domingo, 1 de mayo de 2011

La Visión

Remota o no. Real o no. La visión está ahí. Dicen. Cansado de leer y mirar pantallas, la semana que termina hoy estuvo marcada por dolores de cabeza de esos que se vuelven jaqueca express cortesía de no cuidar mi vista. Como tal, volverán los lentes de lectura, que no han sido vistos por estos lados desde el 2004 más menos. De hecho, no han sido vistos nunca en estas páginas y para colmo estoy un poco lejos de la única foto de archivo que existe.
Así es que sí, mi visión me está tirando un poco para abajo.
Lo que no significa, claro, que haya dejado de ver cosas. Muy por el contrario. Terminé de ver Logópolis, la última aventura de Tom Baker como el Doctor; vi mi capítulo de la semana - Detalles de la semana - y mientras escribo esto me encuentro viendo en modo maratón los cuatro capítulos de "Mad Dogs" la serie que reúne al bueno de John Simm con el bueno de Phil Glennister. Entremedio pasaron unos cinco capítulos de 30 Rock, el ya mencionado documental sobre Joe Strummer y Citizen Kane.

Este es el futuro, niños. Hacemos nuestra propia televisión remezclando lo que encontramos por todos lados.


Con todo, esta semana he escrito poco y el dolor de cabeza ha hecho que los avances en la segunda parte de la novela sean literal y figurativamente dolorosos. La semana pasada pasé cinco mil palabras de un cuento en una noche larga que me enseñó a no apurar ciertas cosas y a planificar mejor la próxima vez. Intuyo que los dolores y el agotamiento de la semana se vinculan con ello.

La visión de la semana que pasó parece ser bastante dolida y quejumbrosa, lo bueno es que después de esas experiencias viene una suerte de estado de claridad e intensidad sensorial profundamente grata. Razón por la cuál Virginia Woolf gustaba de pasar hambre, como Jo suele recordarme, razón por la cuál Virginia Woolf terminó como terminó, pero esos libros son increíbles ¿verdad?

Es el Día del Trabajo y Phil Glennister se acaba de mandar una pequeña parrafada sobre como no hay nada en nuestras vidas que no nos haya sido vendido o marketeado de alguna forma y como nos hacemos los giles y seguimos porque hacernos cargo de nuestro destino se nos hace taaaaaan pesado. En algún lugar en el espacio que conecta esos dos puntos está todo lo que representa este día. O lo que debería representar, en medio de un calendario que cada vez se llena más posmodernamente de festividades.

La vida como carnaval y el carnaval para la casa.

Salud.


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