jueves, 2 de agosto de 2007

No sólo las habas...

En todas partes se caen puentes, también.


Tragedias aparte, mi segunda impresión al saber de la noticia fue imaginarme a Ricardo I, nuestro ex-presidente, viendo las noticias junto a Luisa y sonriéndose, tragicómicamente aliviado, para sus adentros.


En un nota un tanto más oscura, hoy me enteré de la muerte del perro Vodka. El perro Vodka vivió un tiempo en la casa 3 de mi novia, asomando su cabeza por la pandereta cada vez que llegábamos. Lo mejor de todo era que tenía una cabeza del tamaño perfecto para ser un humano con máscara, suerte de Scooby Doo pero con más punch. Lo volvimos a ver durante las pasadas vacaciones de invierno en Miami, lugar donde encontraría su fin.

La cosa es que el perro Vodka se comió un sapo. Los sapos de la zona son venenosos. Fin del asunto. La escena puede ser tragicómica, como todo en esta vida, pero a mí al menos me da pena la imagen de este perro lleno de vida comiéndose entusiasmado al batracio y luego muriendo de lo mismo. La muerte por envenamiento es una de las formás más genuinas de la traición y la venganza en la naturaleza - el depredador depredado.

En otras palabras : Sapo culiao.


-En todas partes se cuecen habas, en todas partes se caen puentes. Nada es inevitable, salvo la muerte y los impuestos. Esta fue mi serie de refranes para recordarme que tengo que reenvíarle mi número de seguro social al IRS para que me devuelvan lo que sea que tengan que devolverme.

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