miércoles, 14 de octubre de 2009

Miscelánea con videos y anécdotas del penúltimo día de la semana de la plaga.

Inserte suspiro de agotamiento/alivio aquí.

Por poco terminamos el trabajo hoy. Como en una teletón muy mala, avistamos el final y creímos que lo lográbamos, ilusionándonos, comprometiéndonos a trabajar incluso un poco más con tal de no ir mañana... pero nada. Aparecieron los decretos ministeriales, los misteriosos procedimientos poco productivos, y así es como ahora escribo aún con el status de coordinador.

Ser coordinador es, esencialmente, ser el jamón de un sandwich transpuesto en ejes diversos. O si quiere, ser la bisagra de una puerta que comunica al menos un par de universos paralelos. Una suerte de operador político sólo que más rasca y con más peso de la responsabilidad. O quizás el peso de la responsabilidad me lo invento yo, mal que mal, como todos los pesos, dependerá de la gravedad de la superficie que los origina.

Y ahora que pasó el olor a metáfora desabrida, vamos a las partes más alegres: ayer me enteré que existe una versión aumentada de La Velocidad de las Cosas... y partí a comprarlas. Quizás así, por fin, llegaría mi copia del libro a su destino original. Quizás, así, después de cuatro años...
Pero no. Porque no estaba en ningún lado, así es que sigo esperando que me devuelvan mi copia prestada hace tanto tiempo ya. Está en buenas manos, pero todo este incidente de hoy me ha imbuído de la sensación de que tampoco es mi libro realmente y que he prestado el ejemplar de alguien más...

...si el párrafo anterior no le hizo mucho sentido con eso de "partes más alegres" es porque omití la mejor parte: casi terminando mi decepcionante periplo por las librerías recibí llamado de Joey, lo que sin más se terminó transformando en una improvisada reunión de café de las nuestras. En el Starbucks donde todos conocen su nombre, a propósito de nada en especial, con los Four Tops sonando de fondo. Lo mejor de esta vida son, sin duda, las cosas en-sí, esas que no requieren propósito, ni justificación. Como un café sin café, una conversación sin tanto rumbo, una caminata y los Four Tops.

Como escuchar la mejor versión de This Old Heart of Mine y dejar que el día se vaya a molestar a alguien más o a dormir.



En otros aspectos de la vida, gente buena se las ingenia para fotografiar el campo de radio de un identificador de frecuencia de radio... como los de las tiendas, los libros, las tarjetas de crédito, los teléfonos, y todo el largo etcétera.

Immaterials: the ghost in the field from timo on Vimeo.


Daimones, hadas madrinas, elefantes rosados y enanos verdes de Marte se ven actualizados tecnológicamente.

Damas y caballeros, este blog esta retomando su ritmo de publicación. Como tal, habrá cambios al diseño, pues una nueva fase ha empezado. Parte tres de tres y todo eso. Mientras tanto, mañana se termina el proceso de corrección de pruebas, se empieza a despejar mi tiempo y mi espacio, pues me cambio de departamento. Detalles, sí, más adelante.

2 comentarios:

Lute dijo...

You know my name, look up the number.
Cuando lo quieras de vuelta suficiente como para acordar una cita, y no solo esperar que lo ande trayendo cuando nos encontramos en las calles, Te lo paso.
Y hasta podemos hablar.
Estoy muy contento. Y a ti se te lee bien.

LV dijo...

Thing is, I actually lost your number (no me cantaste la correspondiente canción de Phil Collins).
Irónicamente, la verdadera "dueña" de esa copia me consiguió una nueva copia, pues lo necesitaba con urgencia y no podía contactarte, aparte me estoy cambiando de casa y eso siempre es un cacho. O al menos lo es ahora, que me cambio, instead of just leaving home.
Que se me lea bien es tanto mejor que el sólo ser visto bien. Me alegro mucho de que estés muy contento, te lo mereces con creces. Sin reveses ni dobleces. Ni sandeces ni pesadeces. Se entiende.
Un abrazo.