viernes, 29 de junio de 2007

Cerrando Ventanas

Hoy me metí a internet y descubrí que todos esos posts que había escrito telepáticamente durante la semana al parecer no fueron publicados. Será el calor, o quizás las tormentas eléctricas que me han arruinado el inalámbrico mental, pensé. La cosa es que ha sido una semana intensa, bien regada (no sólo desde los cielos, naturalmente: El Lunes fue inauguración de nuestro hogar, el Martes despedimos a Jake que se volvía a California). Semana de ejercicio mental (investigación) y del otro(gimnasio + pichanga.)

"En fin. La cosa es que..."


(La cosa es que sentí un ligero placer en la derrota Colombiana, el día después de que Alessandro sacara pecho con la victoria del 2001. Pero desvarío).

(La cosa es que la pila de libros por leer está apunto de caerse arriba mío y podría, a lo menos, dejarme un poco groggy. Pero desvarío).

(La cosa es que mis vecinos del segundo piso son un dúo extraño: un estudiante de química con escasas habilidades sociales el uno, y un tipo a punto de graduarse y que no hace 6 meses llegó de Irak, no habla mucho y lee como condenado, el otro. Toca la mandolina también, pero desvarío).

(La cosa es que en cinco días el 319 se ha sentido más hogar que la Language House en 9 meses, pero eso también, me temo, es un desvarío).



He estado tratanto de cerrar ventanas mentales. Mientras más se cierran ciertos procesos, más patente se hace que hay cosas pendientes aquí y allá; y más ruido meten estas últimas. Por lo mismo, es mejor tomar decisiones que pensar en las encrucijadas, así es que he decidido postergar para el infinito mi eventual viaje a Wisconsin (quería, oh sorpresa, ir a la House on the Rock... porque esas cosas se me ocurren a mí) y dejar que las vacaciones este verano sean visitar a quienes me están invitando (de momento la zona de Westchester y Maryland...veremos). Kaytlin T. me tiene invitado a su casa y como está trabajando en NYU por estos días, será la opción perfecta para visitar la ciudad de nuevo, quedándome lejos de la ciudad misma.

Para cerrar ventanas en mi navegador: Rayando con The Clash, banda que es la segunda vértebra de esa columna que empieza con los Velvet Underground encontré un par de sitios que le podrían gustara la lola o al escolar, acá puede bajar (porque "descargar" es Horrible y tiene una clara connotación estomacal) aquellos temas de los Clash que son cover de alguien más, JUNTO con los originales. Juegue a tener un programa de radio propio y revivir "3 versiones para un mismo tema."
En el extremo opuesto: Otra gente cubriendo a los Clash.

Siguiendo con el proceso de cerrar ventanas musicales
(o
Última vez que le recomiendo el último disco de Travis,)


Eso. "The Boy with No Name" es un gran disco, con todas sus letras, si a usted aún le gusta la gente que canta canciones felices. No esa felicidad pop que viene en colores fluor sino esa que viene quitada de bulla, pintada en ocre y pastel. Al menos, este disco es como mi felicidad campesina acá en el estado de NY. Y no hay día en que no me sienta bien en que no disfrute de caminar un rato a la sombra de los árboles escuchando "Sailing Away", canción que cierra el disco de una manera impecable. Está lleno de momentos altos, "The Boy with No Name", y sí, creo firmemente que es un disco que se disfruta más lejos de la gran ciudad. Bien por Travis y sus ánimos de darnos música que es feliz sin ser simplona y que es emotiva sin ser llorona. Aparte, llegar al cuarto disco derrochando tanto talento es algo que se aprecia en el mundo de hoy, tan lleno de grupos de un sólo disco.

Se cierran ventanas y se abren otras: Mis ganas de comentarle (un poquitito tarde, eso sí) el segundo disco de Maroon 5, hablarle de la importancia de los segundos discos, contarle más sobre esa pila de libros que me amenaza, escribir sobre el último comic de mi vida, lamentar profundamente el concierto de retorno de Soda Stereo y porqué diablos no lo hacen ahora que estoy lejos del país.

Como siempre, mes amis, Detalles más adelante.

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