domingo, 12 de octubre de 2008

Fue Bueno Mientras Duró: A propósito de Heroes

Hace dos años ya que NBC encontró en "Heroes" la tabla de salvación para una parrilla programática que era muy buena pero que no la veía nadie. Tenía apuestas interesantes como Friday Night Lights y hits con la crítica como 30 Rock y Studio 60...pero con los que no pasaba mucho en términos de rating y por ende, de plata. Y en medio de esto apareció esta serie de individuos con súperpoderes, viajes en el tiempo y tanta otra cosa a la que el porcentaje más nerd de la humanidad estamos acostumbrados, pero que no habían tenido una exposición pública serializada como esta (No, esas series con Superboy no cuentan).

Y daba gusto. Yo me acuerdo que daba gustito. Llegar a casa los Lunes y seguir una historia que tomaba los mejores elementos del comic de súperheroes y los plasmaba con personas en una narrativa bien urdida, con ritmos bien manejados y personajes construídos con el mejor de los misterios. Hacia el final de la primera temporada los ritmos se fueron perdiendo un poco, con un final un tanto dilatado, pero valió la pena.
La segunda temporada adoleció del paro del gremio de los escritores para TV, pero no por eso fue mala. Sin embargo, dado los problemas de ritmo ya mencionados hacia el final de la primera temporada y teniendo que lidiar con una especie de reinvención contrareloj: pocos capítulos para dejar sembradas interrogantes Y ofrecer acción a buen nivel, la serie fue perdendo popularidad y sus ratings fueron bajando paulatinamente.
Cuando una serie hace las cosas bien (y esto es extrapolable a muchos planos de la vida) pero no recibe un feedback positivo, empiezan los cuestionamientos y no es raro que se tomen medidas demás y se cometan excesos que terminen por matar la proverbial gallina.

Damas y Caballeros, no es sino esto lo que le ha pasado a Heroes en su tercera temporada.


Con un capítulo inicia vergonzoso de lo puro mal manefacturado: dirección torpe, transiciones débiles y actuaciones de comercial, esta temporada empezó a destacarse como la temporada del exceso, de la tontera por el gusto de la tontera y de la explotación de lo que había salido bien antes. La gallina que más sufre es Sylar, el enigmático villano de la primera temporada, que es reducido al nivel de la caricatura desde el minuto 1. Con el correr de los capítulos la serie algo se repone, pero no puede dejar de estar sentada en retorcer a sus personajes al punto de volverlos irreconocibles y de refreir plots de comics bien antiguos. Mal que mal, el cuento del futuro apocalíptico para la gente con poderes tiene ya 27 años a la sazón. Y claro, se pueden contar buenas historias con viajes en el tiempo, pero contarlas una y otra vez hace que pierdan su verosimilitud y, lo más importante, la confianza en la historia misma. Uno ve Heroes ahora y piensa que TODO lo que está pasando y ha pasado es suceptible de ser re-escrito por alguno de sus personajes temporalmente desplazados. Entonces, ¿para qué invertir emociones en historias que serán borradas de un plumazo, bombazo o explosión? Uno puede verla y seguirla por cariño a ciertos personajes, pero no mucho más. Lo realmente interesante de todo esto es que Heroes se ha vuelto un pastiche de sí misma en la misma forma en que las series regulares de comics lo hacen. Uno termina pasando tanto tiempo con los personajes que no termina siguiendo la historia desinteresadamente, más con un morbo de reality, sin importar la calidad de esta.

PERO POR OTRO LADO.
En nuestra sección "A nerd, nerd y medio": Clone Wars.

Porque hay sorpresas gratas en TV fíjese. O en la TV que uno descarga al menos. Superando con creces a la película, que en efecto funciona como un gran comercial para la serie, Clone Wars sorprende gratamente tratando personajes familiares y dotándolos de una profundidad y riqueza especial. Tres episodios van ya y la serie entretiene con episódicos que van enhebrando continuidad sin dejar de ser independientes, formato que ha sido mi favorito siempre cuando se trata de contar historias serializadas por televisión. Bien pensada para la pantalla chica, todas las simplezas en el diseño que quedaban expuestas en la película desaperecen en el formato más reducido. Y entre tanto universo expandido, videojuego, revista de comiquitas y demases, el gusto que queda tras ver cada capítulo de Clone Wars es sorprendentemente grato. No es que sea una valla tan alta, pero estos tres capítulos son tanto más disfrutables que las películas entre las que se enmarcan.

Yo tenía toda la predisposición, yo quería re-engancharme con la nueva temporada de Heroes, pero no pasó mucho. En el otro frente, no le creía mucho a Clone Wars...y aquí estamos.

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