jueves, 14 de enero de 2010

The World that we live in

Bienvenido, querido lector a la quingentésima edición en esta serie de quinientos posts conocida como LV55, el blog que baila como la momia cuando está de novia.


Vivimos en un mundo acelerado, que se mueve, aparentemente más rápido cada vez. Al punto que no podemos saber si esto fue siempre así o si es en efecto el espíritu de los tiempos...cada año se siente pasar más y más rápido, como si recorriéramos una acelerada curva en el Tiempo. O quizás sólo sea crecer. Cuando tenía dos años, un año representaba la mitad de mi vida, hoy representa algo así como el 30,9% y contando hacia abajo...

Un mundo que consume con pasión mórbida todo lo que encuentra a su paso. La cultura se alza ya no como un bloque monolítico manefacturado en masa, sino como una masa amorfa, gigantesca, una suerte de jalea mutante de mala película de Ciencia Ficción que avanza y consume, incorporando todo. Pegajoso, Traga-traga y la Cosa del Pantano, todo en una. Nada nos sorprende tanto, nada parece poder inscribirse como un gesto realmente revolucionario. Todo lo que esté a este lado del fundamentalismo religioso nos deja de mover y remover. A menos que uno tenga una mentalidad más bien anticuada. Y el fundalmetalismo religioso es la mentalidad más anticuada de todas. ¿A dónde se fue la vanguardia?


La vanguardia está ahí mismito, pero está dentro del monstruo de jalea verde. Yo estoy ahí, tú estás ahí.

No es que importe tanto, realmente. La experiencia de ser humano sigue siendo la misma, en muchos sentidos. Este sigue siendo un mundo de hombres pequeños y sueños grandes. El tiempo se sigue quebrando y contorsionando a merced de las grandes pasiones y los pequeños planes. Estas son las grandes verdades inmutables de las que Chesterton hablaba a principios del siglo pasado. Ese en que nacimos todos. O casi todos. Ya ha pasado el tiempo suficiente para que estas líneas las estés leyendo tú que naciste con internet en la pieza de al lado, y cuando MTV ya no pasaba muchos videos intercalados con cortos de animación. Tú que no entiendes tanto porque es que a alguna gente le parece tan maravilloso tener toda la información del mundo disponible, ni les crees mucho eso de que toda la información del mundo no está realmente disponible, que hay caminos donde la superautopista virtual no empalma sencillamente. Te cuento que "superautopista virtual" fue un término más o menos popular unos diez años antes de que tú nacieras. Popular, pero destinado a desaparecer, como le pasa ahora a todo concepto de divulgación. Una idea nace, pasa por una breve adolescencia en que se vuelve una idea medio pava, que se hace conocida en esta versión que no es ni tan parecida a la idea original ni a su aspecto perfecto, y después se difunde, volviéndose conocimiento común. Y esto también pasa cada vez más rápido.

Así yo pensaba que me iba a morir sin ver al sr. Gaiman en los currículos de ciertos cursos universitarios, por ejemplo. Porque eso era lo que se hacía ¿sabe? se esperaba que el autor estuviera bajo tierra o terminal y recién ahí uno escribía las tesis. Ya no. Can't hardly wait era el nombre de una película adolescente. Una de las últimas de ese género "saliendo-del-colegio-entrando-a-la-universidad" con muchos personajes convergiendo en una fiesta. Parece que American Pie mató a ese género. Pero las fiestas se siguen sucediendo.

Las fiestas siguen, los comensales cambian. Eventualmente te das cuenta que te empieza a volver a gustar más quedarte en casa. Te pones más exquisito con ciertos requerimientos, apuestas más a la segura y estás menos dispuesto a perder tu noche con un grupo de gente latera cuando puedes estar leyendo un libro en tu casa.
Hace unos meses me dí cuenta que no puedo terminar una rica cena en el plato principal. Algo en mi paladar me pide que baje lentamente la grata sensación salada con algo dulce. Lo considero una prueba irrefutable del envejecimiento.

Envejecer, o crecer si se quiere, se me antoja como sufrir el paso del tiempo, como una erosión que a veces pule y saca cosas y otras veces deposita sedimentos. Le pasa a nuestros cuerpos, a nuestra psiquis. Vivir a la velocidad de las cosas es lo que genera este desgaste, este roce contra la naturaleza misma de la existencia. Un poco como hacer uno de esos deportes náuticos en que uno es remolcado por una lancha o como salir a caminar contra un vendaval de invierno. Experiencias enriquecedoras, entretenidas y agotadoras todas. Eventualmente uno llega a estados perfectos o terminales y ciertas cosas cambian para no ceder más. En ese anquilosamiento se esconde la más profunda vejez. Lo sé, porque fui viejo hace unos años ya. Ahora menos.

Bastante menos.



Y en medio de todo esto siento que tener un espacio para decir "desperté con esto y fui a pasear acá" ya es tiempo pasado. Han sido años de eso ya. . . Alguna vez, hace unos cuatro años ya, la Jesu Blanco, primera lectora oficial de este blog y por lejos la persona que más comentó aca´, dejo registro de como este espacio había pasado de "hablar de barrios de viejo" a comentar ciudades en el hemisferio Norte. Ahora es ella la que escribe en su blog sobre sus andanzas en Europa, habiendo dejado de escribir sobre barrios de viejo. Las cosas cambian y cambian aceleradamente

[El Autor] de este humilde espacio tampoco tiene pretensiones ni ilusión alguna de que esta sea su última columna ni mucho menos. Pero es hora de escribir en otros estilos, de otras cosas. Quizás incluso en otros lugares. Detalles más adelante. Siempre.


Y otra constante, siempre, son mis profundos agradecimientos. Por leer, por aparecer, por no comentar, por comentar, por encontrarse conmigo después y esperar hasta que yo contara las mismas anécdotas completamente antes de decir "sí, sabía, lo había leído en tu blog".También por preguntar si tal cosa era o no cierta, si tal detalle era o no exagerado. Y qué era lo que había querido decir cuando...

También quiero declararme absolutamente agradecido de este humilde espacio. Escribir supone entregar un reflejo, por distorsionado que este pueda ser (y puede serlo hasta el infinito) de la forma en que uno se configura como individuo-personalidad. Más aún cuando la escritura tiene unas tintas autobiográficas por ahí. Así, este humilde espacio me trajo malentendidos, cariños, reencuentros, separaciones, secretos y confesiones a lo largo de estos años. Y debo decir que todos y cada uno de ellos no fueron más que merecidos y precisos. Como una parte integral e independiente, estas líneas se relacionaron con sus lectores de la forma en que yo mismo lo habría hecho, o de la forma en que yo mismo era incapaz de hacerlo. Ambas. Cada una por sí sola y todas las anteriores.


Una más y nos vamos: La canción de estos días, la mejor canción para cerrar un ciclo y empezar otro. La canción que le pega codazos a "Life on Mars" y "Something in the Air", en la lucha del podio de mis favoritas de Bowie. Damas y caballeros, "Absolute Beginners"...

Y como se decía en los 40s...see you in the comic strips...

LV55
26/07/2005-15/01/2010

2 comentarios:

Posmoderna dijo...

uno se da cuenta que envejece porque empieza hacer las cosas que nuestros padres nos obligaban a hacer, el ejemplo que mas me gusta, dejar colgada la toalla despues de ducharte.
Saludos

LV dijo...

En efecto, una mañana de Domingo te levantas y te pones a hacer aseo. Descubres que de TODOS los días de la semana, es precisamente el Domingo en la mañana cuando el aseo te queda mejor...

...y claro, mi papá que no hacía nada por la casa en ningún otro momento, se levantaba sí o sí temprano los Domingos y hacía el aseo. Para mi somnoliento disgusto.

Saludos