco confundido de muchas cosas, iba a reencontrarme con un ejemplar muy querido, sólo para conducirlo al que fue siempre su destino final. Antes de tomar el taxi de rigor, saqué la más pequeña de mis moleskines y anoté

"Trozos del futuro se sueltan y se desprenden, impactando el presente, apareciendo así de improviso para alterar nuestros días"

Y pensé en un excelente ejemplo que lo ilustraba tan claramente. Tenía que ver con aparatos tecnológicos y la arqueología del futuro. Naturalmente, olvidé dicho ejemplo.

Así es que mi primera resolución de Año Nuevo es:

  1. Tomar, de una buena vez, apuntes buenos, con letra legible     
Y los siguientes, algunos de ellos, son:


  • Superar la barrera de los cinco años en mi escritura con la mano izquierda. Continua ese proyecto y el verano siempre es buen momento.
  • Trabajar, como nunca antes, como obrero, como hormiga. Este es el año de acelerar en todos esos aspectos, alcanzar velocidad terminal y ver qué pasa.
  • Terminar la novela. En la moleskine gigante todavía no tiene título, porque quiero ponérselo cuando la termine. Por eso, todavía le digo "la novela". Una de esas personas con poderes y premoniciones me dijo que iba a publicar un libro en tres años más. Me lo dijo el 2007, así es que...
  • Tomar clases de canto. Así, como lo lee. Me gusta tanto y mi voz es tan mala, que un poco de refuerzo técnico no me haría nada de mal.
  • Ver, de una vez y aunque sea por una vez, The Big Bang Theory y Glee. Del Dr. House nada, gracias.
  • Tomar este blog y acelerarlo al máximo, hacerlo estrellarse contra un muro. Eso o cerrarlo. Ya se sabe lo que pasa con las promesas, en lo que a este blog conciernen.
  • Y, por sobre todas las cosas, desprenderme, despreocuparme y dejarme ir. Llevamos años trabajando en esa, y se nos ha dado bien, pero siempre puede ser mejor.


Y dónde está la así llamada "Secret Agenda", se pregunta usted, mi querido lector. ¿Qué tiene de especial todo esto? ¿Por qué tan autoreferente? Todas sus respuestas y más, en la sensacional conclusión de esta serie, pronto. Bien pronto.
-11

martes, 29 de diciembre de 2009

Secret Agenda pt. 1 (of 3)


Todos tenemos una ¿verdad?. No una agenda, como el lugar donde uno anota lo que supuestamente vendrá, ni siquiera una agenda, como la tabla de temas a tratar en medio de un encuentro internacional. Sino una /a'yenda/ de esas que en inglés significan intrigas secretas e intenciones bien escondidas. De esas que, por supuesto, no se publican en un blog.

Uno de mis regalos regalones esta navidad fue un planner de los Super Amigos. Sé que suena como un regalo un tanto obvio para mí, pero no lo es tanto. Los que me conocen más en esas lides saben que soy más Marvel que DC y que los Super Amigos me parecen más un gusto kitsch que otra cosa. Sin embargo, cuando la vi dejé escapar un "qué lástima que esté cerrada, no puedo saber si adentro tiene muchas ilustraciones o si es de esas que son pura portada". Afortunadamente no soy el único con el hábito de recoger esas frases dispersas y el 25 me
estaba esperando.

Mi momento favorito de toda la agenda (donde Linterna Verde está curiosamente ausente, aunque hay un Batman dibujado por Breyfogle y el clásico Flash de Carmine Infantino) es esta portada, en la página opuesta a la planificación mensual de Agosto



Y que sea la mejor de las profecías. Porque espero renunciar a los males de este mundo en Agosto, y ponerle fin a estos años de retiro. Como era parte del plan infinito, de la secret agenda trazada hace ya más años de los que quiero contar.

Tengo una serie de cosas que quiero contarle. Son muchas en verdad, las que se agolpan dentro de mis decisiones y resoluciones para el año que está ahí, al final de la semana nomás.

"De un tiempo a esta parte ya no tengo un plan maestro, hago miles, infinitos planes y me voy adaptando a las circunstancias"

Lo dije hace un par de semanas. Y es cierto, pero a medida que se acerca la hora de tomar decisiones y hacer ajustes, las posibilidades se empiezan a estrechar, como si las realidades paralelas posibles fueran cada vez menos, hasta llegar el momento en que sólo quede una.

Sea como sea, 2010 va a ser muy interesante. Tiene ese gustillo a "evento" que tienen esos momentos para los que tantos tantos sucesos han estado aportando. Tiene un gusto a quinto acto, a sintesis, al momento en que se tiran los hilos y donde alguna vez hubo partes sueltas ahora vemos, milagrosamente, un organismo coherente, algo que nos hace decir "aaaaah, para ESO pasó esto".
Tengo una larga noche por delante, por lo cual este post queda interrumpido.

¿Una canción?
No esta noche, quizás más tarde.
En caso de que se sienta perdido o extraviado por el cyberespacio, permítame recordarle que acaba de leer Secret Agenda pt. 1 (of 3) y que esto es LV55 el blog que sabe hacer muchas cosas, pero que echar de menos le sale tan pero tan mal.

lunes, 28 de diciembre de 2009

Dos Mil Diez

Es el año que hicimos contacto.
Porque por esas cosas de la vida, cuando era muy chico, vi primero la adaptación de la secuela de Arthur C. Clarke para su 2001. La película por algo no ha pasado a los anales de la historia cinematográfica, pero era gracioso. Cuando un poco menos chico, la gente hablaba de 2001 y yo les hablaba de 2010. Y como en Chile la gente tiene miedo a decir "no sé" o "no la he visto", yo quedaba como el niñito sabiondo.

Y la película es maaaaaaaaaaaala. O quizás no tanto, la verdad. Pero juega en una liga bien distinta a 2001.

En fin, a otra cosa.

Dos Mil Diez es el año en que retomamos nuestros estudios. O no. Todo dependerá de esos comités de admisión.
Dos Mil Diez es el año en que nuestro recuperado corazón se queda latiendo para siempre. O se rompe entero. O algo. Pero tranquilo el año no va a ser. Ya estuvo bueno de eso, pareciera.
Dos Mil Diez es el año del Mundial... primera vez que eso se siente intrascendente.
Dos Mil Diez es el año de las Nuevas Aventuras de Peter Parker. Tras un Dos Mil Nueve bastante laxo en ese sentido, y pase lo que pase con las postulaciones y con todos mis otros proyectos/anhelos futuros este año tengo que trabajar mucho. No me pregunte por qué, bástese con saber que corresponde a un plan mayor y además a una intuición muy grande. En efecto, desde ya busco trabajos diversos.



Todas mis reflexiones y azares del día las interrumpió un bebepajarito que, confundido como estaba, se azotó contra mi ventanal y cayó a la terraza de mi departamento-hogar. Procuré atenderlo y darle de beber, aunque no ha pescado mucho mis pocillos con agua. Como no tengo gusanos para darle, me preocupa que apenas haya conseguido levantar el vuelo un par de veces. Aunque claro, más me preocupé cuando sentí el BONK! contra mi ventana (estaba escribiendo yo para colmo, así es que no lo vi venir) y vi a un pequeño pájaro tumbado sobre la terraza. El susto se nos pasó a los dos a la vez, cuando se incorporó en sus dos patas y puso cara de Kikiribú. Algo de muerte tenía en su mirada, y yo empecé a pensar que iba a hacer con el cadaver. Pero se le pasó eso de muerte y de a poco retomó consciencia. Se quedó dormido un rato y después de eso se ha dedicado a caminar y aletear un poco.

Tuve que dejarlo solo un rato, pues partí a mandar documentos a universidades vía FedEx. En medio de lo caótico y acelerado que fue eso, me acordé (y esto porque el otro día empecé a ver Californication desde la primera temporada, y hay había una referencia) de K-Fed el padre de los niños de Britney. ¿Qué fue de? No me da para googlearlo, debo decir.

En medio del caos pensaba que iba a escribir este post (suelo pensarlos durante el día, la fuerza del hábito de haber comenzado, esencialmente, como un blog de viaje), me dolía la cabeza insoportablemente y el iPod no estaba ayudando en nada... así es que me decidí a descargarme con usted, mi querido lector, y torturarlo con esta favorita personal del año 84. Fire Inc., grupo cuya discografia completa se remonta a dos canciones, con "Nowhere Fast". De ahora en más, usted siempre podrá esgrimir en discusiones y conversaciones familiares que ha escuchado el 50% de la discografia de Fire Inc. Es, un poco, como cambiar el tema de 2001 a 2010. El Año que Hicimos Contacto, se llamaba la película. Veremos que pasa.
Detalles más adelante.

Queda para el dato anecdótico que 'Streets of Fire' sea del mismo año que 2010. Y creo que voy a revisitar la película sólo para calcular el impacto que pudo haber tenido la joven Diane Lane en la formación de mis gustos femeninos. Y sí, yo creo que "So alone and independent, but I am depending on you now" es la mejor línea de la canción. Soy así de trillado.

domingo, 27 de diciembre de 2009

Dos Mil Nueve

Cuatro días para el fin de año, quince posts para el número 500. Parece que es hora de empezar a lanzar esos Year in Review que tanto me gustan. Quizás sea la hora de entregar premios: Mejor Película, Mejor Disco, Hallazgo del Año, Mejor Villano, Mejor Artista Invitado, Mejor Serie, Mejor Perdida de Tiempo, Mayor Decepción, Top Gol, Mejor Encuentro, Mejor REencuentro, Libro del Año, Mejor Cuento Corto, Mejor Ensayo, Mejor Postulación, Mejor Prueba Superada, y así.

Está difícil, la verdad. Dos mil nueve fueron algo cercano a tres años en uno.

Fue el año de los correctores, el de los cambios de giro, el de dejar atrás las cosas que había prometido dejar atrás. El año de intentar escribir con la mano izquierda, de postular a becas y universidades, el año de dejar los cuadernos sobre la mesa y empezar a tipear, el año de corregir, supervisar y coordinar; de trapear pisos, cambiarme de casa e inundar departamentos. Fue el año de los mejores helados y de las peores películas. El año en que salimos campeones Y quedamos fuera de los playoff. El año en que fuimos a ver a Radiohead y nos llevaron a ver a K.I.S.S. El año en que no hicimos tarjeta de Navidad y el año en que regalamos, a un niño cualquiera que pasaba por ahí, el protagonista de nuestra tarjeta anterior. Fue el año en que menos vimos a Gonzalo. Y fue el año en que volvimos a ver a Joey.


No estamos mucho para recuentos, la verdad. Hará un año y medio estaba tan empecinado en deshacer las fronteras de los días, en dejar de percibir la obligación ritual de la semana de trabajo, sacarme el entrenamiento de años de colegio y universidad; para así enfrentar cada cosa según viniera, para así estar más atento a más posibilidades. Como la posibilidad de vivir tres años en uno, por ejemplo.

Así, Dos Mil Nueve fue el año en que fui corrector, más que otra cosa. Fue también el año en que me cambié de departamento. Y el año en que recibí mi corazón de vuelta, tras unos cuantos años de forzado exilio. Ahora está ahí, donde lo había dejado hace un tiempo atrás, late, funciona, hace todo más vívido y más intenso.

Libros se fueron y vinieron este año también. La novela nueva de Fresán y la novela antigua de Fresán. Hice el intento de recuperar el último de mis libros fundamentales, de esos que guardan algún aspecto de mi. Como bien no me fue, tendré que encargarlo. No va a ser esa edición, sin duda. No va a tener el corte en la portada, de hacer esa larga cola en Baires hace once años ya, sólo para no ser firmado por su autor. Qué más da.

-Tarjemos eso último y digamos que, como bien no me fue, tendré que intentarlo de nuevo.


Ha sido, sin duda, un año para recordar. One for the books. En los mejores sentidos.
Este post, escrito bajo el cansancio de editar un texto harto árido, claramente no está para los libros.

Hoy el shuffle de iTunes me atacó por sorpresa y me lanzó un un-dos con Two for the Road del viejo Henry Mancini y la siguiente canción de Blur. Del tremendo Parklife, que ya tiene dieciocho años a la sazón.

-15

sábado, 26 de diciembre de 2009

Una (muy) mala y una (muy) buena: Avatar y Where the Wild Things Are.

Efectivamente, no hubo página navideña. Este sigue siendo el blog que promete para no cumplir.


REEEESULTA que ayer en la noche figuraba haciendo algo que había jurado no hacer (Se empieza a perfilar el porqué del primer enunciado de este post). Figuraba, lentes 3-D y todo, viendo Avatar.

Atenuantes: Había, en esa sala no uno ni dos, sino CATORCE miembros de mi familia. Aquellos que algo saben de [El Autor] se darán cuenta que eso podría llegar a equivaler al 110% de mi familia. Pero había primas de primos y pololos de primas de primos y todo eso. Resulta que a ambos lados de mi pequeño árbol familiar se les había cruzado la brillante idea de ir a esa función de esa película. Y a mí el chiste me pareció lo suficientemente bueno para reírme con él.

El chiste estuvo bueno-bueno. La película....


...porque la fórmula para Avatar es más o menos la siguiente. Tome nota, para cuando vaya al supermercado del cine la próxima vez.

  • 1 porción de Pocahontas, con un toque del Tarzan de Disney, ya que está en ese anaquel.
  • 1 porción de Gorilas en la Niebla, con un toque de Aliens (ambas estan en el pasillo 3, bajo Sigourney Weaver)
  • 1 porción de Pitufos. Aldea incluída.
  • Esencia de película épica.
  • Malos diálogos. Malos-malos, en serio. Si le echa diálogos cliché no le va a quedar igual.
  • Tres litros de ese jugo de "Nos sentimos mal por Vietnam" que están vendiendo desde hace unos veinte años más o menos.
  • Un cuarto de corrección política.
  • Un mensaje de unidad y ecología, bien macerado y remojado en limón
Hay un trabajo muy lindo y muy bien hecho por la gente de diseño, qué duda cabe. Salí del cine sintiendo mucha pena por todo ese despliegue de talento y recursos puestos al servicio de una historia Tan Mala. Parece que al Sr. Cameron tantos años de demora le hicieron ir agregando y agregando elementos a un plot que no va a ninguna parte, que no aporta ninguna novedad y que, francamente, aporta bien poca satisfacción. Como me invitaron, no me sentí estafado en absoluto, pero me parece que jugar algún Final Fantasy en una consola de última generación ofrece mucho más en términos de experiencia visual, historia y despliegue técnico que la película que vi anoche. Una Real Lástima.


PEEERO existe un contrapunto para todo en esta vida. Y es que al enterarme que Where the Wild Things Are no tiene aún fecha de estreno en estos lado, decidí bajar y ver la copia que hay en internet dando vueltas. Y no me arrepiento en lo más mínimo.

Porque todas las dudas de cómo Spike Jonze iba a adaptar un cuento de tan pocas páginas y menos texto, transformándolo en una película de más de hora y media se empiezan a disipar cuando las Cosas Salvajes aparecen en escena. Y es una sorpresa... impactante, deliciosa, compleja. Como crecer, dar pasos y darse cuenta que no, ya no estamos más en Kansas y que la vida se ha enriquecido con todo lo que ello implica.
Lejos atrás queda el texto original, se queda actuando de soporte de una película que funciona a nivel metáforico de forma superlativa. Las Cosas Salvajes...
(A quienes [El Autor], cuando está solo, gusta de llamar "Los Cosis Salvajes". Búrlense de él cuando lo vean, por favor)
...como las enfermedades del mundo moderno. Las Cosas Salvajes como nosotros mismos sin tener mucha idea de quienes somos ni porqué hacemos las cosas. Las Cosas Salvajes pasándolo bien, rompiendo todo sin preocupación, hasta que llega el momento de la calma.

Where the Wild Things Are se sustenta en una anécdota tan sencilla. Y está contada con una paleta cromática tan reducida, tan íntima. Se me venían a la mente una y otra vez, cuando, con la vista agotada y un poco con mi cara de Qué Está Pasando Aquí, me sacaba los lentes 3D y respiraba profundo.

Es que a ratos, si uno junta bien los ojos y se da muchísimas licencias, puede llegar a intuir que el Sr. Cameron y el Sr. Jonze están apuntando hacia un lado similar con sus películas. Curiosamente, ambas tienen a actores interactuando con criaturas generadas digitalmente. Ambas criaturas vienen a darnos una suerte de enseñanza o lección, ambas terminan siendo más humanas que los humanos, funcionando como espejo distorsionado. Claro que mientras que los pitufos agromegálicos de Cameron no convencen a nadie con su mensaje ecopacifista y sus bailes que, en serio, dejan a los Gungan del Episodio I listos para una de Bergman; las criaturas de Jonze lo hacen todo bien, conmoviendo con su confusión, encantando con lo terriblemente complejo de su simpleza. Irónico es que tanta prédica de los suspiritos azules de Avatar termine hastiándolo a uno de sus pacifistas vidas, mientras que ver como Carol, K. W., y compañía se arrojan rocas, se pisan las cabezas, se sacan los brazos, destruyendo su isla sin consideración alguna y pasándolo tan tristemente bien, termina dándonos tanta paz y claridad.


Damas y Caballeros, a nunca terminar un post en una nota triste...Karen O and the Kids, All is Love-

jueves, 24 de diciembre de 2009

Counting down to none - un post de todo y nada

Hey, es ESA Noche del año. Y francamente mucho mucho tiempo más que para repartir unos cuantos buenos deseos.

El día de hoy fue de lo más caótico. Pero, debo decirlo, profundamente satisfactorio. Logré finalmente envíar los papeles que tenía que envíar y todas las cosas que podían haber salido mal salieron bien.


Apurado como estoy, me parece que no quiero escribir un post de Navidad. "Hoy no, quizás mañana sí" rezaba el tag line de este blog hace unos años. Mal que mal, mañana es el día preciso.
Hoy finalmente entregué una copia de esas primeras treinta páginas a una lectora oficial. La muchacha que trabajaba en las copias se ha lanzado a hacerme todo tipo de preguntas (niños, parece ser que el libro moleskine es realmente bueno para conocer desconocidos) sobre que estaba escribiendo y si acaso estaba listo o qué...

- No,no,no. La verdad es que le falta muuuucho para estar listo. Yo creo que me voy a pasar toooodo el próximo año trabajando para terminarla.

Ella me mira con cara de pregunta. Tiene dos años más o menos que yo, pero me trata de usted.

- ¿Y esto...

-Es para dárselo a alguien especial.

-Ah, ¿le gusta leer a ella? ¿escribe también?

Claramente debo haber tenido la cara de querer contar cosas, porque la muchacha tenía las preguntas justas ahí, a flor de labio.

- Sí, sí. Es... la mejora lectora. Y escribe también. Mucho, mucho mejor que yo eso sí. Pronto va a salir su libro y todo.

-Ahhhh.


Y la muchacha de ahí se puso a mirar la pantalla, con la vista para impresión desplegada, y a leerme ahí, a vista y paciencia mía. Yo me sonreí nomás, pensando que si le decía que no lo hiciera iba a sonar como el peor ogro de la Tierra. Y que, después de todo, hoy es esa noche. Qué diablos.


El día estuvo lleno de villancicos cantado por la gente correcta, pero eso es tema para mañana.
El día también tuvo un par de canciones rondando, una de las cuales lleva un par de días ahí. Es la canción con la que termina este post. Es la canción con la que termina la primera temporada de mi serie favorita. Es la canción que, en su momento, hizo que me pasara al lado de los Stones.

Once años atrás yo estaba por las mías en Buenos Aires. La hinchada de Boca cantaba : "Ya se acerca Nochebuena// Ya se acerca Navidad// Y el domingo a las gallinas//Las recoge su papá". Pura poesía. Sigue siendo una de esas cosas que asocio con la temporada.

Llevo toda la semana con esta pestaña abierta, Kris Kuksi transforma juguetes en piezas del grotesco. Una vez más, nada que ver con el día, pero este post alcanzó el nivel de "Random" varios párrafos atrás ya. So it goes.


Este post es el 484. Se aproxima, naturalmente, una suerte de conteo regresivo para el gran número gran. También se aproximan una semana de Year in Review y después un rato de Radio Silence. Sí, el año de no mezclar las dos lenguas fue el 2006, hace rato ya. Y...no sé, existe la posibilidad de que el post 500 sea el último en un buen rato. Sería un lindo remate, quién sabe. Hay tiempo para pensar eso, y otras cosas más.

Lo que sí es cierto, lo que me ha demostrado esta semana y la que definitivamente es la estrofa de este ciclo es que hoy, como hace cuarenta años atrás, you can't always get what you want, but if you try sometimes you might find you get what you need.


Ah, y feliz Navidad. Gracias por leer, siempre.

ps- Sole Onetto comienza el noticiero diciendo "Tras unas semanas intensas, por fin se siente un poco de calma". Nunca una frase tan irresponsable fue tan cierta

martes, 22 de diciembre de 2009

Donde [El Autor] publica una carta encontrada en la vía pública

...porque hoy día te llegó ESA noticia, que no te esperabas sino al menos hasta un par de meses más. Y todo cambió, para mejor, para dar paso a algo nuevo, para confirmarte en el lugar que siempre he sabido te mereces. La cantidad de gente con la que he conversado el tema es más o menos idéntica a la cantidad de gente que sabe todo lo que te admiro. Yo, que no admiro a nadie.

Y estabas tan, tan tan feliz. Y yo me sonreía, feliz también. Feliz por ti, por todas las cosas buenas que viene. Feliz por que la persona que reparte los puntos de karma hizo todo bien y se encargó de canjearlos por el premio mayor. Y por que se te ve en la cara y, como estoy seguro te diré en un par de horas más, me siento el individuo más afortunado de la tierra cuando te veo así de feliz. Y te he visto mucho así en estos últimos días, lo que es...había una canción de Virus que se llamaba "Dicha Feliz", pero no creo que te guste realmente. Quizás, algún día, mi ipod se encargue de hacerla sonar y estemos demasiado lejos para cambiarla o estemos en otras cosas para cambiarla.

"All your tomorrow's begin here"... se me vino esa frase en la cabeza, así con el error de ortografía...no sabía quién la había dicho, de donde la había sacado...busqué en Google y encontré sólo una entrada en un blog con letras y números en que un muchacho habla de irse en avión a estudiar a Estados Unidos. Cuán apropiado, pensé. Tiene fecha de tres años y medio atrás y su Autor parece ser un tipo de esos que se ponen muy nerviosos cuando están felices. Cuán apropiado pensé.

Pero sí, todos tus mañanas comienzan acá, en parte. Es tu plataforma, tu piso para negociar, tu voucher para reclamarle a la vida que te dé todo, absolutamente todo lo que quieres y mereces. Que, yo siempre he considerado, es en efecto todo. Te mereces todo. Los méritos no los voy a ennumerar acá porque hoy te escribí otra carta, en otro idioma, para otros tiempos, en donde digo que en efecto, esos méritos son como aquellas preguntas, esas que se responden con la vida entera. Y nadie quiere anticipar o generar expectativas por cartas futuras, ¿verdad?

Se ha sentido tan absolutamente perfecto y bien e increíblemente natural estar en esa lista, tengo que decir. Here's hoping. Yo sigo acá, aunque ahora me comienzo a despedir, desde el banco de al frente un extraño individuo con anteojos de sol y polera negra (¿en este día?) me mira raro, se sonríe y escribe en un cuaderno de aspecto fúnebre. Pasaré a echar esta carta, esperando que llegue antes de Navidad. Here's hoping...






-[El Autor] quiere dejar en claro que no recurrió a ningún tipo de cohersión, amenaza, chantaje o uso indebido de fuerza para conseguir el texto original aquí presentado. Se limitó a cruzar la calle y encontrar unas hojas que más parecían apuntes para algo, dada su mala caligrafía. Le desea, eso sí, al autor de dichas líneas y a quienquiera sea el recipiente, la mejor de las suertes y que, efectivamente, todos sus mañanas empiecen acá.

La canción del día, levemente modificada es esta fotocopia de Uptown Girl con Westlife...USTED podrá recordarlo como el video en que salía Claudia Schiffer, peeeero....es el video en que aparece MR. FANTASTIC! El actor galés que encarnaría años después a Reed Richards figura ahí en actitudes absolutamente homoeróticas con sus compañeritos de frac, sin hacer gala ni despliegue de ninguno de sus elásticos movimientos. Una lástima, pero un buen recuerdo

lunes, 21 de diciembre de 2009

La Gran Circumlocución de [El Autor]

Voy a serles franco: el Tiempo me ha sobrepasado. Entre el fin de semana que se fue y hoy he tenido en la cabeza al menos cuatro posts que ya no voy a escribir. El primero de ellos trataba del recuperado retorno de una canción a mi vida, después de que una ex-novia se la robara. El segundo de ellos hablaba de ciertos medios tendeciosos y sus titulares electorales. El tercero tenía que ver con las Vueltas de la Vida, a propósito de los dos arqueros de la U '00 y sus apariciones en portadas hoy, por muy diversas razones. El cuarto lo escribí hoy, caminando bajo un abrasante sol amarillo, en mi mente. Y era un post perfecto que comunicaba una sensación de felicidad y completitud, si tal sustantivo existe, y que más encima dejaba al lector embargado de una fracción de dicha felicidad y completitud. Buscando un regalo de cumpleaños que pensé que sería muchísimo más fácil de comprar fue que lo perdí....

...a propósito de cumpleaños, Lute está de cumpleaños hoy. Si esta no fuera la época en que el Tiempo se está despeñando día a día en mi vida, le habría dedicado un post completo dejando bien en claro porque es tanto mejor persona que yo y porque siento que su entereza moral yo no la voy a tener ni en treinta y dos reencarnaciones más. Lute es una gran persona y quien diga lo contrario no lo conoce bien. Cuesta un poco, se me ha hecho saber. A mí no me costó nada. Y eso es raro.

...a propósito de cumpleaños, no hace mucho un integrante de mi familia volvió de las compras navideñas y descubrió que la dependienta le había echado una bolsa que decía "Happy Birthday!" en vez de "Merry Christmas". Yo sonreí, palpé un poco el sabor del aire y saqué, directamente desde 3 años atrás, aquél viejo chiste de Demetri Martin:

- Pero que tanto te preocupas, escríbele al lado ", Jesus" ¡Y listo!.

Y se sintió tan bien.



A propósito de cosas que se sintieron tan bien: El Día de Hoy.



Eso.





Pero como usted no viene aquí a leer espacios en blanco, alguna que otra cosa le puedo contar. Finalmente logré despedirme de mi amiga Jesu, que se va a Europa por un par de meses, así es que es sano asumir que no va a volver siendo la misma. Le dí su regalo viajero, porque no sólo de Lomo puede vivir el hombre. También de Moleskine. En mi caso es al revés, pero esto remonta a cierta conversación que tuvimos hace un par de años.
De las cosas buenas del día fue despedirme de ella y poder agradecerle el haber estado ahí hace cuatro años atrás. Ya hace un tiempo le había podido pedir las disculpas del caso y decirle lo mucho que sentía que le hubiera tocado por lejos una de las peores versiones de mí. Y ahora, en estos días en que el tiempo se despeña y ciertas verdades salen a la luz del día, finalmente, sucedió el instante perfecto para agradecerle por toda la paciencia, por haber escuchado todas esas historias, por todo...

Porque son días como hoy los que me hacen creer que hay Alguien escribiendo todo esto. Alguien que, claramente, no es [El Autor] de este blog, pero que al parecer lo quiere mucho. Pocas veces me he sentido tan agradecido de los últimos años como hoy. Pocas veces le he encontrado el sentido a las cosas con la intensidad y la lucidez de hoy. Una lucidez que es absolutamente (ir)racional e intuitiva y que permite que todo se clarifique, se entienda y se acepte. He pensado harto, a raíz de ciertos chispazos entre hoy y esta semana, que el motivo fundamental detrás del concepto de "Iluminación" es precisamente que la luz blanca contiene la unión de todos los colores, y que analizar dichas intensidades es descomponerla. Y a veces está bien no descomponerla.

Cinco años atrás ella me decía que le prestara Algo de atención a "Analize" de los Cranberries. Cinco años después, recién puedo hacerlo. Prácticamente se entiende. Y los Cranberries vienen y yo todavía no sé muy bien porqué no voy a verlos.


Pedestrerías: almorcé a las 6 de la tarde, cansado de buscar el Regalo Prometido. Mejor suerte tendré mañana, así es que pasé al Flannery's convencido de que volvería a comer papas irlandesas. Terminó siendo una Irish Casserol...que no estaba mal, pero debí haber pedido las papas, pero igual. Dos horas después me sentaba con Jesu en un café ñuñoíno, con Marcelo Alonso dándonos la espalda. Creo que nunca he conversado el tema con una mujer que no lo encuentre increíblemente guapo. Y la verdad es que es bien guapo. Y sería el Sherlock Holmes perfecto. Y a Robert Downey Jr. que la crítica se lo va a comer vivo cuando estrenen Holmes en un par de días más... o sea, porque aparte de cuando Holmes estaba con el bajón de la coca, poco parecido les hayo.


Caminaba de vuelta a casa, escuchando el remix de Paul Oakenfold para L.A. Woman. Lo bueno que un grupo no te guste tanto es que estás más abierto naturalmente a aceptar los remixes. Y claro, algo movía mi cabeza al ritmo de la música. Y en eso me percato de un par de ojos mirándome: un niño vestido como Michael Jackson. Chaqueta roja y guante incluídos. Le sonreí y seguí caminando. Después pensé que a mi de chico las tías del jardín me hacían hacer performances al ritmo de Falco. Y que cuando Falco murió la única persona que se sintió triste y fue a comprar sus grandes éxitos (en Temuco, de todos los lugares) fue mi padre. So it goes, diría Kurt Vonnegut.

...a propósito de niños: camino a juntarme con Jesu venían por la ciclovía (o bicisenda, si usted está a ESE lado del Río de la Plata) un abuelo y su nieta. Su nieta, toda vestida en rosado, toda nerviosa. Y yo que, acometido por mi felicidad vespertina y el espíritu de las navidades presentes que no hallo nada mejor que decirle "Hola" y....

- ¿Cuántos años tienes?

Y ella que o me está mostrando un número 4 o se está tapando la cara de verguenza o algo.

- Mira, yo tengo...

y empiezo a mostrarle lentamente con mis dedos cuánto es siete veces cuatro....

-y todavia no sé andar en bici. Eres muy valiente de andar así, con las rueditas y con tu abuelo.

Ella sonríe y yo sigo caminando, tras despedirme.
"De algo que sirva" se llamaba ese quinto post que pensé y perdí.


Y llegué a casa, que se siente tan sola en días como hoy. Llegué a casa y le mandé un correo con una canción a mi mejor amigo. Le mandé Pushin' on de la Quantic Soul Orchestra...

Míren, el rectángulo es shigo.

Y me quedé con las ganas de mandarle That Kind of Man, de The Heavy.


Canción que escucho ahora, mientras me empiezo a despedir de ustedes, querida audiencia. Ruego me disculpen todos los posts perdidos, y ruego me disculpen que les haya contado de todo menos lo realmente importante del día de hoy. Les ruego me entiendan. Cuando se es más feliz, se es más vulnerable también.

¿Detalles más adelante?

viernes, 18 de diciembre de 2009

Cinco años atrás...

Ella manejaba y yo las hacía de copiloto. El auto era otro, íbamos por la misma calle, aunque en el sentido contrario, y la canción, como lo vaticinara Led Zep, era la misma.

Era de noche, cinco años atrás. Era invierno. Ahora, bajo un sol abrasador, yendo por la misma calle, en el otro sentido y con la misma canción, las cosas habían cambiado.

Ahora, ella cantaba. De a poco, en enviones perfectos. Yo la escuchaba, musitaba un poco la letra. Dios sabe que puedo echar a perder cualquier momento en esta vida poniéndome a cantar. Dios también sabe que nunca me ha importado mucho. Pero ahora, cinco años después, sí me importaba. Hay ciertos momentos en los que lo mejor es callarse, tomar el asiento de al lado y disfrutar.

Damas y Caballeros, perdonando el video, con ustedes Avril Lavigne y Everything but Ordinary, tema central de la serie de televisión más extraña e inusual que usted jamás ha visto:


Y A MODO DE POSTSCRIPTUM....

Sepa usted que por recomendación directa de Joey figuraba yo en el Parque Arauco hoy a eso de las seis y algo de la tarde. Por poco y no me tomo un smoothie de entrada, pero mi intención no era esa. Mi intención era hacerme de, a lo menos un par de moleskines nuevas. Sí, las venden ahí, en todas sus variedades, de tapa negra y roja, en todos sus tamaños. Y yo que no veía tantas desde la última vez que estuve en una Borders, me ví sobrepasado en mi felicidad, propia de un día que había tenido la mejor tarde de la historia, me dí un buen gusto y me traje dos libros, precisamente para pasar en limpio mi libro (¿mis libros?). Claro, también porque era el único tamaño del que no había tenido antes. Salí, rebozante, al pasillo donde la gente corría con prisa navideña. Y yo en cámara lenta. Sonaban unos villancicos de los que canté un poquito, bien despacio, y que si hubieran venido cantados por Nat King Cole me habrían mandado a llorar en treinta y siete segundos. Así de contento...
Desde que llegué a casa no he parado de pasar en limpio y editar. Salvo para preparme comida y ahora, claro está
¡Niños, es [El Autor] posando! En serio, está posando (fíjense que hace como que escribe, ¡pero la página ya está escrita entera!!)

jueves, 17 de diciembre de 2009

Wot's... Uh the Deal?

Crealo o no usted, mi joven lector, hubo una vez en que la relación entre los consumidores y los CDs era bien parecida a la que existe entre el lector de cómic y los cómics originales: uno compraba lo que encontraba, por que eran así de pocos los que llegaban y la variedad así de magra.

Eran los días en que uno compraba un CD más porque quería usar su reproductor que porque le gustara lo que iba a escuchar. Era el año 89. Y la tienda era Muricy, donde habíamos comprado nuestro primer disco (Grandes temas de la Ciencia Ficción...o algo así) y también el segundo (Falco - Emotional...aún este día mi favorito del rapero-pop austríaco). Y mi papá sabía que a mis ocho años me gustaba harto Pink Floyd. En mis ratos libres, yo había hecho un cassete con las canciones que más me gustaban de The Wall y el Dark Side of the Moon y lo había rotulado con mi caligrafía, que ya entonces era horrenda, pero al menos tenía justificación en mi precocidad, no como ahora, y había escrito con lápiz pasta azul sobre la etiqueta:


P Y NK    F  L   O   YD

Así es que un día papá llegó con este disco, del que los dos sabíamos harto poco. Mi padre me educó para creer que el Dark Side of the Moon era lo mejor que Pink Floyd había hecho en la vida y que, en efecto, los discos nuevos, más suaves y con menos punch NO eran malos. Y hasta el día de hoy a mi papá prefiere a David Gilmour por sobre Roger Waters Y Syd Barret. Y ahí estaba él, sin entender mucho, en un gesto tremendamente generoso para la persona que más me ha enseñado sobre el ego en esta vida. Regalándome un disco. El Obscured by Clouds fue, definitivamente, el primer CD de mi vida. Parecía no ser la gran cosa, no venía ninguna canción que reconociera de esos discos en vivo, como el Delicate Sound of Thunder. Pero ahí estaba. Lo escuché una vez, y luego cayó en el olvido. De pronto los CDs se volvieron más variados y diversos, y Pink Floyd se quedó un poco ahí también, porque a medida que mi papá se compraba más y más discos, otra gente desfilaba en mi vida. Gente como Styx, Supertramp, Virus, Sumo, Pet Shop Boys, Human League, Spandau Ballet, Devo, y un largo etcétera.


No fue sino hasta diez años después en que reparé en ese, mi primer disco. Era una tarde de verano y pensé que era hora de darle una vuelta.

Me gustó harto. Fluía de canción en canción y tenía un par de momentos notables. Mi discografía y mis gustos musicales se habían ampliado ya, incorporando y sobrepasando los límites establecidos por mi padre. Habíamos establecido ciertas fronteras difíciles de franquear, un poco como en esa canción de Mike and the Mechanics, y no iba a ver forma en que yo le pudiera hacer ver lo buena que era esta canción. Para cierta gente hay un punto en que los gustos musicales se fosilizan y no hay más. Tiene algo de clásico de segunda mano, y en su momento me trajo compañía y aquí está, para ustedes. Se llama como el título de este post. Disfrutad...



miércoles, 16 de diciembre de 2009

El Tiempo Pasa...

....y nos vamos poniendo technos. Luca Prodan a veces lo hace todo bien.

Y yo creo, ya lo sabe usted, en crecer, en asumirse inserto en un contexto temporal y dejar que este deposite sus sedimentos en uno, envejeciéndolo y enriqueciéndolo. Me empecé a dar cuenta hace unos años ya, cuando me dí cuenta que no me sentaba el concepto de placer culpable en la música. Eso de "es que esta me gusta para bailar no más, ¿ah? No me gusta-gusta" me chocó como cínico y cobarde. Me gusta toda la música que escucho y punto. No tiene nada malo, quoth Stereo 3.

Así y todo, siempre es una sorpresa encontrarse con algo que deja de gustarte, o que te gusta tanto menos ahora. Sobretodo cuando es un sentir profundo. Cuando tenía quince años pensaba que siempre iba a escuchar con gusto y deleite a los Beatles. Cuando tenía veinte también. Y a mis veintiocho me dan tanto la lata. Les tengo una remota apreciación estética pero poco y nada del cariño de antes (barring some exceptions, como Hey Bulldog, ese éxito tan poco sobreexpuesto).
Me pasa con la televisión también. Anoche, tras el episodio aquél de Californication me encontré sin mucha posibilidad de compartir plenamente mi experiencia. Como JM me había pasado el dato, le escribí para agradecerle y le escribí a Gonzalo para que lo viera ya. Veintiocho minutos más tarde tenía un correo de él agradeciéndome, porque así son los mejores amigos.

Ahí pensé que si hubiera sido la mitad de temporada de Heroes o algo así, habría tenido una legión de amigos o conocidos con quien compartir la experiencia. Y recordé el momento en que decidí no ver más Heroes. El punto en que sentí que los guionistas me estaban faltando el respeto y que no iba a gastar un minuto más de mi tiempo en una serie donde TODO podía ser explicado con un par de salidas argumentales malas, muy malas. i.e. A los universos paralelos y a los viajes en el tiempo hay que tratarlos con respeto.

Y en estas horas en las que el aire se agita con el aparato publicitario para Avatar, la nueva de Jim Cameron, me siento un poco como anoche, alejado de todo eso. Y es una película en CGI, de Sci-Fi, con todas las siglas correctas. Y me ha sorprendido descubrir que no me puede importar menos.

Puede ser porque no le veo nada de "el futuro de las películas" a una técnica que lleva años dando vueltas, o puede ser que la última película de Jim Cameron, por clásica que se haya vuelto y lugar de referente cultural que haya alcanzado ("but I thought the old lady dropped it into the ocean" me dice Britney) era bien mediocre. O que la última película de Jim Cameron que realmente me gustó tiene ya dieciocho años. O sencillamente que, con los años, las mismas cosas no tienen el mismo valor. La repetición de un fenómeno desgasta su valor, como cualquier persona que se haya visto en la necesidad de decir algo Realmente Impactante se habrá dado cuenta.

El tiempo pasa, y nos vamos poniendo technos. Como Radiohead, que en mi cabeza es el mejor grupo de la historia precisamente por haber evolucionado, curiosamente poniéndose techno a ratos. El tiempo pasa y hay ciertas cosas que no pasan la famosa prueba del tiempo. Otras se mantienen constante y es bueno visitarlas y revisitarlas con cierta frecuencia. Como la discografía completa de Oasis, que se siente como si fuera un sólo disco. Haga la prueba y hágase una mixed playlist con trece canciones de cualquier época del grupo ese. Y tendrá un disco perfectamente coherente.

Al final del día, que uno nunca sabe realmente como será, que ciertas cosas se desgasten naturalmente mientras otras queden no hace sino dejar un mayor sentido de apreciación por aquellas películas, bandas, canciones, y el largo etcétera de cosas que sí crecen contigo. Y el milagro que supone encontrar algo que se mantiene y resuena exactamente de la misma manera, a pesar de todo, siempre.

Afuera la ciudad se derrite, acá mi almuerzo se enfría, a medio camino. Hoy en la tarde escribo de porqué me tienen que aceptar en esas universidades. Antes voy a escribir otra cosa, eso sí. O escribir

y punto.

martes, 15 de diciembre de 2009

La Felicidad

Damas y Caballeros, yo sé que a muchos de ustedes les encantan esos posts en que [El Autor] comenta en su agudo estilo algún tema específico. Yo sé que le dan ganas de postear y usted mismo a veces se encuentra conmigo y me comenta lo bien que escribe [El Autor], y cada vez que lo hace es precisamente ha raíz de un post temático.

Como ya habrá podido anticipar, este no es un post temático. Si bien tiene título medio genérico y uno puede esperarse que se haga algún tipo de reflexión al respecto, la verdad es que no hay tal cosa, aún. Es más bien un acercamiento inductivo a la felicidad
[Flashback instantáneo: Hace ya unos cinco años esperabamos con Jo su turno para dar el examen de uno de sus ramos de Historia...me mira y me dice que en todo este tiempo siempre se le han confundido los significados de "deductivo" e "inductivo". Yo la miro y no se de dónde se me ocurre un peculiar gesto de manos "Piénsalo así INductivo como entrando desde lo particular y Deductivo como deduciéndole impuestos a lo general" Cinco años después todavía tengo que mover las manos para acordarme de cómo usar los métodos esos.]

El día de hoy partió caótico, acelerado. Se me habían perdido unos papeles que tenía que mandar y que afectarían claramente el curso del día. Por lo mismo llegué un poco tarde a la última jornada de trabajo en MideUC, y todo empezó a acumularse. Afortunadamente vinieron las pausas correctas, las llamadas precisas y todo empezó a repuntar
HASTA QUE
en venir a casa, imprimir unos papeles (sí, eso que estaban extravíados a las 7:50 am) fotocopiar otros tantos y partir a las cercanías del Metro Los Héroes, perdí una cantidad de tiempo enorme.La perdí en algún lugar entre mi segunda ducha del día y el almuerzo, la verdad. Llegué muy muy atrasado donde estaba lo más parecido a la Escuela de Correctores que he visto en mi vida. Gente con la que he trabajado a lo largo de estos dos años en lugares muy diversos y situaciones muy dispares se encontraban todos reunidos. Y fue gracioso, y surreal también, se sintió un poco como esos programas de la Hanna-Barbera donde se juntan personajes de diversas series y compiten. O sea como un crossover, con pésimo ritmo, andaban todos apurados y me saludaban por hordas, gente que me conoce a mí pero que no se conoce entre sí o que descubro que sí se conocen y todo es aún más raro. La ví a Ángeles, a quién no veía desde el verano y fue de lo más grato. Particularmente porque había en nuestros modos un trato especial, como de ser más amigos ahora, cuando efectivamente no habíamos invertido nada de tiempo en ser amigos. Se sintió bien. Como ver al Hermes (El Hermes, la verdad), la Chini (La Chini, la verdad) y a una plétora de personajes más.












Después me vine a casa y fui anfitrión de la más deliciosa de las visitas.
















Después, más tarde, recordé algo que Juan Manuel me había dicho al pasar. JM, a sabiendas de que mi respuesta podía ser positiva, me preguntó si acaso había visto el último capítulo de Californication. Le dije que no, que con todo esto de postular y dar pruebas y cosas me había perdido al menos de un par de capítulos.
"Queda la cagada", me dice. Y guarda un silencio impecable. Pensé que sería una situación más bien sobrecargada, como a veces lo son en esa serie, antes de que los nudos argumentales se suelten y llegue el final de temporada.
Pero lo recordé, más tarde, cuando ya estaba solo en casa y sentía que no podría dedicarme al trabajo intelectual y que, en efecto, quería prolongar la grata sensación del día viendo algo que me gustaría mucho ver. Los capítulos los había dejado bajando antes, cuando había pasado por casa a buscar los susodichos papeles. Entremedio me llamó Jo, que estaba en su sesión de compras navideñas y siempre es tan grato acompañarla, aunque sea así, a la distancia.
Y ví el primer capítulo que me faltaba, y que no era el que JM me había mencionado y estuvo bien.

Después caí en cuenta que el capítulo que JM me había mencionado era, en efecto, el final de temporada.
Y cuando terminó, pasaron unos largo cuarenta y cinco segundos. Sonaba, aún, "Rocket Man". Flashback al fin de la primera temporada con "You can't always get what you want" Flashback al final de la segunda...cuarenta y cinco segundos pasaron. Yo me paré del sillón, de ese sillón que se me ha hecho saber que es tan incómodo.
Me paré, cuarenta y cinco segundos después y dije, en voz alta para que nadie me escuchara

"Conchasumadre".

Y me sentí perfectamente dichoso del arte de la ficción, de poner una guinda tan particularmente dramática a un día que se había ganado la perfección más por redención instántenea que por mérito trabajoso, de que esto estuviera pasando aquí y ahora. Salí a caminar, dí una breve vuelta por La Plaza Ñuñoa (La Plaza, la verdad), mirando a la gente, sintiéndola tan irreal, sonriendo tanto, mirando a las parejas jóvenes, a la gente que sonríe de vuelta. Respiré el aire y la noche que estaba tan tan hermosa. Pensé en Hank Moody, pensé en cómo pasé los últimos cuatro años de mi vida aprendiendo a vivir un poco como él, pensé en cómo mis dos mejores amigos tienen tanto de él, de ese arquetipo masculino; pensé en cómo mi padre me dió ese ejemplo, como lo he evitado y perpetuado por partes iguales. En un punto de la breve caminata pensé que era el momento de caminar a casa, abrir la puerta sigilosamente y darle un beso a mi viejo, sin que este se enterara de nada....

Porque la felicidad (La Felicidad, en verdad), amigos míos, a veces aparece y magnifica todo. A veces llega en un día de caóticos atrasos, de planes que pueden o no concertarse, de encuentros con amigos y conocidos de la vida, de la recomendación precisa de la serie perfecta. Serie que yo mismo le había recomendado a Juan Manuel en el verano, cuando trabajamos con Ángeles. Porque la felicidad que desborda y empapa todo, todo esto no está en nada de lo que este post puede poner por escrito. Está ahí, en esos espacios en blanco que usted tan bien ha intuído.


Y está bien que así sea.


Gracias por leerme, siempre.

sábado, 12 de diciembre de 2009

Rasgos distintivos

Después de dar el GRE me corté el pelo. Esto sucedió un día lunes y sucedió coordinado por las fuerzas del destino, más o menos así: Tras la prueba partí a comprarme un sombrero de reemplazo para el que la horda de jóvenes bacantes destrozó por allá por Abril. Fui a la misma tienda donde todo había empezado, más o menos un año atrás. El tipo de siempre me atendió con más desidia de la de siempre y cómo tenía tan pocas ganas de vender, terminé por no comprarle nada. Mejor así. Aproveché de ir a golpear la puerta de mi peluquero, tentando a la suerte. Si tenía una hora libre, bien y si no, bien también.
Y claro, tenía una hora libre. Una hora y media. Entre dos clientas muy especiales, para las que había abierto un día Lunes. Por primera vez en cinco años, me ha dicho. Eso sí, voy a tener que esperarlo diez minutos ¿me importa? Cinco años, diez minutos. Cuando uno descubre el sentido por el que transita el universo, hay que ser bien necio para cruzar con roja. Así es que espere.

El día Jueves, alguien a quien me encanta querer me dice "Casi no te reconozco con el corte de pelo". Horas más tarde, alguien a quien me encanta odiar me dice "Casi no te reconozco, con el corte de pelo ¿Es hora de trasquilarse o descubriste la mejor solución para la pediculosis?". Supongo que mi pelo es uno de esos rasgos distintivos.


Y ahora preparo mi CV, mi resumé, mi lista de rasgos distintivos que dicen "Yo soy el que soy y yo soy quienes ustedes quieren que esté a su lado por los próximos años". Esta es mi vida y la he construído de forma tal que este, el siguiente paso, es natural, obvio y no ha de serme negado. Acépteme, por favor. No se arrepentirá.
Los paralelos entre una postulación académica y las relaciones de pareja son tantos y tan obvios que me da no poca verguenza explícitarlos aquí. Déles una vuelta usted mismo. Palabras claves: humildad, compromiso, humillación y soberbia. Dije "paralelos" en plural e independencia. Piénselo bien.


CANCIONES VICTORIOSAS

Existe un número no menor de hombres que, antes de un evento importante en sus masculinas vidas, leáse un partido de fútbol importante, comienzan a prepararse horas antes buscando el soundtrack preciso, aquél que les inspire y les dé ánimo. Yo, que busco el soundtrack preciso para cada momento, teniendo en claro que muchas veces el silencio es la respuesta, no le hallo nada de vergonzoso ni malo en particular. Curiosamente, el dato estadístico lo he recabado de la boca de pololas, novias y señoras de amigos, las que en un afán de humillar a sus consortes me han dicho cosas como:

"¡Raúl siempre escuchas las mismas canciones antes de venir a jugar!".

o

"¡Daniel se levanta los domingos con la canción de Rocky!"

o

"¡Gabriel tiene un CD de "Canciones Victoriosas"!!"
seguido de un

"se lo regalé yo".


Y de inmediato uno de los dos se sonroja. Él o ella, yo me sonrió nomás. La canción victoriosa que escuchas hoy es el himno de la derrota y la nostalgia de mañana. Como "Don't stop believing" de Journey, que el CDF se encargó de asociar con la final que ganamos, pero perdimos a penales. Y que era el himno de fin de fiesta en Union. ¿Qué es una canción victoriosa? ¿Cuáles son mis canciones victoriosas de estos días?

No sé. No respondo. Es un poco muy simplista la categoría. Caen en ella las canciones que te levantan el ánimo, que suelen ser del pop más burdo o más gay o más burdamente gay. Están las que te sostienen una vez que llegaste al zenit, que están ahí entre el pop y el rock. Están las que te sacan del bajón y las que te ayudan a mantener los sentidos prestos, atentos.
¿Es "Waiting for the Miracle" de Leonard Cohen una canción victoriosa?



Quizás no, pero es del hombre que nos dió "Beautiful Losers". Eso lo explica todo.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Bad Cover Version

Es viernes. Es viernes de la semana corta más cansadora que haya podido recordar. Pareciera no haber sentimiento ni magnitud escalar pequeña por estos días, lo que se aprecia, se disfruta hasta el rebalse, pero cansa. Quienquiera que escribe esta vida mía no es muy sútil en sus gestos y tengo muy claro que algo está llegando a su fin y algo nuevo, muy distinto-diferente va a empezar. Así es que estoy haciendo los preparativos.

Me fue decente en el GRE, gracias a todos los que han preguntado y a los que han querido preguntar y no lo han hecho, también. Ahora estamos en Fase Dos (O Fase 34, no es tanta la diferencia) y las cosas van marchando. En verdad, me fue más que decente, aunque curiosamente me fue tanto mejor en matemáticas. La ciencia exacta aún no se cansa de llamarme, dejarme recados y escribirme correos de amor desesperados. Y yo que siento que lo nuestro ya fue y que ahora está bien vernos de cuando en vez, saber todo lo que nos quisimos y todo eso.

Y hoy estaba en el Metro, camino al Ministerio de Educación, pensando que escribo con demasiadas mayúsculas y sintiéndome más bien afectado por el calor de esta ciudad, cuando escuché una tonada semi familiar en los parlantes. Me pareció reconocer la letra y algo del ritmo, pero no mucho más.

"...como un perro."


"estás mojado..."


Y en dos segundos estaba moviendo los labios, tarareando "Mil Horas". Sin embargo estaba todo mal con la voz. Tuve una intuición de Quién Podría Ser, pero mantuve la calma. Había tanta gente subiendo por las escaleras, que opté por caminar hasta el fondo del andén y usar la combinación que no tiene escaleras automáticas. Y, oh Eurídice, miré.

UNA SEMANA MÁS TARDE, CONTRAATACABA....
-Alex Ubago "Mil Horas".


Señor mío y Dios mío. Qué versión más mala.

Lo dije en voz alta, pero esta ciudad aspira a ser una ciudad grande, y la gente no responde.

Y subí las escaleras pensando en ese reconocimiento terrible que suponen los malos covers. Esas malas iteraciones de buenas experiencias. Obviamente, apareció Jarvis Cocker cantando "Bad Cover Version". Y no pude dejar de pensar en todos esos momentos, esas personas que son el mal cover de alguien que no está. Como cuando alguien fundamental se va de tu vida y te empiezas a rodear de gente mortalmente parecido. Las versiones techno, las versiones aceleradas, las que tienen el mismo título y un contenido distinto, las que tienen todo menos el título, las versiones de supermercado. Es bueno haberme asumido como una mala persona hace un tiempo atrás ya.

Pero aún así...


The Bad Cover Version of Bad Cover Version



Una buena prueba del cansancio de [El Autor] es que ese era el motivo central de este post. Y era tanto más largo. O me entretuvo tanto más, cuando terminé mi libro de viajes en el Metro...


Porque terminé, tras un sinnúmero de viajes, de leer Extremely Loud and Incredibly Close de Jonathan Safran Foer. Me gustó mucho, muchísimo. Me pasó, como con uno de los libros de su señora esposa que leerlo fue escribirlo en traducción, en mi cabeza, para mi madre. Me pasó, como con City de Baricco que el libro se terminó para mí unas quince páginas antes del final real. Por todas las razones correctas. Esas que te hacen buscar al interlocutor con el silencio perfecto para contarle todo esto. Las contestadoras telefónicas tienen una razón poética de ser, finalmente.

IDEA/INVENTO: Contestadoras de gente ilustre para dejarles un mensaje de desahogo, para sentirse escuchado por alguien que entiende.

RESPUESTA: ¿No está twitter para eso?.

DECISIÓN: Denegada, pero apelable.


Hace un par de días hice algo que no hacía en mucho tiempo. Tomé un lápiz, papel en blanco y empecé a dibujar un ensayo. Porque mis ensayos siempre parten dibujados. En algún canal perdido en el Dolby 5.1 se escuchó "Eye of the Tiger". Y el lápiz pesaba tanto.
La versión original de Bad Cover Version es bien buena. Mi canción de los últimos días ha sido, eso sí, "Head over Heels" de los Tears for Fears. Donnie Darko tiene toda la culpa.

Son las cinco de la tarde. Habrá un interludio de dos horas antes de reanudar la existencia.
Usted ha estado leyendo Bad Cover Version. Esto es LV55, el blog que es su propia bad cover vesion.

martes, 8 de diciembre de 2009

Copious Notes

Me acabo de despertar, no habiéndome quedado dormido hace tanto, pero sí bien profundo. Me despertó, por vez primera y esperamos que única, el ruido de afuera. La encajonada acústica de este barrio me hace imposible saber si acaso viene de un departamento lejano o de la cercana Plaza Ñuñoa.

Sea como sea, no son todos los días en que uno escucha a un grupo de enajenados sacarse la garganta cantando "La Raja de tu Falda" de Estopa. De hecho, deben haber pasado por lo bajo seis o siete años desde que escuché esa canción por última vez. La última vez que alguien me hizo una referencia fue Maru por allá por el 2003 o 2004. Algo así. Quizás eso fue lo que realmente me despertó.

Me despertó y me dí cuenta que no tendría mucho caso intentar dormir. Me puse a recordar el Viernes que recién pasó y a mí por entonces ebrio y buen amigo editor diciéndome que tenía que escribir una memoria (esa memoria) y que ellos estarían tan felices de publicarla. Uno nunca tiene que confíar en la palabra de un editor borracho, pero yo siempre he sabido que tengo que escribir...
-Corona - Rhythm of the Night. Sí, parece que es un carrete casero-
...esa memoria. Fue bueno que mi amigo me leyera la mente. Así es que me levanté, y a pesar de que no he cerrado en todas estas semanas el archivo que contiene mi incipiente novela, me he dedicado a tomar apuntes para la memoria esta. Es, saquémosle el suspenso y evitemos la expectación profunda, una crónica de mis años más cercano al fútbol. Los años de los aviones con el primer equipo, de los asados en casas de dirigientes. Una historia de mi adolescencia y de la adolescencia de nuestra semi-profesional actividad.

No es porque lo diga yo, pero es una gran historia.

Y aquí estoy, tomando, en mi cuaderno, el mismo en el que estuve haciendo ejercicios de matemáticas para el GRE este fin de semana, apuntes. Copiosos apuntes. Traducido directamente del inglés, siempre. Estos apuntes dicen cosas como "El Comienzo vs El Verdadero Comienzo" o "Pedro Fernando Masachessi" o "Año en Segunda" o "Una lección de humildad" y otras cursilerías por el estilo. pero se ven bien y me están ayudando a configurar Algo.

Siempre he sido de tomar copiosos apuntes. Al menos a la hora de escribir. Apuntes académicos dejé de tomar en mi tercer semestre universitario. Al menos apuntes relacionados directamente con la materia, con los años aprendí a llevar una libreta con apuntes fuera de clases, cosa que Domingo Román diagnóstico en nuestra segunda clase juntos. Más que preguntarme, constató al final de su clase un :"¿Ahí es donde anotas tus comentarios que no tienen que ver con las clases, verdad?". Yo le respondí afirmativamente, porque me parecía lo más obvio del mundo. Pero nunca nadie más reparó en ello. Buena parte de las enseñanzas de Domingo tienen que ver con lo que acabo de describir.

La novela actual tiene no una ni dos, sino cuatro cuadernos llenos de apuntes. Tampoco es que estén llenos-llenos, seamos francos. De hecho uno de ellos es un borrador escrito a mano. Pero aún así. Desde que era chico jugaba a tomar apuntes, me parecía que era lo más cercano que podía llegar a la experiencia creativa. Como si planificar una serie de tomos tuviera más valor que intentar escribir una historia corta. Quizás el editor debería ser yo.

Y a veces me pregunto si acaso todos mis grandes proyectos no están marcados por copiosos apuntes. Si tú y yo no somos más que los copiosos apuntes de Alguien más, precipitándose sobre esta vida a la velocidad de las cosas, como la lluvia sin fin esa de la que hablaba Lennon en Across the Universe. Y es que me gusta que mis apuntes sean copiosos porque me recuerda la naturaleza líquida (o coloide si se quiere) de la realidad misma, del pasar del tiempo y de nuestra precaria conciencia que, cuando nos suceden las cosas más reales, más maravillosas y terribles y definitorias, se parece tanto al gesto atolondrado de levantar la cabeza hacia la lluvia y recibir las gotas cayendo, dejándose ser precipitadas

una



tras





otra.







Conocer a una persona deslumbrante, el tiempo en que se conocen y reconocen las personas cuando se aman y se redescubren como individuos reconociéndose en su amor. Tienen ese sentir de ser apuntes de un algo tanto más grande.



Y hoy, cuando sí pensaba escribir acá, solo que de otras cosas, tenía muy claro cuál sería la canción de cierre de este post. Sólo que no era este post, así es que la canción ha quedado en el olvido. iTunes no me da ninguna sugerencia que me satisfaga, aunque sí pasó por el cover de Katy Perry para "Your Love" de The Outfield. Y justo cuando me disponía a subir el original, recordé que el otro día, el día del Tsunami, cuando yo venía hundido y ahogado por ese taxista que escuchaba a Alex Ubago, porque mi depto. tenía 50 litros de agua, porque el taxista que me había llevado corriendo a constatar los daños se había despachado un "¿no tiene más sencillo?", y así, cuando al llegar a San Joaquín, de la caseta de los guardias/peaje salía "Missing You" de John Waite, canción del aoñ 84 que siempre me hace sonreír un poco. Y sí, mis papás me cortaban el pelo un poco así por esos años. En fin... damas y caballeros:



y esto ha sido Copious Notes en LV55, el blog que se despide antes de quedarse sin batería.

domingo, 6 de diciembre de 2009

A modo de Chocolate Mint

Me voy a dormir.

Ha sido un día de estudios. Curiosamente, no se ha sentido para nada así. Las razones, me temo mucho mi querido lector, no van a aparecer en este post. ¿Detalles más adelante?

En fin. La cosa es que me voy a dormir. Ahora sí sé como sacar la desviación estándar de una serie de números (encontrar el promedio, obtener la diferencia de cada miembro con el promedio, obtener el cuadrado de cada una de las diferencias, promediar dichos cuadrados, obtener la raíz positiva de dicho promedio y voilá! Diferencia estándar habemus). Mañana estudio volúmenes y algunos detalles que me faltan de Teoría de Números. De Verbal me preocupo cuando quiero descansar un rato.

Sí, se siente bien.

Esta semana no sólo se inundió mi casa-hogar, sino que pasaron muchas cosas. Es más, me parece que el Tiempo se fracturó en algún lugar de esta semana. Sino no se explica cómo llegaron a pasar tantas cosas. Anoche estuve en lo de Nico, con algunos próceres correctores, compartiendo del buen whisky, de las anécdotas de años pasados y de la buena comida. Y de la virtualidad futbolística también. En algún momento me quedé conversando con la Pamela, que los lectores antiguos bien saben que es la señora de Nicolás, que ambos fueron mis compañeros de curso desde 7mo, y que con la Pamela eramos particularmente amigos por aquellos año adolescentes. Y claro, la conversación derivó rápidamente en la prueba esa y gracias a eso es que me hoy pasé el día repasando mis matemáticas fundamentales y procurando no dejar de lado el estudio de cosas como el volumen de una esfera (cuatro tercios de pi por el radio al cubo).
De lo que se conversó y se vivió anoche podría escribir varios posts. Con el resto de la semana, por lo bajo una novela, o una historia de diez mil palabras para arriba. ¿Detalles más adelante?


Y la verdad es que, habiendo recién dado por terminado mi día y despachado mi correspondencia nocturna - De nuevo mis disculpas para todos con los que he estado muy lento a la hora de contestar, se acaba el Lunes todo eso y el Miércoles vuelvo de lleno, tras desaparecer el Martes - me decidí a escribir por mis puras ganas de contarle lo mucho que me gusta la Carole King. Me acordé, mientras despachaba mi correspondencia nocturna, de "Now and Forever", en esa versión en vivo que es tanto pero tanto mejor que la de estudio (que tiene unos arreglos tan prinicipios de los '90 que llega a dar susto con asco), y me dio por escucharla un rato. Tengo apenas cuatro canciones de ella en mi ipod, pero todas son o han sido fundamentales en alguna época: "You've got a friend" es una de esas tantas herencias de mi padre, de esos gustos de él que no cuadraban con nada del resto de sus gustos cuando yo era chico y que supongo han forjado lo descuadrado de mis gustos musicales. "So far away" es una tremenda canción para escuchar bajo la lluvia, camino de Schenectady a St. Louis, y yo me pregunto si acaso alguna vez no miraré a este período de mi vida como el "camino de Schenectady a St. Louis" ¿Detalles más adelante? "Where you lead" es y será el tema principal de Gilmore Girls, pero "I would go to the ends of the Earth, 'cause darling to me that's what you're worth" y "but if you want to live in New York City, honey I know I will" brillan siempre por derecho propio. Tiene puntos extras como cualquier canción que mencione un viaje en tren.
Y claro, también...


En serio, no se moleste con la versión en estudio. 

Afuera hay una luna cubierta por bruma, yo estoy acá, pensando si es esta la canción de la semana o de la década o qué, y que ya es hora de irse a dormir porque, bruma o no, mañana me despertará el sol. Y será otro día. Esto ha sido A modo de Chocolate Mint y este es LV55, el blog cuyos titulares desembocan en [El Autor] comiendo helado de menta chips en la madrugada.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Jornal del día del Tsunami

Querido Diario,

Han sido días extraños, de esos en los que el tiempo se deshace, deshilachándose en hebras de momentos que se pegan, se entrelazan en sus propios ritmos, generando una trenza compuesta de los más dispares acontecimientos. Dispares en su tensión, dispares en su temática. El entrelazado de estos días eso sí ha tenido mucho de intenso, de estremecedor.

Usted que sigue este blog con ansías y que lo primero que hace al llegar a su casa no es saludar a su familia ni servirse algo para comer, sino que hacer click en sus favoritos y revisar este humilde espacio, recordará que en un capítulo anterior [El Autor] salió a recobrar un par de objetos mágicos fundamentales para su vida. Objetos cargados de simbolismo, donde [El Autor] había dejado escondido algunos aspectos de su personalidad. Pues bien, sepa usted, ávido lector, que [El Autor] consiguió recuperar sólo uno de dichos objetos. Pero fue, definitivamente, el más importante. Y así [El Autor] se encontró con una parte sustancial de su antiguo ser reestablecida. Y siempre es bueno revisitarse, decubrirse a la luz de las emociones acumuladas en media década, saberse distinto, saber que el arrastre del tiempo nos ha hecho crecer, expandirnos.
Es bueno, es enriquecedor. Nadie ha dicho que sea fácil. Puede, eso sí, ser muy divertido.



ME DICE... V

(N. del E. - Este "Me dice... " tiene lugar antes de los acontecimientos de "Me dice... IV" e inmediatamente después de los acontecimientos de "Me dice... III". Es más, los editores de este blog están dispuestos a asegurar a ciencia cierta que transcurren ENTRE los acontecimientos de "Me dice... III" y "Me dice... IV")

"Si el sueño de uno en esta vida es ser Primer Ministro de Francia, lo que uno tiene que hacer es hacer todo lo posible por ir y ser Primer Ministro de Francia. Nacionalizarse, buscar las opciones, hacer una carrera política. Y por mucho que uno se muera y no sea nunca el Primer Ministro de Francia, habrá vivido una vida respetable, digna y bien vivida. Caso contrario, por más que uno intente vivir el paralelo y consiga llegar a ser Presidente de Chile, vivirá por siempre con la inquietud carcomiéndolo, y tendrá siempre la sombra de no haber siquiera intentado ser Primer Ministro de Francia."

Y yo guardo silencio, y sonrío. Porque harto de razón tiene.



COMO UNA MALA NOVELA ALEGÓRICA...

Hoy llegué ligeramente tarde a San Joaquín. De esos atrasos que nada significan porque llegas y la sala está cerrada. De esos atrasos que te enseñan a no preocuparte ni creerte mucho, porque el universo sigue marchando aunque tú no estés. De esos atrasos que hacen que apures el tranco, pongas la Marcha Imperial de Star Wars en tu iPod y te pongas a imaginar todo tipo de conversaciones ñoñas. De esos que hacen que te las des de Lihn con Jorodowsky y avances en constante línea recta, por sobre los bancos, lejos de los senderos, por el pasto recién regado humedeciendo tus zapatillas levemente. Te miras las zapatillas y sientes un ligero frescor, como un eco extraño. Pero no le das importancia, mal que mal vas atrasado.

UN MOMENTÁNEO LAPSO DE ESQUIZOFRENIA.

Antes de las ñoñas conversaciones figuradas. Bajando las escaleras del Metro. Una reflexión extraña se transforma en la voz no de una persona, sino de un personaje. De esa novela. La que está en su fase de borrador incompleto. Uno de los personajes no halló* nada mejor que secuestrar mi cabeza un rato y decir

"Nunca tuve eso que se dice una conciencia. Me educaron para no tenerla, para amputarla tempranamente y cercenar los restos. Por eso mis parejas siempre las hicieron de conciencia. Una exo-conciencia, una preocupación por el otro que va y viene como un disco removible. Por eso me he preocupado por cosas distintas en momentos distintos de mi vida, según haya sido la preocupación de quien estaba a mi lado. Los delfines, los niños, nunca me importó nada realmente".

Y ENTONCES EL DÍA SE DESPEÑA...

Porque la corrección de ensayos va leeeenta y a tientas. Porque tienes sueño, mucho sueño y una extraña sensación de que algo grande está pasando en algún otro lado. Porque sientes en el pecho como se delínea el contorno del reservorio de emociones ese. Es la falta de sueño, qué duda cabe.
Después vas al banco y te llega un llamado telefónico.

Y ENTONCES, EL TSUNAMI

Porque claro, el hombre en el teléfono sólo menciona que se te tiene que haber quedado una llave abierta. Tomas las medidas del caso, pero es inevitable que tomes un taxi a tu casa, que descubras que la hora y media que pasaste recriminándote no va a volver y fue una pérdida, porque no fue tu culpa, sino... A veces las cañerías tienen problemas. A veces llueven sapos nomás.
A veces se sale una cañería. Y el agua cae.




Y cae








Y cae.



Y sigue cayendo. Hasta llegar al primer piso. Vives en un cuarto y tu living tiene un dejo a ciénaga. Y el living de tu vecino de abajo. Y de la señora del segundo. Y así.

Entonces: el modo de contingencia. No sentir desazón, no sentir hambre, no sentir nada. Pensar claro, tomar medidas, hacer llamados, hablar con la gente. Primero, los vecinos. Contener y asegurarse, ser bueno con los demás. Todo está bien. Llamar a Alguien que se haga cargo de Esto. Ahí va mi dinero para masajes e indulgencias. No importa, pensaremos en algo.
Después llega Alguien que se hace cargo de Esto. Se habla con aseguradoras (del piso de abajo), se verifica que, en efecto, en mi alfombra hubo 50 litros de agua. Y no en el punto álgido siquiera. Va a ser una cuenta de agua interesante, me hacen pensar al volver a San Joaquín.

TOCO FONDO.

La canción aquella. ¿Mejor track de Fome de Los Tres? Puede ser. Pero no fueron los ensayos malos y la corrección lenta, ni la espera en el banco, ni los más de cincuenta litros pasando por uno, dos, tres y cuatro pisos. Fue subirse a ese taxi.




Uno sabe que ha llegado al infierno cuando el taxista tiene puesto un disco de Alex Ubago.



Y EL COMIENZO, DE NUEVO.

Las mismas cosas que nos dan un placer pequeño, privado e intenso, como caminar chapoteando en un día de sol, se dan una vuelta. Buena idea, Mala idea.
Buena idea: caminar chapoteando por el pasto de tu campus.
Mala idea: caminar chapoteando por el living de tu depto.

La señora del segundo piso resultó ser una bisabuelita extraordinaria. Profesora normalista y todo. Me contó de cómo una de sus consuegras la había ridiculizado con un comentario en una cena familiar y como ella, exactamente tres años después tuvo la oportunidad de hacerle el mismo comentario en una cena con el otro lado de la familia.

-Tarda, pero llega - le dije, riéndome un poco, poniendo mi mejor cara del nieto lindo que le acaba de inundar el living. Y ella se sonrió.


Y al final, las cosas vuelven. Los charcos de agua, los comentarios de "¿Pero cómo...no están casados?", las malas canciones y las buenas también, los escritos que uno creía perdidos en el espacio, las emociones que uno creía sepultadas en el tiempo, las ganas de ser Primer Ministro de Francia, las ganas de morir en el intento. La noción última de entender que, a veces, la tranquilidad del intento preciso pesa más que la satisfacción del logro equivocado.






-Han habido muchas, muchas canciones. Debo confesar, para ser justo, que el taxista que andaba de Alex Ubago después se redimió con "Ohne Dich" de los Münchner Freiheit, canción demasiado ochentera para los oídos de...todos, así es que no, mejor que no. La canción que volvió fue esta:


Año 1996, Los Tres cerraban un ciclo de cinco conciertos en el Teatro California, acá en Ñuñoa (eran otros tiempo, el alcade era otro, de hecho). Afuera, Chile le acababa de ganar 4-0 a Ecuador, en la primera victoria de la "era Acosta" que desembocaría en el Mundial de Francia '98. Llovía a cántaros. Yo estuve ahí. Antes eso sí, en el concierto que había recién terminado. Pero la programación fue la misma. Entraron con el séquito de invitados, tocando esa danza rusa. Se apagaron las luces y después Sudapara.
La escuché, en este misma versión, hoy en la mañana, antes de empezar el día. Cuando todo ya había pasado y yo tomaba un metro con dirección hacia un día mejor, el shuffle pasó por ahí de nuevo. Y todo empezó, y fue mejor. La grabación es precaria, el audio está en mono, pero uno igual termina moviendo la cabeza en un dos por tres...



Y si usted sigue leyendo esto, al llegar aquí déjeme recordarle que fue Jornal del día del Tsunami y que esto es LV55, el blog que entiende que el clon malvado fue lo que mató al gemelo malvado.

martes, 1 de diciembre de 2009

El Reporte Diario

...¿EN serio?

En serio. Otro reporte. Algunos amigos tiene blogs temáticos, pero yo me siento profundamente orgulloso de este espacio, que no se trata de nada, que no aspira a ser interesante, pero que sirve a mis designios personales y tiene una línea editorial tan caótica y antojadiza como mi mente. Un poco como lo que Chilevisión debiera ser para el candidato ese.

Mi mente está de lo más dispersa...o su capacidad está al menos, a duras penas, concentrada en un par de frentes nada más.... me pasa que llego al final del día y pienso cosas como "Tengo que mandarle una canción a Gonzo que sé que le va a gustar" o "Tengo que decirle a Joey cómo fue que me acordé de ella en clases"...y no me acuerdo ni de la anécdota ni de la canción.

Las últimas semanas han sido particularmente densas en reflexiones, encuentros geniales, cosas que describir y sucesos anécdoticos. Me dí cuenta que hacía mucho que no caminaba por Los Cerezos y aproveché de hacerlo una, dos y tres veces en estos dos días que llevamos de semana. Hay un edificio que lleva el nombre de la calle, en su intersección con Irarrazaval. Yo me acuerdo de cada una de las casas que solían estar ahí y siempre he querido escribir algo al respecto... hoy no pude evitar mirar feo a sus conserjes y menear la cabeza con toda mi cansina desaprobación.

-En esa esquina había un servicio de arreglo de artículos eléctricos, sobre todo televisores, de precios demasiado caros para su escasa variedad. Había al lado una florería, de flores que nunca estaban frescas y que eran bien caras para lo feas que eran. Una vez, un Domingo en que las circunstancias no me dejaron otra, le compré flores a Kay ahí. Eran otros tiempos. Sí, fueron las flores más feas que he comprado en mi vida. Quizás para una tumba hubieran estado bien. Así nos fue, también...
Había una casa grande, de entrada profunda, con un jacarandá precioso que dominaba todo y contrastaba en Noviembre con los cerezos más tardíos. En su patio había siempre una niña, una mujer más bien, que tenía algún tipo de retardo y/o condición neuronal. Salía a jugar y a sonreír como sólo lo hacen las personas que no tienen mucha conciencia del mundo. Era un lindo espectáculo. Había también otras casas, menos notorias. Una llamaba la atención porque su entrada estaba en desnivel, entonces al mirar por la ventana parecía que las personas que allí vivían eran extremadamente chicas... o que la casa en sí era una suerte de guarida, de esos hogares que son más refugio que otra cosa.
Me acuerdo de haber vuelto de Estados Unidos y encontrarme con el edificio en construcción... de caminar de vuelta de la casa de J. (con toda la buena onda del mundo, naturalmente) muy tarde en la noche, de escuchar en mi iPod de entonces la pieza clásica esa que suena en Smoke and Cigarretes y que va mas o menos así:
(perdóneme lo horrible del montaje)


No sé a usted, pero a mí me gustaría que, al enterarse de mi muerte, por lo menos a alguien le sonara Mahler. O Rachmaninov.

Sí, la megalomanía es un rasgo familiar.



(El video es de lo peor, lo siento tanto).




- ¿No siente usted ganas de tener un lugar como el Cabaret Voltaire cerca de su casa? Es una sensación bien común en algunos de mis días. Esto ha sido El Reporte Diario en LV55, el blog que aspira a no sufrir la suerte de Geocities.

lunes, 30 de noviembre de 2009

Yo te digo, todo va a estar bien

Cuenta el mito popular que durante la campaña que terminaría en la consecución del título del año 1994 para la gloriosa Universidad de Chile a su goleador estrella, un muchacho de 19 años recién promovido de las divisiones inferiores del club, le tocaba cambiarse en el camarín Sur del Nacional (y aparentemente en todos los camarines que el equipo recorrió ese año) justo bajo la radio cassette/CD (porque en esos años, dichos artefactos eran muy comunes). Como dicho goleador estrella era tan joven, el más joven de un plantel donde incluso aquellos que tenían su misma edad tenían más años en el profesionalismo, el goleador terminaba siendo el objeto de más de una burla o jugarreta por parte de sus compañeros. Entre ellas, aprovechándose de la cercanía de la radio, estaba el hacerle repetir los primeros pasajes del éxito del verano pasado. La canción abría con una fanfarria de teclado medio enfermante, la que ocupaba más o menos medio minuto de la canción. Pasado esos treinta segundos, y cuando el joven goleador estaba a mitad de camino de ponerse sus canilleras, vendas, y demases, el equipo entero corearía "¡Otra, Otra!". Y el joven goleador tendría que parar de vestirse y presionar el botón de retroceso. Y todo de nuevo.
"¡Otra, otra!".


Damas y Caballeros, con ustedes El Símbolo y "No te preocupes", canción cuya anécdota recordé hoy y cuyo video se enmarca en la tradición de "Sopa de Caracol", el "Perreo Chacalonero" y tantos otros clásicos del género.