martes, 27 de julio de 2010

Hasta que no me vaya.

No me habré ido. Tautológico y simple. Queda algo así como un mes, un mes amorfo, que puede ser menos o puede ser más, dependiendo de trámites burocráticos y tanta otra cosa. Mientras tanto desacelero, el miércoles termino el que fue el más estable de mis trabajos durante estos dos años en el mundo laboral. Hay una tonelada de recuerdos enlatados ahí, de esos que recién voy a sacar cuando me vaya y me haya ido.

Hasta que no me vaya no recuperaré el ritmo de escritura. Ya casi no leo blogs, pero es que porque me cuesta encontrar blogs bien escritos (nótese lo lento de actualización que están los favoritos de la casa ahí, en la segunda columna), pero no pierdo la esperanza ni creo que el blog esté muerto ni nada de eso. Pero de que es escaso encontrar algo bien escrito por estos días, lo es. Sigo rayando mucho con Fernandez Moores, que escribe las mejores columnas de fútbol, precisamente porque el fútbol es el telón de fondo nomás. Leerlo es leer todas esas cosas que pasan por mi cabeza cuando estoy en el estadio, el partido se distiende y mi cabeza va para otros lados. Poder desconcentrarse así es una de las cosas más exquisitas y crocantes de ir al estadio en vez de seguir el partido por otro medio.

Siguiendo con las deportivas, mañana la U juega con Chivas la tercera semifinal de su historia. En la anterior estuve, viendo ese empate contra River que después remató en el robo aquél en el Monumental de Nuñez. Con los años acuñé la frase "el que no saquea como local en la Libertadores es gil", y siempre que la digo se va con algo de esa noche hace ya catorce años. Va a ser también (la próxima semana) mi tercera semifinal histórica: primero fui a hinchar por Boca contra Colo-Colo, y Boca perdió; después fui a la U con River y empatamos. La tercera es la vencida, literal y figuradamente.

La factoría BBC Gales me tiene mal. Primero fue Doctor Who, después Torchwood, pasando por la miniserie de Casanova. Escribo estas líneas mientras baja Sherlock...que puede o no ser el personaje perfecto para la pluma de Steven Moffat. Antes de bajarlo me pregunte si realmente acaso no sería mucho. Detalles más adelante.

Amanda Palmer canta los populares éxitos de Radihoead. Con Ukelele. En serio. Si se queda el rato suficiente en la página o la deja abierta en otra pestaña, puede escuchar el disco entero, como [El Autor] cuando escribió este post.

( [El Autor] se quedó escuchando hasta llegar a No Surprises. No hace mucho [El Autor] re-escuchó el OK Computer entero y reparó en todas las capas de sentido que había tomado No Surprises desde la primera vez que escuchó el disco, a sus dieciséis años. No le sorprendió nada descubrir que Thom Yorke tenía veintiocho cuando el disco fue editado. )


Mis últimas lecturas han sido los grandes éxitos del señor Boris Vian con seudónimo (i.e. las novelas de Vernon Sullivan) Escupiré sobre vuestra tumba y Todos los muertos tienen la misma piel. Impresionado quedé de la calidad de un Vian de registro muy distinto al de, digamos, La espuma de los días, libro que releí ahora, en parte por el ritual de leer lo mismo que estaba leyendo antes del otro viaje, en parte porque es una novela de la puta madre y leerla es reír y llorar y amar y todas las cosas buenas del mundo, si se lee a la velocidad correcta.

La cultura comunicacional de facebook me tiene un poco harto, y twitter está bien como una central de distribución (hay que saber calibrarla eso sí), pero la verdad es que me gusta el espacio con carácteres ilimitados y la amplitud para intentar comunicar algo y fracasar del todo, pero con escándalo. Sigo blogeando entonces.

Hasta que no me vaya.


El video del día es el bueno de Matt Fraction dando una linda exposición sobre lo lindo del cómic como medio, a pesar de y con toda su ridiculez:

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