lunes, 20 de noviembre de 2006

¡En Marcha! (Highway America pt. 2 de 3)

Tras mi desayuno con Kaitlin (a quien no veré en un buen rato más porque tiene la carrera tan adelantada que se toma un descanso el próximo trimestre), me fueron a dejar con Hilary a la tenebrosa estación de buses de Schenectady. Despedidas y buenos deseos mediante, me encontré tomando el primero de mis 6 buses y sintiendo que la compra del ipod esuvo bien planificada que sino el viaje habría sido insoportable desde el minuto 1. Mucho ruido en el primer bus, ruido que me encargué de tapar con canciones y de inmediato empecé a echar de menos tantas otras...habría sido bueno tener el tema principal de "Twin Peaks" que algunos paisajes se parecen harto...y bueno, cuando los viajes se ponen tediosos y lo único que uno quiere es llegar, nada hace que todo se vea un tanto ridículo como escuchar "Non m'annoio" de Jovanotti...
Llegué a Syracuse para pasar 50 minutos en la estación con el baño más robotizado que he visto en mi vida, sensores infrarrojos para todo y uno que no tiene que ni tirar la cadena ni hacer nada porque todo responde al movimiento...fuera de esto, me enteré del paso de un tornado por Carolina del Norte mientras afuera llovía a cántaros. Me subí a un bus mucho mejor que el anterior y a Buffalo los boletos...
Algo conseguí dormir en el viaje (me había acostado a las 5, ordenando la pieza y demases; y levantado a las 8 para el desayuno tan mencionado ya), desperté en medio de un atardecer increíble (a las 4 de la tarde, como ya es costumbre) con una nubes maravillosas, cuyas fotos se vienen pronto, lo juro. Hicimos una parada en la preciosa ciudad de Rochester antes de llegar a Buffalo (de Rochester tomaré fotos a la vuelta, con sol).
El viaje fue un constante más-de-lo-mismo durante las siguientes paradas y combinaciones, después de Buffalo vino Cleveland y de ahí Columbus. En Cleveland se subió al bus una familia Amish y vaya sino vi Amish por todas partes durante mi viaje, desde Syracuse en adelante...

Con cada parada más fatigante que la anterior y con tramos tan cortos que apenas podía dormir, el viaje empezó a extenuarme...la gota que rebalsó el vaso fue el chofer del tramo Cleveland-Colmbus...un individuo que se identificó como "Crazy Earl" y que no paró de hablar por el altoparlante cada vez que pudo...chistes fomes (bajo mis estándares, los del resto de los pasajeros y los de cualquier ser humano cuerdo), comentarios sin sentido, y un parloteo sin cesar que no dejo dormir a nadie. Créame que yo no era el único que quería matarlo. Para el registro racial, Crazy Earl fue el único chofer blanco que tuve, y lejos el peor.
A Columbus, Ohio llegué pasadita la 1 y media de la mañana, teniendo por delante la espera más larga del viaje. Mi bus para St. Louis salía a las 4 y media...la estación era como un enorme baño público...azulejos blanco y todo eso...una prueba de mi cansancio está en lo que escribí en mi cuaderno amigo:

"Me quedan 2 horas y media de espera antes del último de los buses. Agotado y con el sueño interrumpido no puedo leer ni pensar muy bien y esto se siente como Al Pacino en "Insomnia". Demasiada luz blanca todo refleja y porqué mierda las espera es acá y no en Syracuse o Rochester.
Roadside America Indeed.
La Máquina de Coca-Cola que pregunta: Thirsy? y a mi que me da asco solo pensar en comer algo....el aire huele a los espantosos Macarrones con queso esos...2 horas y media. Si estuviera curado y drogado me sentiría todo un poeta beat. En el asiento de al frente un negro de unos 50 años me mira como si ya lo fuera. El loquito del cuaderno, siempre. Mataría por un jugo de naranja, quizás la tienda me evite el homicidio.
La verdad es que la mirada del negro era más bien un "este está más loco que yo"...y yo que sólo tengo sueeñño"


Algunas aclaraciones: hablo de no poder leer porque durante este viaje retomé "Jonathan Strange and Mr. Norrell" GRAN libro GRAN, que, recordará usted compré en el aeropuerto al llegar y cuya lectura abandoné en cuanto las clases me lo hicieron imposible. Pasaron dos meses y medio y recordaba casi cada detalle, para un botón de muestra de lo bueno que es....voy en la página 300 de sus 1000 y ya tengo esa sensación de que voy demasiado rápido, no quiero que se acabe nunca... Pasando a otra materia, usted ve las películas, las series de televisión, por ejemplo Friends, donde sus personajes comen Macarrones con Queso (Mac&Cheese) todo el tiempo...y dese Inmediatamente con una piedra en el pecho por no tener que olerlos... el pero de los olores americanos, sin duda alguna...de hecho ni siquiera la basura (que no tiene el olor a fruta en descomposición que tiene en Chile) huele tan mala como esta cosa.

Desde Buffalo me mantuve en el mismo bus, con paradas múltiples hasta St. Louis. Para ese entonces ya conocía a buena parte de los que iban conmigo en el bus y algo de sus historias personales. En el trayecto dos persona me preguntaron si acaso era italiano, duda que sale harto por acá...esa misma noche juré que la próxima vez que alguien me preguntara le diría que sí, que Io sonno Leonardo di Messina o algo por el estilo...

Llegué a St. Louis y no encontré a Jessica por ningún lado...a mitad de semana se había quedado sin celular, mi teléfono en Union está medio malo, yo no había revisado mi correo en las últimas 36 horas y no tenía Como contactarla...para colmo mi bus se atrasó Justo en el último tramo por trabajos en la carretera...afortunadamente, apareció 10 minutos después y aclaramos que fue otro más de esos casos de "llegué y no ví a nadie así es que me fui a buscar a otra parte y en eso llegaste y no viste a nadie y te fuiste a buscar a otra parte"

El depto. en que Jessica vive con su house-mate Jessica y un par de gatos (Maybe y Auggie) es de lo más acogedor en uno de los barrios más piola de St. Louis. Las fotos vienen en un futuro cercano, junto con las historias acá en el medio de los Estados.

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