domingo, 20 de agosto de 2006

Fantasmas de diversos tonos e índoles

Enviado por Leonardo Villarroel el domingo, 20 agosto, 2006 a las 10:15
www.clonazepam.tk resulta ser la página de Santiago Errázuriz, alías Chago, que estuvo en los titulares periodísticos a fines del año pasado por su desaparición, la campaña de sus amigos por encontrarlo, y claro, cualesquiera que fueran las razones para su partida de casa y de este mundo. La página me la indicó un buena amiga mía que resultaba ser buena amiga de él, y cuando me metí ayer de inmediato me invadió esa opresión extraña que resulta de ver un fenómeno de la teoría en práctica. Me acordé de todo el entrenamiento deconstruccionista, los fantasmas de la escritura y alguien hablando en presente actualizado que nunca más será. Porque algo de escabroso y mórbido hay en leer a alguien muerto diciendo "hoy haré esto" o "yo estoy aquí". Fantasmas de la escritura y la internet que no es más que una colección enorme de fantasmas.

Más tarde me enteré que Daniel, cuya familia nos había hecho de anfitriona en Los Angeles y a quienes hace unos años gentilmente les cedí mi pieza para que se quedaran mientras visitaban a un psiquiatra santiaguino, había tenido éxito en su quinto intento de suicidio. Y el aura (cfr. Walter Benjamin) como una coctelera para la memoria: el muerto que durmió en mi cama, yo durmiendo en su casa vacía, mirando las fotos de alguien que no estaba y cuya ausencia se acaba de volver permanente. Más fantasmas, ahora de la memoria.

Tuve que salir a tomar aire después de que mamá me contó lo de Daniel. La noticia me afectó inesperadamente: cuando alguien se suicida no deja de ser un triunfo para la opresión y el aburrimiento. El suicidio como la salida de una vida en la que estamos convencidos de que NADA puede variar.

Y yo que, pese a profesarme incapaz de aburrirme por el sólo hecho de ser hijo único, miraba el suicidio con tanta seducción por allá por el 98. Escribía cartas de despedida y sentía un chispazo perdido de entusiasmo, solazándome en el concepto de escribir en presente para cuando estuviera muy ausente. Por eso tres año después no tuve problemas con Derrida, sino todo lo contrario, me parecía (aún me parece) el tipo más sensato del mundo. Y ya van casi dos años de su muerte y yo que quería doctorarme en Francia y estudiar francés sólo para peregrinar a EHESS, atender su seminario y decirle "gracias".

Por estos días leo, en polígamia abierta con otras cosas, el librito aquel sobre el terrorismo y la filosofía con Habermas y JD. Y ya no puedo tomar uno de sus textos sin sentir que estoy leyendo un fantasma. Uno muy consciente de su condición espectral, uno sin asuntos pendientes, porque su asunto pendiente no es otro que ser un fantasma tan eterno como el lenguaje, la escritura y la diferencia.

Y aquí uno canta a coro con el peor track del Little Earthqueakes de Tori Amos...

"and if I die today, I'll be a happy phantom"

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