En el capítulo anterior...nuestro héroe se había reunido con sus compañeros de jornada en el corazón mismo de la capital del Imperio...Reunidos posteriormente con la legión francesa, ascendieron al otrora edificio más alto, capturaron imágenes para el recuerdo, nuestro héroe sintió deseos de acogotar a su fastidioso compañero (más producto de la falta de sueño que de otra cosa - aunque harto latoso su discurso sobre la bencina en los helicópteros y su sueldo). Luego, la mitad del grupo se fue a dormir (iban al museo de historia natural al día siguiente) y la otra mitad nos fuimos a comer algo a Times Square (Porque ESO es lo que uno hace cuando tiene poca plata, ¿no? se va al lugar más turísticamente caro posible) y después calabaza (dos de la manaña y en efecto la ciudad no duerme y se muestra con la misma actividad que a las 10 de la noche...más felicidad instantánea: imagínese estar en una ciudad donde NADA hace sentir el paso del tiempo y por lo mismo el futuro está siempre por venir), y algo de odio hacia este metro donde uno puede caminar cuadras enteras bajo tierra para hacer la combinación...
El viaje en metro merecería una entrada propia: ¡qué personajes! Una chica vestida SOLO con un chaleco un poco largo y que en cuanto el tren se pone en movimiento se empieza a mover como si lo que sea que se metió en las venas antes le hiciera efecto automático con el vaivén de los carros; la mira un hombre sin brazos pero con manos; 2 chicas perfectamente vestidas para una fiesta formal, la mirada perfectamente perdida indicando que este es su viaje de vuelta; más allá un tipo que parece venir directamente de la oficina, y toda una delegación directamente importada de un matrimonio...
Al otro día, tras registrarnos en el hostal en Harlem, atendido por un negro enorme, enormemente gay también, despertamos (Ondra V y yo, los demás están probablemente sacándose fotos con los esqueletos de los dinosaurios) y recordamos que en algún momento de la noche anterior les dijimos a los franceses que nos encontrábamos en Central Park a las 10. Son las 11.
Media hora después estamos en el metro camino a CP. Salimos e iniciamos nuestro periplo un poco con el espiritu de "da lo mismo donde y adonde". Ondra va armado con dos cámaras, una digital y una con película y yo desde el minuto 0 que quiero que me tome fotos en todas partes. Lo bueno es que Ondra tiene que entregar fotos de personas en lugares públicos para su clase del lunes, así es que somos la dupla perfecta: el que necesita tomar fotos y el máldito narcisista-que-todavía-no-se-compra-cámara. Damos vueltas y vueltas por algo así como dos horas cuando decidimos llamar a los franceses. Ondra me pasa el teléfono argumentando que mi inglés es mejor, ojo que le queda poca batería eso sí...llamo a los franceses, que también se levantaron tarde, estan frente al Chrysler Builiding y se vienen en camino para el CP, nos vemos en 45 minutos, "OK, en qué estación los esperamos" alcanzo a decir cuando nos quedamos sin batería y sin forma de contactar a NADIE...yo tengo el número de otro de los checos anotado y mi tarjeta de llamados que se agota a ritmo de fátiga crónica en esta ciudad...pero estamos básica y esencialmente incomunicados.
Salimos del parque y nos fuimos a comprar unos sandwiches en un supermercado a dos cuadras, Ondra saca plata y me presta porque yo llegué al cero absoluto la noche anterior en Times Square(al menos tengo mi ticket de vuelta y mi viaje a la Estatua de la Libertad pagados). Volvemos al parque y comenzamos a caminar, exhaustos un poco, en busca de lugares particularmente interesantes : jardines, Alicia en el país de las Maravillas, Strawberry Fields o algo...algo con un interés más universal que "mira, acá juegan la liga de futbol infantil" (con un árbitro infantil y todo (!!!)) o "toda esta gente andando en patín". Así fue como hicimos el tour hacia el Shakespeare's Garden, el Belvedere Castle y Alicia en el país de las Maravillas...lugares a los que llegamos tomando el metro (dos estaciones) porque ya no dábamos más de caminar...al punto que en un momento colapsamos, nos fuimos del parque para entrar al museo de historia natural...Ondra que agonizando me dice que no quiere ir a ningún lado más y que prefiere ver algo en el museo...¿algo como qué?...hay unas proyecciones en 3-d y cosas así...le digo a Ondra que si nos sentamos FIJO que nos quedamos dormidos hasta pasado mañana, pero que igual preguntemos por las funciones...la función de hoy es sobre Vaqueros, así es que en dos minutos Ondra y yo estamos en la calle de nuevo, agonizando pero queriendo morir en un lugar como Central Park y no viendo una proyección 3-d sobre vaqueros....
El golpe de gracia lo puso nuestro caminar hacia Strawberry Fields...nunca llegamos porque escuchamos música y Ondra insistió en que la siguieramos...dios lo tenga en su gracia porque así fue como llegamos al New York-Tokyo Festival que estaba aconteciendo ahí mismo. Música gratis al aire libre en Central Park...aquí me quedo yo.
Un programa que incluyó jazz y electrónica japonesa, un DJ canadiense y un rapero de Jersey, mezclado con demostraciones de televisores, videojuegos y demases (Tokyo al fin, ¿no?) y un poco ese ambiente de carrete universitario de fin de semestre sólo que en un espacio completamente público y con gente de todas las edades, colores y credos (cargado, obviamente, al público asiático) en una celebración que no requiere adjetivos, porque de eso se trata la celebración pura. Tanto así que hasta nos encontramos con los franceses perdidos, con los que estuvimos hasta las 7, cuando se fueron a tomar el tren de vuelta a Schenectady.
Una gran gran noche, que rematamos comiendo en un MacDonalds en la 42 con la Séptima, el chileno y el checo comiendo en el segundo piso donde la única otra mesa con gente tenía a dos rusas haciendo un alto en el carrete y la ventana daba a la sede de los NY Jets...
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