jueves, 12 de abril de 2007

Carta abierta de [El Autor] a su novia, con motivo del examen de grado de ésta última.

Amormío,

Esta carta, este post, lo vengo escribiendo en mi cabeza hace meses. En verdad, meses, poco después de volver a Union tras esas vacaciones de invierno en que nos reencontramos en Virginia Beach. Lo quería escribir ayer, día mismo de tu examen de grado, pero la vida tiene una forma muy peculiar de cruzarse en nuestro camino y terminé haciendo cualquier otra cosa (léase: trabajos a última hora) y no quería escribirte este post, esta carta (el juego de palabras natural es maravilloso) sino iba a ser con todo el tiempo del mundo, como te lo mereces.
Ayer diste tu examen de grado y no hay palabras para expresar lo orgulloso que estoy de ti. De tu trabajo final, de lo que conseguiste en todos estos años, de como fuiste superando adversidad tras adversidad que el mundo universitario te fue tirando encima...cómo no mirar atrás, nuevamente y quién sabe si por última vez con estos ojos, ahora que un capítulo se cierra, para deleitarme de cómo has cambiado en estos años. Siempre hacia adelante, siempre mejorando. Donde los demás se rindieron, y donde yo mismo hice tantas alharacas de tirar la toalla, tú siempre estuviste ahí, en constante búsqueda. Y por cada vez que me diste las gracias por estar ahí contigo y ayudarte, la más honesta de las verdades es que lo único que puedo decir es que el mérito es todo tuyo. Ayer fue tu día, esta es tu semana, y el futuro es completamente tuyo. Que te haya ido como te fue y que hayas conseguido, en definitiva, todo lo que te propusiste, no es sino ese destello pequeñito que nos hace creer que hay algo de justicia en este mundo y que las historias más sufridas terminan bien y que sí hay una recompensa inherente a las buenas acciones...hay un karma, que le dicen...

Y en este mundo donde todo el mundo está corriendo para llegar a ninguna parte, y donde vimos a tanta, pero es que tanta gente morirse de mediocridad por terminar la carrera en cuatro años, nada se me antoja más inspirador que el que te hayas demorado estos dos años más. Desde el minor en psicología y los optativos que tomaste, más todo el proceso de conocer a la gente que conocimos estos años, creo que la retrospectiva muestra que tuviste razón, como siempre lo tienes con ese axioma básico de todo lo que haces: hacer las cosas bien. Que hayas podido trabajar con Lorena y desarrollar la relación que tienes con ella es, qué duda cabe, tanto el comienzo de algo más grande, como tu merecido premio. Son pocos los que salen de Letras pudiendo decir que hicieron su seminario con una persona capaz, abierta e inteligente. Realmente pocos.

Y este post, esta carta, se me escapa un poco de las manos. Suele pasar cuando llevas escribiándola y corrigiéndola por meses en el aire. Espero que llegue a ti con ese encanto que tiene el leer algo público, diferido, tan concreto y por lo mismo tan lejano de su ideal. Estoy seguro que el tiempo me dará la chance de susurrarte los borradores que circundan fantasmalmente estas pequeñas líneas. Quedan poco meses para vernos y estar juntos nuevamente, esta vez en el futuro, en otra etapa, pensando en otras cosas. Si acá se acaba algo, también comienza algo y yo me muero por vivirlo contigo. Una vida más en otros ritmos, lejos de aquél lugar al que le decíamos zócalo antes de que fuera "La Facultad", una vida donde los cambios los ponemos nosotros y donde el horizonte se extiende inmenso, como llegar al mar tras un largo viaje en tren.

Ahí nos veremos, cuando llegue el momento. Por lo pronto nos quedamos en estas telegrafías, los llamados, los envíos... estoy profundamente orgulloso de ti, aunque la verdad llevo ya media década estándolo, sólo que ahora (oh, mi hipocresía) me avala un cartón.
Con grado o sin grado, este amor mío, como tu genialidad, no cambia. Las cosas realmente importantes las llevamos con nosotros, como todo aquello que me hace

Tuyo,


L.


ps. Sólo te reitero (y sí, estoy jugando un poco para la galería de la carta abierta) que a quien te venga con el chistecito del "dígame, licenciado" le golpees en el bajo vientre o mentón, de parte mía.

No hay comentarios: