jueves, 9 de noviembre de 2006

In memoriam - Ariel Miqueles

Hace escasos minutos (quizás demasiados) me he enterado de la muerte de Ariel Miqueles, joven volante de Deportes Temuco, nuestro compañero en la cancha durante el año pasado y miembro de la familia LFC.
Ariel nos convirtió en un equipo ganador, se echó encima al campeón de la B y lo dejó listo para grandes cosas, lo que cosechó en la cancha nos hizo terminar el año como líderes de la tabla acumulada. Más importante aún, Ariel nos enseñó a jugar alegre, a divertirnos en la cancha. Cuando Temuco requirió sus servicios, con él se fue buena parte de nuestra alegría. Sentí el golpe entonces, como lo siento ahora, que ya no está.
Sociable y amable como buen argentino, me acuerdo de él sonriendo siempre.
Me acuerdo de cuando conoció a Kerstin y me gritó "¡ché, Leo, tenés que traer más seguido a tu prometida, mirá que así atajás más!" ante la mirada atónita de Camilo diciendo "¿prometida?" en lo que terminó siendo un lindo anacronismo.
Me acuerdo de Ariel riéndose de mi polera de Inglaterra '90 "¿Qué, te viniste de Gary Lineker hoy día?", y me acuerdo de como era querido por todos, en el equipo y hasta en los rivales, que quien no lo quería lo envidiaba.

Y me acuerdo de verlo por última vez, en la cancha, jugando por nosotros, siempre con la polera LFC antigua. Su talento era lo único capaz de hacer ver bien esa espantosa tela brillante. Lo ví por última vez en la tele, jugaba Temuco con el Colo, partido que ví entero para apreciar a mi compañero en la cancha. Ganó el Colo, por paliza después de que lo sacaron a Miqueles. Ariel jugó bien, tuvo un remate que pasó cerca y pegó una patada notable. Lo enfocaron de primer plano cuando el equipo volvió para el segundo tiempo.
Lo ví por última vez unos meses más adelante, en el Metro. Línea 4, día de verano, cambiaba de estación y yo que tomaba el bus de conexión directa con Los Orientales. No alcancé a decirle hola ni nada.
Lo veo todavía, cada tanto mientras escribo estas líneas está ahí, en mi foto de LFC pegada en la pared...
Y me acuerdo de él, llamando a Kerstin mi prometida, ríendo, tocando la pelota...me veo a mí mismo contento de que alguien por fin cometió el mejor de los errores y la llamó mi prometida, ríendome, contento de empezar el día conversando con alguien que también puede recitar la formación de Inglaterra '90, aplaudiendo desde el arco, feliz de tener a alguien así en el equipo, sintiendo que algo está yendo definitivamente bien...

Hoy ví la derrota de la U ante Everton y pensé qué será de Miqueles. Hace un rato ya que Pablo me dio la noticia...y uno puede caer en todos los lugares comunes a la hora de las necrológicas, pero levanto la cabeza y aún viendo esa foto donde está un buen grupo de las personas que quiero, respeto y estimo en este mundo me cuesta encontrar uno más intachable que Ariel. Me quedó con la sensación de que murió el mejor de nosotros.

Y yo acá sólo tengo palabras, en esta hora en que las palabras sobran. Describir nomás el apoyo, el sentimiento y los abrazos, en especial para Gabriel, que era su más cercano. Mucha fuerza que aquí es donde se nota que en Lingüística somos, por sobre todas las cosas, familia.


N. del E. - Esto lo escribí el Sábado por la noche, de puño y letra, en el primer cuaderno que encontré. Aparece acá en diferido por respeto a la familia de Ariel, motivo sobre el cual no corresponde que me extienda.

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