El fin de semana lo pasé entre reuniones familiares, escritura y lectura. Leo a Dostoievsky, porque los clásicos hay que leerlos y porque hay que tener siempre presente a los rusos. La gente habla en Dostoievsky, la gente hace cosas en Dostoievsky, pero, por sobre todo, la gente piensa. Como los rusos que, en general, no dicen mucho. O como antes, cuando la gente pensaba más antes de hablar.
Y ahora, para sacudirnos el oscuro tono del párrafo anterior, el Mejor Mueble del Mundo (certificado), cortesía del diseñador letón Stanislav Katz:
Así se vive el verano.
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