viernes, 28 de octubre de 2011

Special Topics in Calamity Physics. También: Norman Mailer y Ali vs Foreman

La portada del paperback,
para que no te le pierda de vista.
Acabo de terminar "Special Topics in Calamity Physics" de Marisha Pessl, a primera vista un libro listillo,  escrito por una autora ídem. Una novela debut y, como tal, una novela donde la autora se juega todas sus cartas, como si fuera a ser la última novela. De su vida. De la humanidad también, a ratos. Eso es lo que más le juega en contra a Special Topics, la verdad sea dicha, pero es un defecto entendible y, por lo mismo, perdonable. Ahora bien, su atención al detalle y las referencias excesivas (sí, excesivas, lo que, si usted me conoce querido lector sabe que eso las vuelve cuantificablemente HARTAS) terminan jugando un rol considerablemente más importante.

Porque de las 500 páginas de novela, Pessl pasa las trescientas primeras construyendo lenta y meticulosamente, gracias a una narradora odiosamente torpe y tímida, luego muy poco confiable, el mapa del terreno donde se terminará desarrollando el desenlace de la novela. Lentamente, haciéndonos la finta de que está construyendo un bildungsroman, Pessl mantiene nuestra atención con la pirotecnia de las referencias múltiples, las anécdotas en masa, generando así el clima de saturación y desorden perfecto para lo que viene después.

Lo que viene después es la novela de misterio, asesinato e intriga, que se desarolla en cien de las páginas restantes. Tiernamente anticipada a lo largo del relato (las referencias a policiales son marcadas y, muy en particular a las novelas de Robert Conroy, monstruosos tomos de mil páginas o más, los que, en palabras de la propia Pessl, se vieron prontamente opacadas por las historias de Conan Doyle tanto más accesibles). Todo el aburrimiento y tedio anterior se ve así justificado, podemos captar el plan mayor de la novela y nos dedicamos a ver como lo improbable derrota a lo imposible y esta novela se transforma así en un policial de los buenos.

Pero antes...

Antes del fin, durante las últimas cien páginas o menos, Pessl se da otra vuelta de tuerca y se dispone a resolver un enigma que, al menos yo durante las primeras trescientas páginas, había ponderado y desestimado por improbable. Como ya nos pintó la escena desordenada y caótica y más encima hizo estallar la bomba que alteró todo, Pessl queda así con el campo abierto para contarnos lo que sea y hacer que se vea plausible. Tal y como Hannah Schneider, uno de los dos grandes focos de la novela (el otro siendo el papá de Blue, porque la narradora misma se las ingenia para ser tan insignificante como ella misma cree que es). En este último giro, Pessl abusa del verosímil, pero, a sabiendas de que ya pasamos cuatrocientas y tantas páginas con ella, que nos dio lo que queríamos recién, satisfaciendo las expectativas que ella misma generó a la perfección; se permite darnos un poquito más. Total, al que no le guste, puede cerrar el libro antes.


Special Topics in Calamity Physics es una experiencia satisfactoria. Lo que sí, es demasiado satisfactoria. Lo que nos lleva, mi querido lector, a lo prometido. Norman Mailer. Muhammed Ali. George Foreman. The Rumble in the Jungle. 1973.


"En el momento en que Alí dio el golpe de knockout, Foreman empezó a trastabillar y caerse. Y Alí lo empezó a seguir, con su mano derecha cargada para un golpe más. Pero no lo tiró. Fue como si no hubiera querido arruinar la estética de la caída de este hombre,con un torpe puñetazo que arruinara todo".(Mailer, 1996)*

Y ese es quizás el mejor consejo literario que le he escuchado a Mailer en mi vida. Lo tengo presente siempre. Siempre-siempre, en verdad. Es un gran consejo para la vida también. Y es una de las cosas donde Special Topics in Calamity Physics se cae. El pequeño cuestionario al final del libro, pisoteando hasta deformar la incredulidad y sensación de final abierto y algunos de esos esfuerzos por hacer calzar todo hacen que Special Topics desafine un poquito.

Pero es sólo un poquito. Vaya por él, piérdase en él. Sonríase con él. Téngale paciencia a la autora, que en verdad está construyendo una trampa para quitarle el piso y que usted se desplome, sonriente de montaña rusa, unos cuantos pies más abajo.


*La cita de Mailer viene del excelente documental "When we were kings" sobre la famosa pelea entre el entonces campeón mundial George Foreman y el recientemente salido de la cárcel Mohammad Ali. Vealo también.




miércoles, 26 de octubre de 2011

Anoche soñé contigo.



Soñé que nos encontrábamos, tras todo este tiempo, medio de sorpresa, medio premeditadamente. Llevabas puesto un traje de fiesta blanco, con líneas diagonales negras. Bien horrible, pero los sueños tienen esas cosas, como la percepción en la vida misma, de hacer que la impresión pueda más que la realidad de las cosas; y te quedaba perfecto.

Después nos veníamos a casa, a esta de todas las casas, y conversábamos hasta el amanecer, porque tenías que irte, a algún lado (nuestra vida es así, de pasajeros en tránsito) y el vuelo se iba temprano. Así es que te acostabas al lado, de frente, me tomabas la mano y conversábamos como quienes se miran en el reflejo de una vidriera.

Y hoy desperté, en la misma posición, feliz de haberte visto, aunque fuera así, efímeramente. Después me reí de lo ridícula de mi pose. Y el día partió, hacia cualquier otra parte.






(- Querido lector, el arte de la escritura se parece mucho al cierre de la pelea entre Muhammed Ali y George Foreman, según lo describe Norman Mailer por ahí. Detalles más adelante)

domingo, 23 de octubre de 2011

Musicales Dominicales

Y así nomás se nos fue la semana, mi querido lector. El jueves tuve reunión futbolística con los nunca bien ponderados Artesanos del Fútbol. Jugamos un partido de lo más amistoso amable y después bebimos como no hacíamos desde...

...

...

...

¿la última vez que ganamos un partido hace más de dos años? O algo así cuesta recordarlo. Tampoco es tan terrible, entremedio anduvimos medio desbandados, algunos expatriados incluso, pero eso ya es historia.
Como consecuencia, vengo volviendo de jugar Otro Partido con Otro Equipo, el de uno de los Artesanos y sus amigos de colegio. La escasez de arqueros siempre ha sido un factor importante en mi vida social. Y yo lo paso bien.

Las noticias literarias son que, no contento con recibir a mi mejor amigo quien vino con una idea perfecta para la segunda parte de mi remozada novela, hoy recibí correo de una queridísima amiga, quien había soñado conmigo y despertado con no sólo la necesidad de escribirme y contármelo (cosa que yo mismo hago, la verdad sea dicha. Casi siempre) sino que además de comunicarme, así de la nada que

"por favor no descuides a tus personajes. Son mucho más importantes que el argumento" (mi traducción)

Lo que es, por supuesto, el consejo perfecto. Repito: perfecto para el momento en el que estoy. La advertencia precisa, como si, al no estar funcionando mi línea, las ideas tuvieran el buen sentido de mandarme recados con mis seres queridos.

Soy un tipo con suerte, nunca he dicho lo contrario.


Ahora sí: Musicales Dominicales.


Harta, harta música ha estado sonando por estos lados. Esta se divide básicamente en dos tipos: la música nueva y la reencarnada después del Gran Cataclismo del Disco Duro Externo de 2010.

Música Nueva:

Dan Deacon - Spiderman of the Rings Electrónica con un twist listillo y con mucho humor, ¿Puede uno realmente resistirse a un disco que se llama Spiderman of the Rings? ¿ah? ¿Puede, puede? Cayendo a veces un poquiiiito en el abuso del sample de videojuego, si la primera palabra del comentario no le hace salir corriendo, vaya a por él. Track favorito: Snake Mistakes

Sunn O))) - Monoliths and Dimensions El así llamado "Doom Metal". Si usted pone a sonar los cuatro tracks de este disco un sábado en la noche en la soledad de su casa, la aseguro que amanece muerto el Lunes. Y Nunca. Nadie. Sabrá. Qué fue lo que pasó. Se lo juro, se lo juro. Track favorito: Alice

The Whip - Wired Together Recomendación que llegó a mi correo así como suelen llegar cosas a mi correo. La recomendación comenzaba con "Son de Manchester", lo que es un poco como decir "Son de Concepción" para estas cosas. En una palabra: bailable. Eurobailable, entiéndase. Vamos a la rave, bien empepados.Track favorito: Secret Weapon

Mark Ronson & The Business International - Record Collection El problema con el disco de un productor es que los tracks varían ostensiblemente entre sí. A menos que el productor sea Jim Steinmann, naturalmente, en cuyo caso todos los tracks son iguales. Record Collection tiene alturas demasiado diversas, quizás el credo de todos los productores sea secretamente el de Phil Spector: un disco no es más que unos cuantos singles con relleno. O puros singles, como en este caso. Track favorito: Record Collection

Chase & Status - No more Idols Lo mismo le pasa a Chase & Status, grupo electrónico con sarta de cantantes invitados. Cuesta creer que en el mismo paquete vengan technobodrios bordeando en lo peor de Hathaway como "Let You Go", y piezas industriodepresivas sublimes como "Embrace". Track favorito: Embrace

Reencarnándose después del Gran Cataclismo del Disco Duro Externo de 2010 vinieron los siguientes.


Yeah Yeah Yeahs - Fever to Tell Tarea pendiente, siento que bajo este disco cada vez que extraño Maps. El disco tiene altos y bajos, pero, así como ellos no te aman como yo te amo, las demás canciones no logran lo que Maps logra. Fue el bueno de Warren Ellis el que dijo que si no te pasaba nada con ella era porque no estabas vivo. Quizás no tanto, pero hazte revisar el alma, un poquito. Track Favorito: Maps.

Diana Ross and the Supremes - Anthology Deseoso de Motown y descubriendo que mis discos se habían perdido en cambios de casa y sus respaldos en El Gran Cataclismo del Disco Duro Externo de 2010, volví a mis raíces negras, bien negras, para llorar y mover el culiqui por partes iguales. Track Favorito: This old heart of mine (is weak for you, nena, todo el rato, sin parar, non-stop)

The Isley Brothers - The Motown Anthology Continuando la onda motown con todo, esta quizás no sea la mejor compilación de los Isley Brothers, no si uno anda buscando el éxito del éxito. Es un bonito registro, con hartas versiones alternativas y mucha, mucha onda de la buena. Track favorito. Leaving Here (sin link, ojo que tiene uno de esos riffs que Jimmy Page se robaba al por mayor, el de Heartbraker)

John Lennon - Walls & Bridges El disco del 1974 de Lennon, que le gusta harto a los críticos, que tiene hits varios como "Nobody Loves You(when you're down and out)", "Whatever Gets you Through the Night" y la insoportable "#9 Dream". Y sí, es un buen disco, pero siempre me ha molestado esa opinión semi-unánime de que es el "repunte de Lennon" después del Mind Games del año anterior. Track Favorito: Surprise Surprise (Sweet Bird of Paradox)

John Lennon - Mind Games EEEEEen Caaaaambio. Nada, disco regalón nomás. La única canción del montón es la que abre y da título y de ahí en más la cosa se pone wena, wena. Lennon las hace un poco de Dylan, el año que anduvo separado de Yoko. Y le sale harto bien. La pose semi-folk, digo, todos sabemos que Yoko fue lo mejor que le pudo haber pasado en la vida. Track Favorito: Meat City




miércoles, 19 de octubre de 2011

Los días pródigos.

Y ni que se lo hubiera pedido al Viejo Pascuero o que el Viejo Pascuero fuera asiduo lector de estas páginas, hoy tuve la visita sorpresiva, acá en mi casa-estudio personal, del bueno de Gonzalo.

"De la nada" porque me vine a enterar de que tiene una oficina por acá cerca al tiempo que él se enteró que se le habían quedado las llaves en la casa. Así es que hicimos hora conversando, jugando play, same old, same old. Entremedio salió el tema de la novela. Y, pensando en el Viejo Pascuero, me lancé a contarle y hacer el ejercicio de pimping my presentation con mi amigo, que algo sabe de estas cosas y que tuvo la cortesía de entender el ejercicio y hacerme las preguntas claves y forzarme un poco a decir ciertas cosas que de lo contrario no habría dicho. Éxito total, aunque mi amigo me entiende con dos trazos, así es que no cuenta del todo. Pero algo es algo.

Más refinada que ayer, la frase del día fue:

"Se trata de eso, de lidiar con la separación. De no poder estar con quién queremos estar y las cosas que haríamos para cambiarlo y como, al final, siempre hay algo que se pierde".

Y me hizo todo el sentido del mundo y me recordó cual es el Norte magnético de la novela.

En otro plano de la noticia hoy hice la movida más lucrativa de mi corta vida como mercenario, y como tal quizás puede trabajar menos de lo pensado en Otra Torre, al menos hasta fin de año, pero me he comprado unos cuantos meses de trabajo exclusivo. Eso o un par de meses de trabajo exclusivo Y un viaje por el mundo. Detalles más adelante.


En otro plano de la noticia la U ganó dándole un baile de 90' al Flamengo.

Y yo todavía estoy en shock.
De lo bien jugado, de lo absolutamente bien jugado, del ritmo imprimido durante los noventa minutos, del hecho que aún con el saqueo de dos goles y una expulsión fuera la goleada que fue y, en general, de esa sensación de haber visto algo que no había visto nunca.

No tengo muchas palabras todavía.

Me he puesto un poco demasiado bueno para el multitasking (más todavía) lo que a veces desemboca en unas migrañas terribles. Ando, además, particularmente misántropo, y si bien amo a mis amigos (ayer los vi a Mati y Jose y al postrado Flip y fue una delicia, salvo por la parte en que Flip estaba en Cuidados Medios del Hospital, claro, pero aún así) el resto de la humanidad me tiene de mecha corta. Como tal evito la prensa escrita y las redes sociales. Aunque usted no lo crea.

La maratónica conversación entre Truffaut y Hitchcock me hace compañía durante las mañanas y me da gustito, aunque la asimetría entre el joven Truffaut y el ego hinchado del gordo Alfred no deja de ser medio incómodo a veces. Pero es lindo igual. La conversación de gente dedicada a lo que hace.


Enfrentado a la cuestión del título de la entrada, veo esos cuatro goles de la U, la visita de mi amigo (que, de paso, me dio la sugerencia justa para la reescritura de la segunda parte de la novela, comentándome de la nada algo que debería incluir....y que yo había pensado escribir aparte, sin decirle nada), veo los contratos firmados y las doce horas y media de entrevista que hay entre uno de mis favoritos de la Nueva Ola y el bueno de Hitchy.

Son día pródigos, qué otro apelativo cabe.

martes, 18 de octubre de 2011

¿Y de qué se trata?

Ángeles me ha pedido que le responda la odiosa pregunta. El asunto es que Ángeles es mi amiga editora y por ende, es para el bien de todos que ella sepa de qué se trata, para que me pueda aconsejar y eventualmente pimpear ante la gente que corresponde.
A media mañana, me encuentro a mitad de camino en un episodio de los Thunderbirds (el primero de 35, el primero de una pequeña obsesión que se esconde en mis genes), me encuentro viendo una serie de videos rusos, cortesía de Lautaro, no el menos impresionante de ellos siendo la animación del Winnie The Pooh ruso, con unos fondos a crayola sencillamente hermosos; me encuentro negociando un contrato freelance que me permitirá expandir mi tiempo de novelística dedicada hasta el verano, o eventualmente, si llega el llamado millonario, cruzar el mundo para aquella reunión pendiente; me encuentro en todo eso, mientras de fondo la pantalla en blanco está encabezada por unas letras en mayúscula.


DE QUÉ SE TRATA LA NOVELA


Y después el vacío, escondido tras el multitasking matutino.


Trescientas sesenta y seis palabras después, la cosa tampoco quedaba muy clara. Remataba con un:

"En resumen, es una historia de posibles, de las cosas que hacemos para alterar nuestra realidad y cómo lidiamos con la separación y el aburrimiento de la vida moderna."

Que es, por supuesto, un cliché de la puta madre. En verdad se trata de las cosas que hacemos para resolver la separación, aún contra los imposibles; aún, especialmente, contra el tiempo mismo. Qué hacer cuándo ya cometimos los errores y la única opción podría ser reescribir la realidad misma.

Escribir un libro, por supuesto. 

De acuerdo a este mismo blog, la primerísima página de Otra Torre la escribí el 5 de Noviembre de 2007. La había escrito un poco antes en realidad, revisando el sinnúmero de anotaciones a través de los años. Pero no mucho antes tampoco. Sumando dos más dos y entendiendo más o menos qué pasaba por mi vida en esos meses (te había vuelto a escribir después de lo que pareció una eternidad) fue que entendí de qué se trataba realmente la novela.

Ahora tengo que hacérselo saber a la gente que toma decisiones al respecto. Con estilo.

lunes, 17 de octubre de 2011

Comedias con sabor amargo : The Trip.

Fue un buen fin de semana. A pesar de que la línea entre los fines de semana y la semana laboral se esté borrando paulatinamente, en tanto no tengo horarios que respetar y en tanto me levanto todos los días mirando mi escritorio y sintiendo la pulsión de escribir y escribir. Pulsión que a veces choca con la realidad de los materiales mentales disponibles y que a veces rasguña insoportablemente el medio de trabajo. Uno nunca está satisfecho en este giro laboral, pero es parte del proceso. 

En fin, "The Trip".

Empezó el viernes en la noche, más bien viernes en la tardenoche. Los horarios de verano y las relación entre el reloj y la cantidad de luz en estas estaciones intermedias hacen que los períodos intermedios, como la tardenoche se extienden y expandan de maneras no del todo homogéneas. Bueno, la cosa es que yo figuraba frente al PS3, jugando y escuchando el podcast de John Suntress, que es una delicia escuchar siempre, no tanto por su conversación inteligente y sus dedicadas entrevistas a la gente que hace cómics en Estados Unidos como por la infinita cantidad de referencias al mundo del cine y la cultura pop en general que, simplemente, chorrean de la conversación. De escucharlo descubrí cosas como la trilogía Red Riding, las entrevistas de Truffaut a Hitchcock y, esta semana, "The Trip" la serie cómica en que Steve Coogan hace de una versión de sí mismo, recorriendo el norte de Inglaterra junto a Rob Brydon.

Para los que no les suene, tanto Coogan como Brydon son comediantes de cierta carrera ya en en Inglaterra. Coogan además ha hecho algunos papeles menores en el cine yankee y tiene ese aire de triunfador engreído y arribista que interpreta cada vez que hace de "sí mismo" en una película o serie. Lo pueden ver en el corto con Alfred Molina de Smoke & Cigarretes. La premisa de la serie es la siguiente: a Steve Coogan le han encargado hacer un reportaje/guía culinaria del noreste inglés el que iba a hacer en compañía de su sofisticada novia-casi-modelo, la que lo acaba de dejar, obligándolo a invitar a un colega, un semiconocido, una de esas personas que en verdad parecen terminar siendo nuestros amigos a base de nunca haber sido realmente tan importantes como para pelearnos con ellas. Rob Brydon, que también las hace de sí mismo, pero en particular las hace del hombre de familia agradable y aterrizado, el contrapunto buena persona del egótico Coogan, se une al viaje un poco por hacer un favor y un poco por que sí nomás. Es de ese tipo de personas.

La serie no tiene mayor línea argumental que la ya descrita: Coogan y Brydon llegan a un pueblo pequeño, van a un restorant por lo general exorbitantemente caro y conversan, se quedan en un hotel y parten al día siguiente. No hay tantas situaciones y lo que mueve la serie son las conversaciones a la mesa o en el auto, que funcionan como un acto de stand-up comedy deforme, pero entrañable. La esencia del viaje familiar está ahí, en tener que tolerar las conversaciones superfluas, la música ajena. La esencia de todo viaje acompañado está ahí, en realidad. El encontrarse accidentalmente con El Otro, como metáfora de la vida o de todo en realidad. 

A Coogan y Brydon la comedia les sale increíble, la verdad. Genuina y libre de las ataduras de un formato específico, el chiste siempre está recayendo en la decadencia última de los personajes que la interpretan, lo que a ratos no dejan de incomodar ligeramente, pero es precisamente ese el mayor encanto, y la mayor sorpresa de "The Trip". Cada capítulo termina en una nota horriblemente dramática, en tanto Brydon y Coogan se comunican con sus respectivas (ex)parejas y la nota repetitiva y jocosa del artificial día de reporteo da paso a la triste realidad de las cosas: al echar de menos a la señora y los hijos que están lejos y a la pareja que ya no es más.

Y, a mí al menos, me partió el alma.

En serio.


Puede ser el viejo truco de hacerte reír antes de lanzarte el drama, o puede ser mi reciente vida de viajes, o puede ser que yo también soy un poco un hijo de puta egótico y solitario como Coogan, pero cuando terminé el sexto capítulo (esto fue el sábado en la mañana) estaba, no llorando en catarsis, sino en uno de esos silencios que remarcan una suerte de vacío cilíndrico en el pecho...¿en el lugar donde debería estar el alma? Quién sabe....

Aún así, es una gran experiencia. Me parece que por ahí la cortaron  y editaron para presentarla como película, pero mi recomendación es ver los seis capítulos de media hora. Así se aprecia más la repetición y el tedio del viaje, y por ende los golpes de movimiento también se reciben mejor. Gran comedia y Gran drama, todo mezclado, así es que cuidado con el sabor final.


viernes, 14 de octubre de 2011

Tomé papel y lápiz...

...y esparcí las prendas de tu amor sobre la mesa, naturalmente.

Feliz fin de semana, queridos todos. Espero que el destino nos junte por ahí.

jueves, 13 de octubre de 2011

Partidos con clase.


El equipito que las hace de local en San Carlos de Apoquindo, finalmente será local en San Carlos de Apoquindo contra uno de los así llamados "grandes del fútbol xileno". La trampa está en que no se les venderá entradas a los socios del así llamado "grande del fútbol xileno".

Es decir: Primero no jugaban ahí porque se creía que "los vecinos de San Carlos", por algún decreto divino mejores que el resto de los vecinos de estadios a lo largo de Chile, iban a sufrir la destrucción de sus propiedades. Los vecinos de Macul, de Ñuñoa, La Cisternas, Independencia y un largo etcétera claramente somos ciudadanos de segunda clase. Ahora, en cambio, se puede jugar el partido, pero se les prohíbe subir a esos pelientos, atorrantes, ciudadanos de segunda que harían los destrozos.

Cambia el estadio, pero el clasismo sigue, señoras y señores. Y hoy he perdido harta concentración en ignorar los comentarios en línea de algunos de los así llamados "hinchas" del equipo de la franja. ¿O cree que lo de pelientos y atorrantes lo dije yo primero acaso? Gente tratando, en supuestas argumentaciones serias de "parásitos y delincuentes" a gente que, en no menor parte el único mal que hace es sublimar la miseria de su vida en un equipo de fútbol (y esa primera piedra no la podría tirar yo en mil doscientos años). Este no es el único terreno en que la discusión se pasea por estos abismos.

¿Tantas ganas nos tenemos los chilenos? ¿Serán las rencillas del pasado canalizadas en cada tema posible? ¿Será algo que va en nuestra naturaleza de tierra en constante conflicto?

Me ronda el fantasma de la calidad de la educación cada vez que veo tanto comentario tan salvajemente mal argumentado y tan...troglodita y ensimismado. Porque de las cosas que la gente suele no mencionar es cómo una mejor educación naturalmente te vuelve una persona más abierta a los demás, aunque sea por canales básicos como el conocimiento.


El conocimiento es una de las tantas formas de reconocer un otro, de reconocer que mi verdad no es la verdad y que, la mayor parte del tiempo, es sólo válida para mí, y si es que. Un proceso de conocimiento bien guiado nos debería llevar a una mayor conectividad entre todos, a entender que la prerrogativa del otro es necesariamente distinta de la mía y a evitar decir cosas como que en tal o cuál barra son todos delincuentes y que si estoy diciendo eso es porque asumo que mi interlocutor es lo suficientemente inteligente para entender que hablo en hipérbole bromista.
[DJ Hipérbole Bromista va a ser mi nombre de tornatablas]

En fin. Es uno de esos días. El discurso occidental es tan pesimista que cuesta no empaparse de él. Y la verdad es que la gente de Católica siempre me ha caído tan mal, precisamente por gestitos de clasismo cobarde como este. Asúmanse en su snobismo y presunción de exclusividad, niños. No hay peor defecto que el del cínico.



Oh you are no fun anymore.

Ayer, el mismo día que me encontré recordando-remedando la vieja frase de cierre de sketch de los Monty Python, fue el día en que tuve la peor actualización de sistemas operativos de mi vida.

Era el gran día gran, lanzamiento del iOS 5, sincronización en nube, blah, blah, blah. Partí, como buen hijo de vecino por actualizar my iPhone, pero el servidor se encontraba colapsado y me pidió una serie de actualizaciones a mi sistema operativo antes de poder dignarse en procesar mi solicitud (partamos de la base que lo tenía actualizado al día anterior). Una vez hecho esto me amenazó con borrar toda mi información porque había un problema con el respaldo y por ende perdería todo. Lo que no era gran cosa porque casi todo estaba respaldado así es que le dije que sí, que le diera para adelante nomás.

Entonces se negó a actualizar. Del todo.

Cambio en el equipo, conecté el iPad para ver si por aquí nos iba mejor. Mi iPad tiene bastante más capacidad que mi teléfono y está bien cargadito de películas y cómics, sobre todo cómics, así es que el proceso iba naturalmente a ser más lento.

No sucedió. Para nada.

Pasaron las horas y, arguyendo un problema generando el respaldo de mi iPad, nuevamente, el proceso se interrumpió una y otra vez. La paciencia empezaba a esfumarse de mi lado, de a poquito. Se escurrió sutilmente hacia la puerta del departamento y giró lentamente la manilla.

Probemos de nuevo con el teléfono, pensé. Ahora sí, todo siguió el curso que debería seguir, sólo que a la velocidad de la tortuga coja. Tras hacer la alaraca de no devolverme mis canciones y archivos, el sistema me pregunta si acaso quiero mis canciones y mis archivos y todo. Inocentemente le dije que sí y terminé llegando media hora tarde a casa de Javiera, tras haber pasado en total tres horas actualizando, la mitad de las cuales no tuve teléfono sino un ladrillo a mi lado.

Ya de vuelta a casa, ejecuté el mismo procedimiento con el iPad y el respaldo fue tan lento que lo dejé la noche entera trabajando y al despertar ahí estaba mi actualización mágica. Un retorno nostálgico a los días de las descargas así, de un día para otro; los días en que los procesos digitales parecían imitar a los análogos en sus modos de siembra y cosecha.

Y, puesto así, no es nada, es un poco de tiempo perdido para un asunto absolutamente superfluo. Pero era, hasta ayer, un asunto superfluo que había funcionado eficientemente.


martes, 11 de octubre de 2011

Dónde estoy, quién soy, qué hago, qué leo, qué escucho.

So pena de volver a este humilde espacio una versión digital de los diarios de William Byrd, hagamos un pequeño repaso.

Estoy en la ciudad de Santiago, donde pretendo estar a lo menos por tres o cinco meses más. Estoy dedicado a terminar una novela que empecé hace años y que debería estar reescribiendo furiosamente. en vez, me he dedicado a escribir cuentos que por ahí terminan financiando la reescritura en caso de que suceda lo que sospecho y termine siendo más furiosa de lo que pensaba. Entremedio tengo una que otra pega freelance y estoy disponible para escribir lo que usted quiera que le escriba o corrija. Hay pocos mercenarios mejores que yo en el mercado y tengo el testimonio de los clientes para avalarme.

Pero mi principal foco es escribir, porque a eso vine este mundo.

Lo último que leí fue Habibi del buen Craig Thompson y Marisha Pessl me acompaña con su Special Topics in Calamity Phsyics, novela que a ratos creo que intenta decir mucho en muy poco espacio y que peca de tener una autora demasiado empecinada en probarse a sí misma. Después recuerdo que es una novela debut, pienso en mi propia novela debut y me quedo bien callado. A veces me pasa.


Los últimos tres discos agregados a mi iTunes son Universal Truth and Cycles de Guided by Voices, 45,000 volts de N'gozi Family e Instant Coffee Pictures de The Wave Pictures. Llegaron a mí por un escritor de cómics, un cómic y mi mejor amigo, respectivamente.

Más o menos así: Matt Fraction escribe Casanova, mi cómic más hiperfavoritoconfundamental del momento y quizás la única sensación de satisfacción periódica que tengo en estos caóticos días; antes de escribir cómics dirigía videos con su productora, que hizo el video de Back to the Lake, canción que está en ese disco de GBV. Pero ahora que escribe Casanova hace cosas como ponerle títulos de canciones a los microcapítulos de la historia y uno de ellos es Everything is Over de, exacto, N'gozi Family.

Mediante algún medio extraño de compartir gustos musicales hoy, mientras redactaba un correo para contarle que estoy medio permanentemente en la capital, recibí un mail de Gonzalo que podía o no ser Spam recomendándome la canción de The Wave Pictures que usted va a encontrar al final de este post. Temeroso del Spam, me fui a youtube a buscar la canción y encontré un video del que me enamoré lo justo y suficiente para dejar que la música sonora en dos repeticiones y llegara para quedarse a mi vida. Suena de fondo mientras tipeo esto y dejé el RepeatOne marcado de la mañana, cuando escribí un cuento con "Señores Pasajeros" de los Electrodomésticos. Ahora me voy a sacarle ese repeat, pero no sin antes dejarle la invitación.


Me queda pendiente el quién soy, pero de momento a usted le basta con saber que soy [El Autor] de este humilde espacio, ¿verdad?



lunes, 10 de octubre de 2011

La viudez

De todos los estados de duelo y resistencia al paso del tiempo no hay peor cosa que la viudez. La viudez metafórica, por supuesto. Usted que leyó el post pasado intuye que esto puede ser más bien un comentario al pasar dedicado a los y las viudas de Bielsa. Esos que ahora sufren y rasgan vestiduras y creen que todo lo que haga el nuevo técnico de la selección es inevitablemente lo peor del mundo. 
La etapa más terminal de la Bielsamanía, a cierto número de conciudadanos le ha asaltado el hipercriticismo, por las razones que sean, contra nuestro rechoncho nuevo seleccionador nacional. Armados de un fatalismo a toda prueba, le inventan los problemas que no tiene y se solazan cuando estos se vuelven realidad. Como la supuesta indisciplina de la semana pasada, que fue reportada a nivel de rumor el día martes (antes de que los seleccionados se concentraran como tal) y que la prensa deportiva creyó conveniente no sacar a relucir sino hasta el día mismo del partido, en una nota firmada por el equipo editorial. Patoteros, maleteros y cobardes todos.

No, no es el fin del mundo. Sí, Borghi tiene un estilo distinto, una forma de ver el fútbol muy distinta y un liderazgo radicalmente opuesto al que ejercía Marcelo Bielsa, pero no es ni tan terrible. 

Canonizado el rosarino, el olvido se lleva la derrota ante Argentina, los errores cometidos ante Brasil, la mediocre campaña mundialera. Se recuerda romanticamente la disciplina de la prensa, al tiempo que se pone bajo borradura esos primeros días de práctica en las cercanías del aeropuerto; lo escandalizado de los medios locales que exigían, malacostumbrados, tener contacto a toda hora con los jugadores, llevarlos a estelares,y así. La pataleta de la prensa quedó bien atrás a medida que los resultados se iban dando.

No es por desmerecer el trabajo disciplinado y disciplinario del Bielsa, que encontró ciertamente un hueso duro de roes en nuestro país, pero en la cancha su fútbol mecanizado del tipo Paso 1- Paso 2 - Paso 3 - si algún paso no funciona vuelva a empezar la serie me parecía de lo más latero y estático. 

Pasa que me gusta Borghi, me pasa que siempre he compartido su visión de fútbol ofensivo, a veces caótico en su afán de llegar al arco rival apilada y arriesgadamente. Como el mismo entrenador, que a los 19 se encontraba tocando techo en el Milan, sus equipos juegan con la arrogancia del naturalmente talentoso, que entiende que tiene que jugar y que jugar efectivamente es una lata y por ende la única salida posible es la diversión, el riesgo innecesario. 

Puede no ser la mejor opción para Chile, que dista mucho de ser la joya del medio mundial o continental siquiera, pero es un gusto verlos intentarlo. El partido perdido con Argentina fue muchísimo mejor jugado que el equivalente del proceso pasado y a estas alturas, con toda la distancia estética del caso, el resultado da lo mismo. Quizás para los que aún tienen la obsesión de los equipos chicos por clasificar y ganar como sea, puede ser algo, pero tener esa actitud y desplante en el control de la pelota puede ser ciertamente un gesto evolutivo. 

Mañana Chile salta a la cancha contra un envalentonado Perú adiestrado ni más ni menos que por el viejo zorro Markarián, quien sacara campeón a la gloriosa Universidad de Chile a base de todos los ratoneos y trucos posibles. Va a haber que ver cómo se da ese duelo, que no va a estar nada de fácil. Perú es un equipo contundente y Markarián es un entrenador competente. Da para cualquier cosa.

Sea como sea, no será ni la eliminación total ni la regresión a la época de Pelao Acosta ni nada por el estilo. Será un partido más nomás y al menos yo estaré contento de ver un equipo que se mueve más orgánicamente, con desplante, y no como un pedazo de inteligencia artificial del FIFA 97.

Espejadamente, el pavor.

Al final el proceso de alcoholización con Jadue no fue tal. O más bien fue, en una versión moderada y a medianoche me encontré entendiendo lo que estaba pasando realmente. De las cosas que siempre me han intrigado de ella es su capacidad de moverse espejadamente en una conversación; o sea, esa estrategia de replicarle al otro y mantener la conversación viva a un nivel de superficie, cosa que yo mismo hago y bastante, en especial cuando mi interlocutor me es sólo medianamente conocido. Mi relación con Jadue a lo largo de los años ha sido muchísimo más textual que real, por lo que anoche era la primera vez que nos sentábamos de tú a tú con un par de tragos mediante, a ver qué pasaba. 
Lo que pasó fue que, efectivamente, los dos entramos en ese modo de suspensión espejada y la hora, las horas se pasaron en un pingponeo verbal donde la superficie no fue ni arañada. El reflejo del reflejo ad infinitum. Lo que no quiere decir que no haya sido grato, todo lo contrario, pero llegué a casa con la sensación de que podríamos hacerlo por siempre o no hacerlo nunca más y daría lo mismo.

Amistades en suspensión cuántica.

Una semana atrás me encontraba en la situación completamente inversa, y por lo mismo perfectamente simétrica, conversando sólo desde las profundidades, donde cada dato, por trivial que fuera parecía resonar desde la caverna personal de los interlocutores. También la sensación era de una amistad in media res, como si, máquina del tiempo o drogas mediante, nos hubiéramos despertado un día para descubrirnos íntimos cómplices de la vida. Por lo mismo, al día siguiente podríamos no serlo.

¿Son esto los tiempos que corren?

Mientras los científicos consiguen teletransportar información y el adviento del computador cuántico es más o menos inevitable (temas de conversación en el ambiente alternativo del cumpleaños del sábado) quizás nuestras mismas vidas se van amoldando a eso. O quizás siempre fue así y es el pasar de los años el que, con cierto adiestramiento, nos permite conectar instantáneamente con las personas y poder captar de entrada como sería el futuro posible. 
Otra de esas cosas indecibles, indecidibles.


Recorriendo la web en pos de información del Dr. Pavor, la difunta serie infantil de UCTV, me encontré con un fotolog donde la dueña postea su foto con el actor principal, contiene la siguiente línea:

él es el hombre tras doctor pavor. ahora se nos viene con un proyecto nuevo donde pavor es el único rostro.


Y dígame usted si "Pavor es el único rostro"no es el mejor nombre para una terrorífica serie o película. Lon Chaney, ven a mí.


Gracias, Lon Chaney, por venir a mí. En mi corazón serás siempre la única persona capaz de llevar el protagónico de "Pavor es el único rostro"

domingo, 9 de octubre de 2011

Domingo disciplinado (donde [el Autor] escribe por lo segundo, durante lo primero)

La importancia del lugar de trabajo propio, del espacio claramente delimitado y dedicado a la actividad que uno ha de considerar su oficio, no puede ser mirada en menos. Ya lo sabía Woolf, y lo postulaba en su ensayito ese, ese en que esgrime la falta de espacios para la mujer creadora por allá por mediadoprincipios del siglo XX como una gran metonimia para la falta de mujeres creadoras, por allá por mediadoprincipios del siglo XX.

Ahora tengo ese espacio y me dispongo a usarlo, por primera vez en mi vida. De chico tenía un escritorio pequeño (mi pieza era realmente pequeña, vivíamos con mis papás en un departamento que de por sí no era muy grande, pero que más encima en nuestro caso tenía un living-comedor excepcionalmente amplio a costa del que habría sido mi espacio de trabajo), pero la gran verdad de las cosas es que de chico no estudiaba mucho. Debo haber estudiado durante el primer semestre de primero básico y sería. En algún lugar de esos cuatro meses le encontré el pulso a la escuela, a las instituciones académicas en general y de ahí no paré más.

Mala cosa. Pésima cosa.

Porque hubiera preferido sufrir más y tener más disciplina hoy. Treinta años después, algo, algo de eso he podido recopilar. Y aquí estoy.

Cada tanto miro a la derecha, donde el televisor prendido me muestra las noticias y me recuerda lo fundamentalmente idiotas que son los integrantes del gobierno actual. ¿Por qué en Chile la gente de derecha tiende a ser notablemente menos analítica, más falaz y poco asertiva que la gente, ni siquiera de izquierda, pero al menos algo más liberal? En todo el mundo el conservadurismo es más bien lento y tonto, quizás porque se basa en sesgos de la realidad, en cortar elementos, en hacer vista gorda de desigualdades y responsabilidades. Y tienen esa maldita manía de querer regular al resto según sus canones. Yo no tengo problema en que mis amigos conservadores se casen y tengan hijos y los eduquen en los santos misterios de alguna deidad que les obligue a replicar el modelo y considerar perverso todo lo demás, pero espero que al menos nos dejen al resto solazarnos en esas perversiones y otras más. Es un mundo amplio y la diversidad es la cosa más linda de todas.

Anoche fui a uno de los dos cumpleaños pactados nomás, postergando el otro por una junta con el festejado a ver al equipo de nuestros amores. 

En otro sector del país, la gente llora la partida de Bielsa y afila sus hachas para darle a Borghi. Detalles sobre eso más adelante, mañana.


OJO AL PIOJO: En el Archivo Nacional de la Biblioteca ídem esta semana hay una serie de documentales sobre las industrias extractivas en Sudamérica y la real cuchufleta neocolonialista que nos están pasando mientras yo escribo esto, mientras usted lo lee. Auspicia Amnistía Internacional, una organización noble, cuyo único pecado quizás haya sido auspiciar el único concierto de los New Kids on the Block en Chile. Oooh, baby.


Mi canción al despertar fue esta, que es de los buenos-buenos lados B de Radiohead. Una de esas que hablan de nacer de nuevo y la única en que el ojijunto vocalista se refiere a sí mismo en tercera persona.

Ds&Cs, LIFT

sábado, 8 de octubre de 2011

A modo de checklist

Escritorio habemus.
El experimento alcohólico con Jadue quedó para mañana.
Se me hizo tarde en esto del montar el escritorio, así es que creo que iré a lo de Panthro y si queda energía a lo de JM. Mal que mal, si llego a eso de las 4 a lo de JM, albergo la esperanza de encontrar algo que tomar o terminar en Casa de Cena.

En el día 0, y muy recursivamente, la cosa se ve más o menos así:


Mañana más crónicas y cosas, como por ejemplo: la importancia del escritorio propio, Virginia. Hoy: siento que voy un poquito tarde a todo y que quizás debiera quedarme en casa.

As if.

viernes, 7 de octubre de 2011

Las grandes pinceladas y los pequeños retoques.

Me pasa cuando escribo. O más bien me pasa cuando tengo un Gran Plan de escritura, con estructuras definidas y el mítico margen para la improvisación: me siento y tipeo o dibujo o escribo simplemente con tinta sobre papel y lo paso increíble con las primeras grandes pinceladas. Todo puede pasar, todo es posible y está permitido, nada tiene que coincidir o serle fiel a nada y cuando en efecto lo hace es una reacción química maravillosa, como el beso sorpresivo de alguien que te gusta pero que no sabías que te gustaba tanto. En serio.
Después, los pequeños retoques son un martirio. Me son un martirio al menos. Pulir y pulir con cincel pequeñito, sintiendo a cada paso la presión de no salirse del margen, de no botar una estructura. Todo tiene que calzar y cuando lo hace es maravilloso, como esa vez que saliste con alguien por tres semanas antes de enterarte que tenían La Misma Visión sobre los temas políticos y qué alivio que es estar con alguien así. Pequeñas sorpresas, valores agregados.
El problema con la reescritura, mi problema con la reescritura es precisamente mi claustrofobia en esos pequeños detalles. A veces se me olvida que toda la página es mía y que perfectamente puedo tomar esa columna y reemplazarla por otra y adecuarlo todo. Siempre se me olvida en realidad, pero escribo esto para exorcizarlo.

Estoy en Santiago, ya más definitivamente, si es que tal cosa existe en mi vida. Me dormiré apenas postee esto, o más bien me iré a leer algo antes de dormir. Mañana iré a escoger un escritorio y una silla cómoda. Una silla que aguante mi peso sin hacerme sufrir por buena parte del día y un escritorio simple, donde tener mi computador y quizás algunos compartimientos para guardar los libros que abro cuando necesito refrescar mi mente un rato.

Me sorprendí con el computador apagado a las diez y media de la noche, descansando un rato, paladeando una curiosa paz. Hoy hay un precumpleaños de JM, pero me lo pierdo en pos de la curiosa paz. Mañana se celebra JM, se celebra Panthro y estoy semicomprometido a emborracharme con Jadue, cosa harto buena, porque uno tiene que emborracharse con Jadue alguna vez en esta vida. Algo pasará. El día que compro mi escritorio, mi silla y me siento.

Va a ser un buen día.

lunes, 3 de octubre de 2011

Motores, calentando.

El fin de semana que recién se acabó, casi para celebrar el final de temporada del Doctor en medio del Monument Valley en Utah, agarré camas y petacas y partí al Valle de la Luna, en las cercanías de San Pedro. Fue ahí donde tuvieron lugar una serie de acontecimientos, algunos planeados, otros no tantos. Fiestas "clandestinas", niños molestos, sensaciones de tiempo detenido, toma de decisiones profundas.

Silence will fall...



Estoy escribiendo esto ahora, como parte de esas decisiones profundas.


Sucedió el sábado en la noche, post-Valle de la Luna, post-fiesta "clandestina" (sucede que en San Pedro los lugares cierran increíblemente temprano para ser un sitio turístico, pero siempre se organiza una fiesta abiertamente secreta donde la gente de las empresas de turismo te lleva en sus buses y se reúne buena parte del pueblo y su población flotante. Detalles por otro medio, más adelante): hallábame mirando el cielo, medio en pos de estrellas fugaces, medio sintiendo la rotación del suelo cuando sentí que todo se prolongaba, en una suerte de continuo. Por unos minutos las estrellas más que moverse parecieron arrastrarse y el tiempo mismo se dilató. De fondo sonaba el disco de boleros de Carlos Cabezas.

Habiendo pasado los últimos siete meses en un trabajo que fue bueno en tanto experiencia diferente, pero que estaba lejos de satisfacerme y hacerme sentir todo lo valioso y conectado con la realidad que un trabajo debe hacerte sentir, y teniendo una novela que a veces se diluye en sus tiempos de reescritura al punto que se está volviendo insoportable lo cerca y lejos que se ve su final (en un punto pensé que terminaría de reescribir la primera parte el fin de semana del 18, y de ahí en más todo se ha esfumado) y considerando todas, todas las circunstancias del caso como sólo se pueden considerar bajo la luz de las estrellas cuando estas se arrastran, dejando una estela a su paso en medio del cielo ralentizado; he decidido dejar mi trabajo para dedicarme a escribir.

Así como lo oye.

Es tremendamente incauto, pero no alcanza a ser insensato. Tiene la dosis justo de riesgo calculado y salto de fe. Que es lo que se necesita en estas cosas. . .

FLASHBACK CON FORMA DE ACORDEÓN

Jo y yo en una cafetería. En unas cafeterías. En países distantes, en comunas disímiles. El mismo momento plegado como un dibujo en el fuelle del acordeón a través de los años. A veces empieza ella, a veces empiezo yo, el diálogo toma más o menos la misma forma.

- A veces siento que lo que se necesita es tener esa experiencia de escribir con hambre.
- Como [Inserte autor aquí, pero por lo general es Dostoievski]
- Sí... tenerle esa dedicación exclusiva, no tener la excusa de la falta de tiempo, tener el apremio de escribir por escribir, porque la vida, literalmente, se te va en ello.

Y de ahí la conversación derivaría en el estado de la industria editorial u otras cosas que no tuvieran nada que ver con la situación....

           pero la premisa quedaría.  Y queda. Aquí vamos, aquí voy.


Deséeme suerte. No va a estar de más, mi querido lector.

[El Autor] usa sombrero y garantiza así no tomar decisiones insolado