viernes, 20 de enero de 2006

And now for the grimm 'n gritty comics bulletin

No hay caso. Los comics son un medio único no sólo en sus elementos constituyentes, sino además en su forma de difusión. La fusión perfecta entre pintura y literatura se distribuye como la fusión perfecta entre el cine y la televisión. Con TODO lo que eso implica. Así, el comic nos da series de alto contenido serializadas a través de un largo período de tiempo, cómo también nos da el equivalente de las peores series y las peores películas en formatos de one-shot o serializadas ad nauseum. (Para eso de los peores one-shots, veáse el post de Boxing Day). Y, claro, el comic tiene su propio Hollywood, que es el comic industrializado de Marvel, DC, Image, y unos pocos más (Dark Horse como el Miramax del medio). Quizás uno de los eventos más singulares (y ya referidos elsewhere on this blog) sean los crossovers. Es como tener, en la misma serie, a Rory Gilmore compartiendo escenas con Amy Abbot, mientras un mega-crimen es resuelto en conjunto por el tipo de Cold Case y los tipos de las veinte mil variantes de C.S.I.; mientras something completely supernatural happens in a lost island; por supuesto los heridos los atienden los medicuchos de E.R. junto a los expertos de Scrubs, bueno, se entiende. El producto no es necesariamente bueno (de hecho, rara vez lo es), pero la tentación de seguirlos es irresistiblemente pop, como sólo los peores venenos pop pueden ser irresistibles.

Justamente el caso de Infinite Crisis, el crossover de este año de la DC.
Hasta el momento IC ha cumplido con todas las expectativas de un mega-crossover y más. Tras una partida lenta, con un número 2 haciendo un fútil esfuerzo por explicar lo inexplicable (20 años de continuidad para lectores que no tienen forma de saber qué pasó en esos 20 años), la serie ha tomado ritmo y el más reciente número (4, veáse la imagen) ha tomado un ritmo vertiginoso, con un Superboy decapitando heroés en secuencias tomadas directamente de Kill Bill, la re-aparición de Barry Allen, el Flash muerto hace 20 años, y el regreso de Tierra-2. Intrigas mediante, con la posibilidad abierta de hacer todo muy bien o muy mal, DC está haciendo un excelente trabajo, en tanto movida comercial y en tanto manifestación pop.
Mientras, en la otra orilla...
Marvel intenta seguir los pasos de DC, tras el fracaso que significó su crossover de este año, House of M, Marvel está intentando imitar el aparato de mercadeo de DC para su Civil War de este año. La mejor de las suertes para Marvel, aunque la verdad es que echo de menos los tiempos en que bastaba seguir una serie para conseguir una buena historia (a diferencia de perseguir la historia a través de 20 títulos distintos, en una maniobra que sólo puede poner contentos a los que estamos de este lado de un William Burroughs en ácido). Y claro, los que seguimos la historia desde este rincón del mundo, echamos de menos que la calidad venga de la mano de una distribución que nos permita llegar a ella. Si bien indiscutiblemente, el mejor comic siempre ha sido independiente, hubo una época en que había grandes lecturas en formato serializado. Aún las hay, claro, Grant Morrison toca con la varita mágica todo lo que hace, y Marvel aún edita series realmente entretenidas, como Astonishing X-Men(Joss "Buffy" Whedon mediante) y Runaways (última serie en sacarme carcajadas en voz alta (el volumen uno, that is)), pero la verdad es que el nivel del comic industrializado (pésimo nombre) ha disminuído mucho en pos de estos multi-eventos de verano. En fin, menos añoranzas y a disfrutar tanto de las grandes obras como de los bubble gum blockbusters, hay que ser menos amargo.
Aunque sin olvidar lo que es realmente bueno.

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