miércoles, 13 de diciembre de 2006

Hinchas de Verdad e Hinchas de Cartón

Hoy Blanco y Negro S.A. juega la final de la Copa Sudamericana contra Pachuca. Momento esperado por muchos, se habla de "cita con la historia" y del "nombre del fútbol chileno", entre otras cosas. Lugares comunes y retóricas muy válidos a la hora de escribir una crónica o hacer un análisis más frío de la situación, lo que me choca es que Todavía quede gente que se dice hincha de otros equipos y que esgrima dichos argumentos para apoyar esta noche al elenco de Pedreros. "Es que representa al fútbol chileno" dirán, timoratos, a la hora de justificar su doble estándar; "Si es sólo por este partido" argüirán, como si eso explicara todo, con esa lógica de que una no es ninguna, o de que todas las transgresiones son válidas "sólo por esta noche" Joe Vasconcellos dixit.

Y Estas son las cosas que Odio de mi Patria.

Que cuando se trata de actitud y compromiso somos lo más tercermundistas posible, que nos encante subirnos a los carros de la victoria, darnos vuelta la chaqueta sólo por esta noche para tener algo que celebrar o para sencillamente no enfrentar el que no tenemos nada que festejar, el que seamos culturalmente incapaces de ser (a falta de mejor término) "de verdad". El subdesarrollo de nuestro espíritu de compromiso y entrega tiene que ser una de nuestras características más vergonzosas, y no me cabe duda que es además una de las grandes taras que frenan el avance de "Chilito", que se queda así todo simpático y decorativo. El paso necesario para crecer, en cualquier ámbito, es aceptar sin vergüenzas quién uno es y no esconderse tras relativismos y lógicas de la excepción. "Es que justo hoy no puedo", "Pero si una no es ninguna", "Oye, si es el fútbol chileno el que está ahí".

Y no, no es el fútbol chileno el que está ahí. Es un equipo más de los 20 de primera. Uno con parcialidad a favor y en contra todos los Domingos. Si nos sacamos esta mentalidad pueblerina, en el peor de los sentidos de la palabra, quizás algún día lleguemos a apreciar en toda justicia los méritos de cada uno. Quién sabe, quizás algún día la Selección sí sea el equipo de todos los chilenos, y quizás si ganemos algo que de verdad podamos celebrar todos. Y esto aplica a todos los aspectos de la vida, porque es una cuestión de actitud y, al final del día, de valores. Mal que mal, si usted es hincha de Cobreloa ¿cómo le explica a su hijo que hoy a la noche estará celebrando los mismos goles que lo van a estar llenando de congoja en cinco días más? Piénselo bien esta noche antes de levantar la manos en favor de una causa que no es ni ha sido la suya nunca...






A mí, al menos, me daría vergüenza.

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