domingo, 10 de septiembre de 2006

El Fin deL Verano y la vida hogareña

Porque no todo es fiesta en esta vida, muy a pesar de lo que Lionel Richie pueda argumentar.

Si bien la fiesta ocupa buena parte del fin de semana y la otra gran parte se la lleva el señor Conrad con su Lord Jim, con un alto el día Domingo para repasar la guerra de los 100 años entre Francia e Inglaterra (contenido altamente entretenido para quienes gustan de la estrategia militar o simplemente de jugar Ataque o Advance Wars para los computines), hay ciertas cosas que han ido pasando.

Al menos dentro mío.

Bueno y afuera también, porque hoy salí a caminar y descubrí un día de mucho sol pero sin calor. "Se está acabando el verano" pensó mientras salía del comedor.
La tarde no hizo más que ratificar esto, porque la verdad es que sopló un viento recontra-helado, como haciendo caricias después de la tormenta de ayer.

Porque ayer hubo tormenta y fíjate que yo estaba muy de shorts y polera. Llegué a la biblioteca a eso de las 12 envuelto en un calor medio tropicaloide y por ahí por las 3 de la tarde todo se volvió oscuro y la lluvia que se las mandó. Las ganas de salir a mojarme se vieron frustradas por la presencia de mi notebook (más conocido como "El Profesor") que iba camino a una muerte segura bajo semejante vendaval. Al rato los truenos, relámpagos, cáspitas, recórcholis y centellas. Desde que llegué acá tenía la intuición de que este sería un gran lugar para estar en medio de una tormenta eléctrica. Intuición confirmada.

Y después de la tormenta se empezó a acabar el verano, mira tú. (Y acabo de estornudar en la biblioteca, habiendo puesto las manos de tal forma de crear la mejor caja de resonancia humana...diossanto) Tras una semana acá, las cosas empiezan a ceder su caracter de novedad. Empiezo a encontrarme más a mí mismo como alguien en una tierra que es extraña pero ni tanto...porque la verdad de las cosas es que la extrañeza parece en efecto ser algo que se lleva a cuentas más que una cosa de las circunstancias. Ahora los días los disfruto con más calma y un poco con esa paz de mente que es como un vaso de agua haciendo ondas (excluyendo, claro está, la inminente venida de un velociraptor).

Hoy tuve mi primera carga de lavado en la historia de mi vida. Lo que significa que me está esperando la primera carga de planchado en la historia de mi vida. Eso y hacer un micro-análisis de unos poemillas del siglo 14. Eso y elaborar un par de preguntas para "Lord Jim".

Afuera pasan las nubes. Se nota que está helado y no puede dejar de impresionarme que aun con tanto campus bonito, chicas guapas, gente nueva, amigos extranjeros y en el extranjero, nada me guste más que mirar el cielo y ver pasar las nubes. Eso y las estrellas, que si uno se para donde está la bandera de Estados Unidos y mira hacia arriba, produce una sensación de estar mirando al reverso del mar que vale más que cualquier edificio célebre.

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