sábado, 26 de febrero de 2011

Desde los apuntes...

Llueve en el centro de Santiago. En la azotea de un edificio dos amigos de toda la vida conversan. Parece que uno está intentando convencer al otro de algo, el que intenta convencer fuma y parece que el que está siendo tentado subió a acompañarlo a fumar. 


Tras la pausa para exhalar, el que fuma, el convencedor, le dice:


- Algún día tus hijos van a tener una banda y van a tocar covers de todas esas canciones que te gustaban cuando eras adolescente. Y ahí te vas a ir a la chucha. Te vas a ir a la chucha porque te vas a dar cuenta que te fuiste a la chucha hace dieceiséis, diecisiete años. Viviste dos décadas corriendo en el aire como el Coyote después de que el Correcaminos lo ha dejado atrás. Y así, dejado atrás, vas a encontrar este momento, esta decisión; y vas a saber que te equivocaste y que esa debería ser tu banda y no debería ser un cover.

2 comentarios:

Lute dijo...

Puta, si.
Pero va a pasar inevitablemente, hagas lo que hagas.
Como parar una inundación con las manos, supongo que lo que nos queda es defender el flanco que nos importa más y dejar que el resto se vaya a la mierda.
Y quizas lo estás haciendo.

LV dijo...

Me gusta la palabra "flanco", me gusta en el sentido militar, de esos ejércitos que dejaban flancos expuestos, como Roldán cruzando las montañas y BAM! se dejan caer los sarracenos por el flanco más débil.

Siempre el flanco más débil.

El otro es el flanco de Cristo, como la deidad humillada, la carne expuesta, traspasada ya por la lanza.

Buenos flancos.

Me gustaría un juego de salón que recreara esa sensación, de tener flancos expuestos, de tener que cerrar filas para intentar tener alguna chance de salir vivo de todo eso. Tácticas de batalla, tácticas con flanco... quizás salga de vuestro taller de juegos.