martes, 3 de octubre de 2006

Sinceramente suyo...

Resulta que usted está esperando que yo le cuente todo sobre New York. Usted quiere que yo le hable de mi viaje en tren, le muestre las mil trescientas fotos y reflexione sobre la vida en la gran ciudad y de como New York es un mundo aparte tan dislocado de los Estados Unidos como de cualquier otra cosa.
Y la verdad es que lo único que yo quiero es hacer un alto, mirar atrás y decir algo así como "YUUPIII". Decir que de acá ya no miro más atrás pero que sí me quiero dar el gusto de decir "I did it", empecé este blog hace más de un año "para el día en que..." y de repente el día llegó y las cosas empezaron a pasar y el Viernes pasado el tren entró en el túnel antes de llegar a Penn Station y el corazón se me aceleró como no lo hizo en ningún momento de la espera o el viaje acá. Esa espera que empezó como hace dos años cuando pensé en venir y postergué el viaje porque si me venía significaba dejar todo tan inconcluso con mi novia de entonces, y que en su sola realización me hizo descubrir dónde estaban los límites de mi voluntad y cuánto tenía que hacer para estirarlas.
Ahora escribo desde mi pieza, en el 207 Seward Place de Schenectady NY. La pieza armada con todo las piezas arrejuntadas de mi feble capacidad del orden (y una pequeña ayuda de mis amigos, los T.A. anteriores que me dejaron tan bien aperado) y que el Domingo fue la primera vez que se sintió como algo parecido a un hogar al volver a casa. Todo Santiago empieza a quedar atrás y este Jueves que se juega el clásico de Letras en un fecha con la que además teno una relación personal de proporciones terabyticas. Si algo de romanticismo y añoranza quedan para mí de mi Santiago natal sin duda que se reducirán a esos chispazos de los Domingos con La U a partir del Jueves.....la vida en fase de partida, como los trenes cuando uno escucha el movimiento de las ruedas al dejar el andén...

Y al mirar atrás...nada más que agradecimientos, a todos y totales (Ceratti dixit, lamentablemente -o : algo bueno que haya dicho Ceratti en su vida, aparte de "te hacen falta vitaminas") a todos los que leen, los que postean, los que me han hecho posible todo, la verdad. Quizás el hogar no está donde el corazón está, pero mi corazón tiene un espacio reservado para todos y cada uno de ustedes y creánme que a menudo cada cosa que pasa me recuerda a alguien o me trae memorias y la esencia de cada uno que se manifiesta. Gracias por haber soportado buena parte de estas 100 variaciones sobre la lata verbal y porque, en el fondo, nada tendría que escribir si no fuera por ustedes:
Bueno, no salgo 100 veces yo, pero qué gracia tendría sino. Busque las distintas versiones de personas que por algo tienen dos versiones, ¿no?. - Ah, y si usted no sale acá...es porque nunca me mandó su foto, pues!

Mañana todo cambia un poco, y este espacio irá cambiando con los días para tener una interfaz más clara (que sea visible moderadamente bien en todos los browsers, aunque, en serio: Deje de lado ese internet explorer que sólo usa porque venía con el computador y cambiése a Firefox, le cambiará su vida) y ver como le hacemos para postear tanta pero tanta foto (que son más bien variantes de pocos temas, no se me entusiasme) que mi buen amigo Ondra Vrzal (porque ahora tengo amigos con apellidos de 4 consontantes y una vocal) me tomó en la ciudad que nunca duerme.
Buenas Noches y Buena Suerte, siempre...

Este post, número 100, lo escribí integramente al ritmo de "En tránsito" y "Cada loco con su tema", discos que el Señor Joan Manuel Serrat publicó cuando yo tenía 0 y 2 años y que, creo, tienen no poca culpa en que yo sea como soy. ¡Salud!

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