martes, 20 de junio de 2006

Cine y comics: X-Men III

Fin de Semana de Cine, en medio del caos que naturalmente supone el inminente fin de semestre, y eso sólo puede suponer...FILM REVIEW!!

Aparte, Cine y Superheroes, come on, no esperaban que les comentara "Touching the Void", ¿no? Película sobre la que mi cuñado debiera escribir, no yo.


X-Men III es de esas que no decepciona. Pensada como estricta secuela a la segunda parte (apoyada por una fuerte campaña de repeticiones en cable y DVD de la Fox), X-Men III se la juega tomando riesgos que no son comunes en una película de comic (ni mucho menos en un comic). Como ya lo decía el bueno de Fresán, estamos ante la película con mayor tasa de mortandad de personajes principales. Muertes que, lejos de ser gratuitas, van desarrollando la historia y moviéndola hacia adelante, en lo que termina siendo el fin de un ciclo para los mutantes. Brett Ratner dirige haciendo que nadie se acuerde de Bryan Singer (incluso con mejor pulso para las escenas de acción, cosa que tanto le costaba el director de Superman Returns), en una historia que aprovecha el sello natural de los X-Men : personajes conflictuados, dramas internos, y por sobretodo un tratamiento de los "bandos" en pugna considerablemente más complejo que "los buenos y los malos"; para profundizar el desarrollo de estos personajes contando historias más interesantes. Así, el Profesor Xavier muestra al fin su lado manipulador y obsesionado con el control, con las consecuencias que ello trae; Wolverine aparece como un individuo más maduro; y Storm mantiene su calma(no pun intended) en un mundo de extremos. Magneto además aparece como el perfecto contrapunto a Xavier, siendo por momentos hasta un individuo más agradable que el personaje de Patrick Stewart.
Si bien más parafernálica y explosiva que las anteriores, a X-Men III estos gadgets no le hacen ruido, sino que incluso sirven para resaltar que lo que está de fondo es más importante que esa superficie llena de superpoderes y efectos especiales. X-Men III cumple, como los mejores blockbusters lo hacen, a la hora de aportar un sustrato alegórico tras dos horas de entretención sin parar.

Mi única queja es la escena final con Magneto en el parque, un tanto innecesaria. La película estaba perfecta hasta el mismísimo último cuadro. La imagen de Magneto como un viejo solitario era buena, como lo es el (a mi solipsista juicio) verdadero final de la película, con Wolverine mirando en soledad el comienzo de algo que sólo puede ser llamado la nueva generación de X-Men.

Claro, la imagen que acompañan no es esa, sino una muestra de cómo, para alguna gente, el final del mundo no es más que una excusa más para fumar.

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