sábado, 17 de noviembre de 2007

Nupciales

Yo había prometido hablar del matrimonio de Nico y Pamela, cosa que me fue recordada hace instantes al ver la segunda peli de los Cuatro Fantásticos (que entretiene más que la primera, o será que siempre me han caído mejor los Four como familia establecida que sus orígenes - igual mi relación con los Cuatro Fantásticos no data de hace tanto...de los Ultimate Fantastic Four de Mark Millar, para que le voy a decir que no, si sí), así es que aquí os va la crónica, aprovechando el motivo de los cuatro.

Porque, al comienzo de esta historia eramos cuatro. Y lo fuimos siempre, ah.

Esas cosas del destino hicieron que en Marzo del '93 nos encontraramos cuatro individuos bien singulares en el Séptimo C del Colegio (Liceo para fines tributarios, curas tránsfugas)San Agustín: Nicolás, por vale otro, Pamela, como nueva adición, Gonzalo, como el residente, y Yours Truly como otro nuevo. En el primer día de clases, Pamela me arregló la corbata que se me había deshecho (catorce años después celebraría el hecho no llevando corbata al matrimonio), Gonzalo me ofreció ante el curso para ser presidente de curso sin haber hablado conmigo y así. Nicolás era demasiado bakán (con K minúscula y sin t) para preocuparse de nosotros.

Al año siguiente, una vez más, fuimos cuatro. Llegó Andrés, que inmediatamente hizo buenas migas con Nicolás, Gonzalo y yo eramos más amigos, pero el cuarteto lo completaban otro par de individuos que ya no figuran en esta historia. También llegó Carla, que inmediatamente hizo buenas migas con Pamela. Pero eso es otra historia. Nico, Andrés, Pamela y Carla son otro cuarteto, para otro momento, sin duda.

Al cuarto año de conocernos, las cosas tomaron forma. Nico y Andrés eran mejores amigos desde el día uno y Gonzalo y yo no lo hacíamos mal, así es que fue cosa de que Nico y Gonzalo se conocieran y Andrés y yo descubriéramos nuestro mutuo afecto por la matemática, la U y reírnos de la gente sin desearles mal para que se forjara el cuarteto. La dinámica era aquella descrita por aquellos años como "La Teoría del Rombo" (Tenía quince años y como tal, el lector me excusará). Algo se gestaba y Pamela y yo nos pasábamos las horas conversando de la vida un poco, y ella de su naciente afecto por el otro extremo del rombo. La cosa se ponía en marcha en tanto Pamela se movía entre sus confesiones y dilemas conversacionales conmigo y la tradicional pedida de información a Gonzalo, quien a su vez orquestaba la comunicación con Nicolás. Otra figura de cuatro.

Para tercero Nicolás y Pamela ya eran pololos. Dejarían de serlo, como nos ha pasado a todos, en una que otra oportunidad, pero jamás dejarían de ser "Nico y Pamela". También tercero fue el más intenso de los años de nuestro rombo, donde nos creímos todo el cuento creativo y lo hicimos con estilo. A mí se me cortó una bobina emocional y mi sistema entero colapsó. Me salí del colegio y al año siguiente el cuarteto sería Nico, Pamela, Gonzalo y Andrés. Habían empezado esos años.

Recuperarme de la depresión me tomó más menos cuatro años enteritos. Entremedio Nico y Pamela fueron y vinieron, pero siempre vinieron. Nico entró a estudiar Letras, Pamela se volcó a la ingeniería comercial. La pareja pasó por todas las turbulencias que significa dejar de pololear con pantalón y jumper para empezar a vivir en realidades tan simétricamente opuestas como Letras en la Católica e Ingeniería Comercial en la Chile. Poco más se puede decir que eso.

Aquí me salgo un poco de la historia. Me enamoré por mi cuenta y viví el proceso de salirme del mundo que el colegio había construído. La lista de personajes muta radicalmente en los años venideros, yo mismo jurando jamás ser parte de nuestro cuadrado círculo, con la vehemencia con la que suelo ejecutar las cosas cuando me ciego al resto del mundo. El cuarteto quedó más bien confijado en su formación Nico, Pamela, Andrés, Gonzalo y mi relación se volvió más con cada uno de los chicos indivdual, y de a poco más tenue, salvo con Gonzalo. Lamentablemente, con Andrés siempre nos había el ser un par de tipos más bien tímidos y eso se notó cuando las distancias se abrieron. Irónicamente, la relación con Nicolás se mantuvo viva en no poca parte gracias a mi padre, que es más parte que yo de ese mundo...

Y yo me fui un año, me fui por tres trimestres, pero me quedé afuera por cuatro. Volví y recordé que, en mi despedida, Pamela me anunció que se casaba con Nicolás el "próximo año". El próximo año había llegado y dos meses después de aterrizado, estaba en el matrimonio.
Y eramos cuatro.
Gonzalo estaba en Barcelona ya hace unos días cuando fue el magno evento.
Y también eran cuatro los que estaban adelante...Nico y Pamela, como los protagonistas, Andrés y Carla (esa Carla) como los testigos. Un momento que podría haberse llevado a cabo, con los mismos protagonistas, doce años atrás.El ojo bien entrenado puede captar (después de la-mina-cómodamente-sentada) al primer plano de Andrés, Nico, Pamela, y Carla. El Ojo extremadamente bien entrenado puede encontrar a Cristián Chahar en segundo plano, y con no tanta facilidad se ve en la "fila de los altos" a Luis Valenzuela (Letrado del '04) y Leonardo Villarroel (Letrado del mañana). Porque si vas a tener dos torres altas, procura que sean LV ambas.


De esa noche se podrán decir muchas cosas. Que muchos se perdieron al llegar, que Adrián le puso bueno engrupiéndose a la DJ y mejorando la parrilla musical por la pasada (o mejorando la parrilla musical y engrupiéndose a la DJ de pasada), que me fuí antes de ver si a Simón le resultaba algo con LA amiga de Ing. Comercial de la Pamela que se mezcló con el lado de los invitados del novio, que fue bueno ver a tanta gente de tantas épocas juntas: Pablo Acuña, Roberto "Fire"(/fire/) Angel, Chahar, Marco, la Kika, al sorpresivo Mario "Calostro" Silva que apareció como pololo de alguien, que me logré sacar el peso de la juventud de mis padres al ser el único que iba con apoderados a la fiesta...que brindamos por los ausentes con miembros de la vieja y nueva escuela, que todos queríamos el vals de los novios, y que de lo que más me arrepiento es de haber estado en el baño cuando sonó "Ice, Ice Baby" de Vanilla Ice, pero esas son historias para el futuro, cuando todo esto esté bien atrás y sea una proeza de la memoria acordarse de cuál fue LA canción que se repitió en toda la noche y, viejos, ya, tengamos que inventar alguna justificación que explica porqué no le cantamos al novio el canto de barra que le habíamos preparado durante la cena.
Pero eso ya vendrá, si es que viene, como en la fiesta misma, cuando te das cuenta que hay un punto en la vida en que queda sólo lo bueno y todo lo demás es anécdota.
Después la gente se pregunta por qué las fiestas de matrimonio son tan buenas...
Arriba: Polola de Javier que estudia filosofía y trabaja en eventos como este, por lo que fue nuestra asesora crítica en el evento, Javier Insunza, alías "El viejo de Historia", Fire, alías Walter Pico, Ingeniero Civil Químico y Doctor en Literatura (don't ask), Carola Hernández, doctora (c) en lo mismo que su novio, pese a haber estudiado Letras tanto antes, Leonardo Villlaroel y María Soledad Jara
Abajo: El Vástago de los dos últimos de la fila de arriba, Pablo "Toro Celeste" Acuña, letrado, filósofo, arquero y gran tipo en todas, Nico y Pamela, nuestra raison de etre esa noche, la polola de Andrés que está a por salir de teatro, y Andrés "Yosi" Nuñez, hoy Maestro (c) en músicología.

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