miércoles, 14 de enero de 2009

Donde [El Autor] describe su día libre, aunque no nos queda tan claro exactamente de qué está libre

Es de conocimiento público que, si uno ha de preparar intrincados planes y diseñar grandes estratagemas para el porvenir mediato o cercano, lo mejor es aprovechar un día laboral, tomárselo libre y, escondido de los ojos de mortales y espiritus por igual, refugiarse en algún espacio público y, escondido a plena vista entre la multitud, proceder a planificar el propio futuro.

Yo no hice nada de eso hoy, pero no por eso tuve menos día libre.

Desayuné temprano, me desayuné, como es costumbre, con nuevos antecedentes del bananismo de mi país, incluída una nota periodística en Canal 13 sobre la "crisis", que constaba, básicamente, de imagenes recicladas de los despachos navideños y de vacaciones, todas editadas con música aparentemente sacada de los outtakes de la banda sonora de Tiburón y ni un sólo dato duro o estadísitica observable universalmente. Afortunadamente, el antídoto y respuesta natural llegó escasos minutos en el blog de Kanye, encarnado en el primer single (?) del disco de Peter Bjorn & John... Damas y Caballeros "Nothing to worry about".

Habiendo hecho, en el curso de la mañana, los arreglos del caso para recibir prontamente en mi hogar una provisión de Alfajores "Madame Bovary" y para encontrarme a mediodía con Katty, me levanté, leí los comics del día y empecé a ponerme al día con la segunda temporada de Californication. Con tres capítulos en el cuerpo, la única opinión que puedo aventurar es que si la calidad del guión y de la serie en sí era todo el argumento para seguirla, esta segunda temporada parece un poco más floja, pero Hank Moody tiene que ser el personaje más querible que la cultura pop nos ha dado en el último tiempo (Este local se reserva el derecho de no admitir a doctores constreñidos y vampiros de baja calaña).
Saldado lo anterior, almorcé con Josita en uno de esos tantos tugurios de comida rápida en que es tan grato almorzar con Josita. Nos pusimos al día con la vida misma y rememoramos al Dr. Pavor. O más bien me pudo sacar en cara que ella sí vio al Dr. Pavor...

...al que yo sí vi al salir del metro fue al Dr. Simi, en su encarnación tridimensional. Y yo sin mi cámara...

El resto del día transcurrió tranquilo, transitando entre las respuestas de correos pendientes, los fútiles intentos de siesta y el Dr. Calor haciendo estragos sobre la capital. Sigo leyendo a Lovecraft, por vez primera sí, porque hay cosas para las que soy lento, y hay ratos en que lo leo con el paladar más que con los ojos. Los ojos, eso sí, me duelen de tanto leer los fotocopiados "Anarko", el cómic chileno de principios de los 90. Las secretas razones por las que estoy leyéndolo seguirán siendo secretas, por el día de hoy al menos.


Desde el fondo de mi cabeza, una voz empezó a decir "Escribimos en el blog con el afán no sólo de compartir y llevar un registro, sino para delinear nuestra realidad y configurarla con lenguaje, bla, bla, bla". Qué mejor indicador de que este post debe terminar.

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