sábado, 12 de marzo de 2011

Cosas, cosos, experiencias.

Escribo esto y ya es de noche y yo debería estar en una fiesta de cumpleaños, pero eso ya no va a pasar. Pasa que en mi visita a la capital aproveché de jugar a la pelota y quedé en magras condiciones para irme de fiesta. Un amigo cumple treinta y otros dos amigos, que ya tienen treinta, me llaman y mandan mensajes en línea para decirme que están igual de cansados que yo, sin partido ellos, y que no van. Jarvis Cocker siempre, siempre, siempre me espera a la vuelta de la esquina con su you are the party that makes me feel my age. Me sonrío nomás, este mundo tiene demasiada gente haciéndolas de Danny Glover en Arma Mortal 2, y 3, y 4, siempre quejándose, siempre demasiado viejo para esto.

Es imposible ser demasiado viejo para esto, hay una contradicción lógica en la frase misma. Somos para esto. Pero desvarío.

Es de noche y en el departamento de al lado hay un asado. Sensación que es siempre extraña, cuando los vecinos tienen fiesta. El ruidito de conversaciones ajenas, de chistes extraños. Es escuchando a Otra Gente que uno advierte como toman forma los mitos urbanos, cuando uno escucha las mismas historias, todas de la boca de alguien que tiene un tío que trabaja en...o un amigo que es amigo de.... Después, las conversaciones entran en ciclo: el ciclo de los dibujos animados, el ciclo de la actualidad. El ciclo de los dibujos animados es una de esas cosas que pretendo graficar con lujo de detalles en algún lugar del futuro. Detalles más adelante.
El ciclo de la actualidad es triste, bien triste. Mejor, a otra cosa.

OTRA COSA TRISTE (pero hermosa) : La trilogía Red Riding, las películas que Channel 4 hizo hace un par de años ya, adaptando el ciclo de novelas de David Peace. Tre men da.
Le diré que la historia gira en torno a una serie de desapariciones y asesinatos de niñas pequeñas, por el así llamado Yorkshire Ripper por allá por los 70s. Le diré que las películas llevan en el título el año en que están ambientadas: 1974, 1980 y 1983; y que forman parte de un universo coherente, compartiendo personajes, si bien las dos primeras pueden ser vistas por su cuenta como producciones que no requieren mayor explicación.
Le diré que la mejor forma de verlas, yo estimo, es en el silencio de la noche, durante tres noches seguidas. Si al terminar la tercera noche no siente el más mínimo impulso de querer verlas todas juntas en modo maratón, yo me sentaré con usted y veremos juntos tres películas de su total gusto; o me sentaré en soledad y usted me torturará con tres películas de su elección.
El tono de la serie entera es triste y derrotado, pero está filmada con tal tino y belleza que el resultado final es impresionante. 1974 es quizás la que presenta la propuesta estética más interesante, mientras que 1980 le da una riqueza y profundidad a la historia en general que sorprende e impresiona en sus cambios de ritmo. 1983 es el final y poco más, la más débil de las tres, ciertamente. Pero aún así, cada una por sí sola y todas juntas son Un Gran Espectáculo.

OTRA COSA (del espacio).
Lectores angloparlantes: Clarkesworld magazine publica en línea un cuento bien redondito y piola, en el que Peter Watts recuenta la historia de The Thing, la peli de John Carpenter, sólo que esta vez desde la perspectiva de la cosa.
Escuchas angloparlantes: En el mismo sitio, Kate Baker lee la historia, con una voz monótona e hipnótica que le viene perfecto a la historia. Pruebe tumbarse en la oscuridad más completa escuchando la historia. Procure no gritar "Mamaaaaaaaaaaaaá" y no asustarse con el menor de los ruidos después. Es una grata experiencia.

Y ya que estamos con experiencias: Sweet Sensation con su único hit, del año 1974, de la banda sonora de Red Riding: The Year of Our Lord 1974, es Sad Sweet Dreamer:


Después de la película, me cuesta mucho no teñir la canción de esa tristeza de las cosas inevitables, del punto en que la suerte se sabe echada y ya no hay vuelta atrás. Toda la alegría coreografíada de estos muchachos se siente, tras ese punto, un tanto desesperanzada. Otra de esas experiencias.

OYENDO/LEYENDO II.
Brevemente y por el gusto de compartir, estoy escuchando las entrevistas de Peter Bogdanovich a Orson Welles, porque todo indica que me voy a obsesionar con la figura de Welles de aquí a un par de meses más. Como botón de muestra, Orson se enoja al grabar un comercial para Findus.

Sucede que me gusta la gente así, con aspiraciones grandes e ideas aún más grandes. Cada tanto, Jarvis Cocker me espera en otra esquina para cantarme the meek shall inherit absolutely nothing at all y yo me sonrío y veo a la gente con sus pequeños sueños producidos en masa y sus muchos miedos producidos por aquellos que profitan de vender sueños en masa y asiento. La mayor parte del tiempo me parte el alma, eso sí.

Sí, tengo alma. O algo que hace "crack" cuando las personas se ilusionan por un objeto cultural tan pequeño como todos los otros objetos culturales, pero que les genera un genuino chispazo de felicidad. Y también hace "creeeek" cuando veo a nuestros gobernantes hacer gala de su estupidez al tiempo que usan y abusan de todo su poder para generar miedo, que es tan fácil, que es lo más fácil.

Estoy leyendo Chronic City, que fue parte del regalo de cumpleaños de Jo, y del que he leído aproximadamente cuatro páginas porque desde su primer párrafo que estoy deseando que no se me acabe nunca. Está así de bien escrito y usted podría salir a buscarlo y decirme si acaso me estoy equivocando medio a medio o si acaso son sólo las primeras cuatro páginas las que están tan pero tan bien escritas. Jonathan Lethem es el autor, por si acaso.

También estoy leyendo aquí y allá todos los crossovers de verano de la Marvel. Empecé con Planet Hulk, que no es tan crossover, y seguí con House of M, World Warld Hulk, Civil War y ahora estoy en Secret Invasion y de ahí me voy a Siege. Conclusión: Usted no lo intente en casa, estos son los cómics que la gente dice que matan neuronas. Como ver una película de Michael Bay, pero peor, más lento y doloroso. Considero este párrafo como evidencia de mi adicción a estas historias de segunda. Culpable, su señoría.
Eso sí también me di el trabajo de leer todo lo que va del Invincible Iron Man de Matt Fraction y es una delicia. Treinta y cinco números que espero, espero sean sólo un tercio de la historia en total. Cuando termine con mi tour de force por los malos cómics de cada verano voy a releer Seaguy de Grant Morrison y finalmente empezar Joe the Barbarian. Reportes más adelante.

Terminemos este reporte no más adelante sino ahora. Terminémoslo en otra nota setentera, del mismo soundtrack, Ann Peebles canta cómo te va echarte la casa abajo...

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