Había sido poco más de un mes. Un mes de canchas en buen estado, estadios llenos, fútbol de alto nivel. Uno pensaría que daba para olvidarse, daba para querer que las fiestas internacionales siguieran por siempre. El Sub-20 lo veía en la tele, con perfecta resolución y sin tener que hacer malabares por internet, sin tener que supeditar mi vida social a horarios extraños y a las condiciones de la recepción de mi computador.
Pero hoy, hace 5 minutos, la U salió a la cancha en Concepción. Y tuve que escuchar dos veces el "Dale León" en las tribunas para olvidarme de todo lo demás.
Veremos que pasa.
II.El partido fue el típico partido enredado, compicado, con chispazos de buen fútbol y chispazos de pichanga brillando de cuando en vez en medio de un choque monolíticamente plano y duro. La U partió perdiendo cuando había jugado mejor, porque su rival tenía más noción del orden, como fue básicamente en el 74% de los partidos en las útltimas dos temporadas.
Hasta el minuto quince del segundo tiempo.
Ahí volvió algo más que el fútbol chileno. Volvió Marcelo.
Jugando con el ritmo de otrora y supliendo la falta d
Pero a mí al menos, me basta con eso.
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