lunes, 13 de agosto de 2007

Fuimos a ver... Stardust.

El Sábado pasado (ayer) partí a la matiné de mi cine amigo en State St. a ver "Stardust" la película basada en la homónima novela serializada de Neil Gaiman y Charles Vess. Y yo, que tenía diez años menos cuando la leí y que nunca pensé que la vería hecha película, no podía perderme verla en el fin de semana inaugural.

Y no me arrepiento. Y espero verla de nuevo, en alguna edición pirata, con mi novia al llegar a Chile. Y en Octubre, en el cine, con letritas abajo.

No, tampoco es taaaan buena. Es una cosa personal.

"Stardust", la novela ilustrada, es una historia complejísima de adaptar, por eso mismo jamás pensé en ver la película. Mucha de su narración juega con el ritmo como solo un libro puede. Es la historia de un viaje y de como los destinos suelen ser lo más acertados cuando no son los planeados. No es fácil hacerlo en la pantalla grande.

Matthew Vaughn lo hace.
A tirones a ratos, eso sí. Considerando además lo difícil que es hacer una película de fantasía que no caiga en excesos, Stardust, la película, es un producto harto elegante y con gracia. El ritmo de la película es un poco como caballo chúcaro eso sí y uno como espectador queda algo machucado entre los momentos en que está completamente absorto en el mundo que la película pinta y los bruscos respiros en que la cinta te saca de ahí para volverte a sumergirte de golpe.
Algunas cosas están de más: Stardust, la película, que no se parece en nada al Señor de los Anillos, la película, está siendo muy comparada con ella. La cosa es medio inevitable con tanto plano en helicóptero de jinetes cabalgando por llanuras, cosa que le hace más mal que bien a la película.
La crítica tiene medio en andas a Michelle Pfeiffer, pero la verdad es que el show se lo roba el señor Robert DeNiro. En un rol muy secundario, chispea destellos de buena actuación con la misma gracia con la iluminó "Brazil" hace ya 22 años. Tras tanta tontera que ha filmado y tanta sobre-exposición de papeles pequeños, da gusto verlo así, en tan buena forma y aportando tanto.
Es una extraña película, Stardust. De esas que, a dios gracias, cruzan los rígidos moldes de los génerosy hacen difícil decidir qué es. Qué importa. Entretiene, hacer reír, pone buenas dosis de suspenso. De todas las películas de mi verano, la mejor.


En el rincón de la adaptación.

Si a usted le gusta que le comparen el material original con la adaptación, quédese tranquilo. Stardust funciona como película, tomándose una serie de licencias que están muy bien tomadas por lo demás. El personaje de DeNiro está creado para la ocasión, como muchas de sus secuencias. El personaje de Michelle Pfeiffer desaparecía de escena harto antes en el libro, también. Stardust, la película, se apoya más en ciertos lugares comunes de los cuentos de hadas, lugares de los que el libro intenta precisamente desmarcarse. Pese a todo esto, la adaptación funciona perfectamente, capturando buena parte del espíritu del libro, al punto que a Yours Truly le empezó a dar pena a cinco minutos del final porque, de súbito, recordó el final del libro, que es bellamente triste. Esto tras años sin re-leer el libro.
Así de buena la adaptación.

Y sí, el final lo cambiaron también, así es que la pena me bajó por las puras.

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