lunes, 26 de enero de 2009

La Legión de los Conserjes

La Legión de los Conserjes existe como una red de poder, un sistema alternativo al Sistema. A través de ella, sus miembros van y vienen en extraños intercambios, es por esto que no es nada de infrecuente encontrarse con el conserje propio al visitar el edificio de un amigo remoto en otro sector de la ciudad, por ejemplo.
Los conserjes intercambian información. Se reunen, secreteando a viva voz todo lo que saben de la vida de los Otros. Cuando un forastero, alguien que no es miembro de esta cábala secreta, se aproxima, quedando en condiciones de oir su conversación (los conserjes siempre conversan frente a frente, dejando así todos los ángulos cubiertos) rápidamente cambian de tema y se largan a hablar de fútbol, o del tiempo, o de la creciente delincuencia, con la naturalidad de quien lleva horas hablando del tema. Y los conserjes sí que saben de fútbol.

Por todo esto, lo mejor es tener una actitud amable y bien dispuesta hacia ellos. Es mejor no intentar sorprenderlos ni escudriñar en sus conversaciones. Es tiempo perdido, mal que mal, son ellos los que controlan las cámaras de seguridad. Y no sólo eso, obviamente: los conserjes deciden quien entra a tu edificio o condominio. Como carceleros o guardias zoólogicos, tienen la llave de tu reja principal. Y a veces, generalmente, casi siempre, tienen copia de tu llave.
No está de más ser amable, saludar al salir y preguntarles por su día al volver. Y cuando hay dos o más reunidos, ser lo más expedito posible en retirarse.

A nadie le puede gustar tanto hablar de fútbol.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues, cuán hermoso es este post. Literariamente, un lujo; intelectualmente, agudo, preciso y contundente.

Personalmente, me cargan los conserjes, no ellos, no lo seres humanos, sino su rol, su trabajo; el excesivo poder que tienen sobre ti, quien se supone es el dueño de casa... Me angustia identirficarme cada vez que entro a mi casa. Me irrita que me detengan la bulla cuando les plazca. Me molesta que sepan cuándo estoy y cuándo no.

Por eso, busco departamento sin conserje.