domingo, 20 de marzo de 2011

Semanalmente, Sandra.

SEMANALMENTE.

Porque pareciera ser que el devenir de los últimos acontecimientos, i.e. el establecimiento de mi base de operaciones en la capital de la región de Atacama, lugar donde además asisto a un curso sobre Cómo ser un Mesías, ha dejado a este, su humilde espacio más favorito dentro de todos sus humildes espacios favoritos reducido a una capacidad de producción semanal. El semanario de lo insólito II, El Regreso.

No está tan mal, aunque, como suele ser la deconstructiva costumbre de este espacio, puede ser que cambie prontamente, en tanto por fin, por fin, por fin conseguí instalar internet en mi nortino departamento. Fue una odisea de proporciones y que califica como una de las batallas de esta semana. Detalles más adelante, ya verá.

Las otras batallas de la semana se fueron a unir a aquél cantar épico que es la Lucha contra los Mandos Medios, y mandos medios se escribe con m de mediocre, ciertamente. Este país tiene una tradición de calidad a la hora de contar con individuos que tienen poco poder, menos ego, y que tratan de hacerse los patoteros abusando de los nuevos o recién llegados, o de los que tienen menos, de frentón. Entonces un día voy a un colegio donde todo el mundo es buena voluntad y conciencia de las miles muchas cosas que tienen que mejorar, donde profesores, directora, jefe de UTP y demases estamentos lo único que quieren es dejarse evaluar y aconsejar y ¡kablam! aparecen un par de profesoras con cargos inventados por ellas mismas diciéndole a las tropas que cómo es posible, que esto no corresponde y así y así. Toda situación tiene al menos tres o cuatro salidas: la concesión, la diplomacia, la violencia y la fuga. El auténtico genio maquiavélico es capaz de darse el gusto de ejecutar las cuatro a la vez, pero toma un poco de tiempo y tiene como precondición tener un contrincante que lo valga al otro lado del problema. Como no es el caso, ni tengo el tiempo ni, francamente por estos días, el genio para tal maniobra, prefiero darle la vuelta al mando medio y entenderme con las altas cúpulas Y con las bases. Así, los idiotas se vuelven redundantes. Es la era de la internet, niños.

O fue la era de la internet, no sé en qué era estamos ahora, me pregunto mientras reviso qué apps nuevos hay para mi iPad y mi iPod touch de última generación, que probablemente sea última generación por un par de meses más nomás, con suerte.
Diez años cumple entre nosotros el reproductor de mp3 de Apple y yo todavía me siento como un vendepatrias de tener un touch y no un classic. Pero se ajustaba más a mi presupuesto de esos días y el classic es el modelo que más se me aporrea. Los iPods livianos se caen, pero quedan colgando de los auriculares. Los oídos sufren un poquito, pero nada tan terrible tampoco.

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En el curso de esta semana volví a ver el segundo Rebuild of Evangelion, que sigue sintiéndose tan bueno como siempre. Me pregunto cómo la catástrofe del terremoto de la semana pasada irá a afectar las poéticas japonesas, tan cargadas al desastre de por sí.

Kneel before Terence Stamp!
(ah, de veras que no)
También vi el corte de Richard Donner para Superman 2. Hace poco más de treinta años a RIchard Donner lo echaron por "diferencias creativas", cuando había filmado algo así como el 75% de lo que sería la película final. La verdad es que el corte de Donner no es taaaaaaanto mejor que la versión que conocimos hace todos esos años, pero al menos se hace cargo de ese ridículo beso amnésico que Superman solía tener y que es de las cosas que espero se borren de la historia del cine. Lo que sí, termina la película repitiendo la tonterita de darle vueltas a la tierra en sentido inverso. Supongo que, en sus años, los productores habrán encontrado dicho final muy chanta, y decidieron reemplezar al director y agregar un final más chanta todavía.
Lo que sí, Terence Stamp como el General Zod es de esas cosas que es bueno recordar. Al igual que la tan comentada dicotomía que Christopher Reeve saca de la dualidad Clark Kent / Superman. El Clark Kent de Reeve es, sencillamente, notable. Y si usted anda de ánimos, TIENE que leer esos doce números de All-Star Superman de Grant Morrison con ilustraciones de Frank Quitely, que es por paliza la mejor historia del Superman en sus casi ochenta años, y donde además, el Clark Kent de Quitely tiene todas las mejores marcas del de la película.
Secretos para una postura adecuada, o la importancia de caminar erguido. Autor: Clark Kent.


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SANDRA.

Sandra me responde el teléfono con una voz pausada, calmada. Un poco muy pausada y calmada quizás, como alguien que está bajo el efecto de medicamentos para controlar una hiperaceleración.

-VTR Telefonía, Televisión e Internet, muy buenas tardes, mi nombre es Sandra, ¿en qué puedo ayudarlo?

Sandra me pregunta mi nombre y me explica que mi conexión contratada el lunes instalada el martes y pospuesta para el jueves porque a los genios de la instalación les faltaba una herramienta, figura como cancelada en el sistema. Por lo que Sandra procede a pedirme todos los datos, con una calma y parsimonia inversamente proporcionales a mi buen humor. Y si bien es cierto que nunca he tenido la dicción de un locutor AM, mi diálogo con Sandra cae en absurdos como:

- ¿Cuál es su dirección?
-Diego de Almagro noventa y uno.
- ¿Diego de Almagro trece mil??
- No, Diego de Almagro noventa y uno. Esto en la comuna de Copiapó.
- ¿Copiapó en el Centro?

Edición limitada de [El Autor] de este blog, versión "Llamando al
Call Center". Fumarola desde los costados se activa por voz.
Y así. Mientras tanto el humo salía y salía de mis sienes y lo más lamentable era no tener una fiesta de disfraces para ir de Frankenstein Junior.

Para cuando le di por tercera vez mi correo a Sandra, para efectos de la boleta electrónica y demases, me quedé pensando si acaso carfasaleo sería una dirección en uso o si estaría disponible. También casi termino convencido que "cartaleo" habría sido mi dirección de correo perfecta y la menos dada a confusiones.

La cosa es que tras doce minutos en el teléfono Sandra me tenía de lo más harto y había caído ya en la práctica de alejar el auricular de mi oído cada tanto, a sabiendas de que le iba a tomar al menos otro medio minuto llegar a decir lo que me tenía que decir realmente. Establecido todo esto, el momento del "lo llamaremos para confirmar la visita" fue un auténtico momento de alivio y descanso con coros celestiales y todo. Pero me esperaba algo más.

- Muchas gracias por llamar a VTR, don Leonardo. Y recuerde estar atento a la radiación solar en Copiapó y usar bloqueador si va a salir.

Y yo me sonreí, le di las gracias especial y sinceramente y le corté antes de que la carcajada se me saliera del todo. Al final, Sandra me había caído bien y fue una lástima que no me hubieran llamado para evaluar el servicio después porque le habría dado flor de buena nota. Así de importante es ser genuinamente uno.

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Notas seriales: Esta semana finalmente pude terminar la primera temporada de Misfits, serie que se las ingenia para ser un poquito interesante, aunque la gallina de los superhéroes como género camina desde hace un rato ya sin darse cuenta que está descabezada, en mi opinión. Los primeros cinco capítulos urden una trama interesante, con personajes que le hacen honor al título de la serie, aunque de alguna forma no consiguen encantar del todo. Aún así, para el penúltimo capítulo de la temporada algo de simpatía se siente por los pobres, sobretodo contrapuestos con gente aún más conchadesumadre que ellos, como lo es la probation officer que les asignan tras la muerte del primero.

Y en el último capítulo se va todo al carajo. En serio, el último capítulo parece haber sido escrito para Doctor Who, lo que no es un piropo precisamente, sobretodo porque la serie iba para cualquier otro lado y terminó tirando todo el clima urdido por la borda. Queda ver qué pasa en la segunda serie, pero la verdad es que el final de la primera es de lo más anticlimático. Cualidad bien poco deseable en un final de temporada.

Lo que sí tiene constantemente bueno Misfits es su diseño de producción. Acompañado además por una excelente selección musical, que va desde The Velvet Underground, hasta The Specials, pasando, precisamente al final de la serie, por una de mis favoritas de Blur. Damas y Caballeros, To the End.

2 comentarios:

Jesusísima dijo...

chucha, no escribai tan largo. Mejor seguirte en tuiter.

LV dijo...

¿Tú decíh, gaia? Es como tener un capítulo de novela cada semana...ya nadie quiere leer por mucho rato parece.
Es bueno tenerte de vuelta en los comentarios, a todo esto, JUSTO en el día en que pensaba cambiar bien definitivamente el formato del blog. Así es que tu sutil sugerencia llegó en el momento justo. : )