viernes, 9 de noviembre de 2007

Anoche tuve un sueño.

Querido diario, anoche soñé que me rapaba la cabeza.

Tomaba una máquina de afeitar y empezaba a sacar mechón tras mechón. Omnisciente diario, sabes que cada vez que me afeito pienso, efectivamente, "y qué tal si me afeito la cabeza".

Consideraciones sobre el sueño: 1)Las hojas de la máquina quedaban sin filo, alcanzándome a cortar sólo el lado derecho. 2) No me veía nada mal.

Interpretaciones:

a) Quizás debiera afeitarme la cabeza. Los últimos días he encontrado mi pelo demasiado largo para mi gusto, si bien siempre es entretenido cuando se mueve con el viento.

b) Mi proceso de búsqueda y exploración del mundo meta-sensorial va bien encaminado, como lo prueba el que me sintiera cómodo semi-rapado. Ahora bien, otra consideración es que me afeitaba sólo la mitad. Para colmo la mitad derecha de la cabeza, es decir, la mitad históricamente relacionada con lo no racional. En mi sueño buscaba un instrumento para cortar la otra mitad, luego, he de buscar algo que corte mi racionalidad constante.

c) He estado leyendo mucho a Grant Morrison. La historia que escribo por estos días le debe innegablemente mucho a su influencia en mi vida. En este escenario, mi búsqueda del instrumento quiere decir que la historia tiene que evolucionar más allá de lo que ya tengo planeado. O lo contrario, que he de sucumbir a la influencia y dejar que esta suceda nomás. Si bien, yo me sentía cómodo siendo este híbrido calvo-con pelo.

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