sábado, 21 de julio de 2007

VOLVIOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOÓ

I.

Había sido poco más de un mes. Un mes de canchas en buen estado, estadios llenos, fútbol de alto nivel. Uno pensaría que daba para olvidarse, daba para querer que las fiestas internacionales siguieran por siempre. El Sub-20 lo veía en la tele, con perfecta resolución y sin tener que hacer malabares por internet, s
in tener que supeditar mi vida social a horarios extraños y a las condiciones de la recepción de mi computador.


Pero hoy, hace 5 minutos, la U salió a la cancha en Concepción. Y tuve que escuchar dos veces el "Dale León" en las tribunas para olvidarme de todo lo demás.
Veremos que pasa.


II.
El partido fue el típico partido enredado, compicado, con chispazos de buen fútbol y chispazos de pichanga brillando de cuando en vez en medio de un choque monolíticamente plano y duro. La U par
tió perdiendo cuando había jugado mejor, porque su rival tenía más noción del orden, como fue básicamente en el 74% de los partidos en las útltimas dos temporadas.

Hasta el minuto quince del segundo tiempo.
Ahí volvió algo más que el fútbol chileno. Volvió Marcelo.
Jugando con el ritmo de otrora y supliendo la falta d
e físico con ganas, muchas ganas, Marcelo arremetió por entremedio de la defensa para anotar el empate en el momento justo. Después tuvo una definición (de derecha) contra el palo y un par de remates más. Y me dió un gusto enorme. El gol me puso en sincronía con esa gente que llenó la parte alta de la Andes en Concepción y que aguantó la lluvia y el granizo que cayó a ratos para tener su justa recompensa en ese gol en el minuto 81. Ver a Salas corriendo y definiendo como hace ya trece años. Porque claro, este Salas se parece más al joven que debutó con 19 al mando de Salah que al afinado delantero que la metía desde donde se la antojaba en River.

Pero a mí al menos, me basta con eso.

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