jueves, 3 de agosto de 2006

Cine y comics : ohh dale Supermán

DISCLAIMER: Dentro de esas oposiciones binarias fundamentales elijo dulce antes que salado, La U antes que el colo, Boca antes que River, Marvel antes que DC, y Batman antes que Superman, siempre.

Este Domingo tuve la ocasión de sorprenderme gratamente con "Superman Returns". Sorprenderme porque nunca le he tenido mucha fe al boy-scout del pijama celeste, porque tenía un récord de dos buenas/dos muy malas en su pasar por el cine, y porque había escuchado opiniones diversas que me hacían pensar que la película podría no gustarme. Mal que mal, no contento con ser de los que prefieren a Batman por sobre Superman, y hasta a cualquier héroe Marvel (Captain America inclusive), soy de los que cree que lo más interesante de toda la mitología Superman es Lex Luthor, este humano que osa enfrentarse al chico del aviso de pasta de dientes con superpoderes. Esperaba malas actuaciones, motivos clichés y un personaje con tantos handicaps que nada ni nadie podría salvarlo.

Pero no contaba con Bryan Singer.

El director que se las ingenió para presentarle al mundo la franquicia X-Men (labor más que titánica) se las ingenia para librar al hombre de acero de la pesada mochila que la habían dejado dos películas malísimas, unas series de televisión abominables, y dos décadas de ausencia de la pantalla grande. Y lo hace empezando con una secuencia de créditos rimbombante, reciclando lo mejor del soundtrack de John Williams, llevando la historia (con ciertos puntos bajos, eso sí) por aguas un poco inquietas, hasta el buen puerto-objetivo final de toda esta empresa: limpiar la alicaída imagen del kriptoniano. A base de explorar las debilidades y tocar sútilmente la moralidad del todopoderoso alienígena, el director consigue dar una imagen que dista del Superman que todo lo hace fácil y bien. Conservando eso sí su ética de scout, a este Superman las cosas se le complican con una verosimilítud que da gusto.

Lo ayudan un buen Kevin Spacey, que destaca dentro de un cast flojo por lo general, pero que no destiñe (Superman siempre requirió de muchísimo menos talento actoral que Batman, y por lo mismo no se resiente su ausencia en esta versión. ), un set de efectos especiales a veces demasiado CGI, un presupuesto millonario, una utilización del sentido del humor sútil y con tacto (mineral precioso por estos días)e, insisto, el sustrato de la que es una de las mejores bandas sonoras compuestas por John Williams (en mi modesta opinión, sólo superada por su set para la trilogía de Indiana Jones). ¿Fallan cosas? Fallan, sin duda. Singer duda a la hora de apretar el acelerador y uno siente que se le escapó una gran película de la menos, quedándose conforme con entregar un buen blockbuster. Y sí, el superbebé es algo chanta (como personaje, no como recurso argumental, donde sí aparece como un elemento de tensión justo y preciso) y la película se alarga a ratos, queriendo complacer a todo el mundo.

Un poco como el mismo Superman, ¿no?

El súperheroe que puede hacerlo todo, que podría erradicar el hambre del mundo y parar todas las guerras, y que sin embargo prefiere detener robos en una simple ciudad, es digno merecedor de una película para comer palomitas de maíz y tomar bebida en vaso grande, si usted quiere pensar, haga el ejercicio en su casa después del cine y encontrará motivos para pensar; si usted quiere entretenerse, no piense.

Confieso que la película me ganó en parte por mis bajas expectativas previas, entré a verla muy crítico y esperándome infinitamente menos. Pero también resulta ser un blockbuster sólido, particularmente para los pequeños. Una película para llevar al sobrino, hermano menor, o incluso hijo y presentarle, de una forma decente, al más grande de los íconos del comic.

De cosas como está es que Singer ha salvado a Superman.

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