sábado, 5 de mayo de 2007

El Compañero Preciso, la Acompañante Perfecta

Me gusta quejarme y burlarme de ese estado de ansíedad colectiva que nos viene a los seres humanos a la hora de ir a ver una película en compañía y que es una suerte de neurosis por hacer crítica. Soy pésimo para eso y de todos los silencios del mundo, creo que uno de los peores es aquél que está destinado a morir ante un ¿Y, qué te pareció?

Lo que no significa que no haya películas, momentos, artefactos, instancias, que nos dejan con ESA sensación de añoranza. Esa que hace que uno llegue a casa para marcar el teléfono, escribir largos e-mails o sencilamente hacer la nota mental de decirte, la próxima vez que te vea, "me acordé de ti el otro día, cuando fui a ver...".

Y si bien creo firmemente que existe gran goce en la soledad de ir al cine sin acompañante, de poder estar rodeado de gente y sin embargo sumergirse completamente en un mundo de ficción, mundo tan único y divergente para cada espectador como los ángulos que marcan esa distancia entre cada uno de los espectadores y la pantalla; sí atesoro los momentos en que la compañía eleva las películas buenas y redime a las malas.

Como ver X-Men II con mi amigo Gonzalo y saber que alguien más en la sala aprecia que entre los nombres de mutantes por el mundo en una escena figure el de "Remy LeBeau". O ver Fantastic Four con Felipe González, a quién siempre he considerado como el perfecto Johny Storm, sólo para salir del cine y escucharlo decir "ESO es lo que uno hace si tiene superpoderes", refiriéndose, por supuesto, a la antorcha humana.

Con Kay todo es distinto.
Con Kay sí espero siempre comentar las películas. Me fascina cómo ve y se fija en cosas en las que yo jamás me fijo y como siempre llegamos a conclusiones similares por caminos divergentes. Y es, para serte honesto, la única persona con la que realmente me gusta ir al cine, así, a ciegas. Sin saber cómo es la película, sin tener que mirar la crítica antes (siempre lo hacemos, es un acto de precaución y sí, tengo un ensayo sobre cómo la cultura mediática de las sinopsis ha alterado nuestra percepción de las películas mismas escrito en algún lugar de mi cabeza). Hay ciertas películas que me hacen decir "la iría a ver, pero sólo con...". Como Los Cuatro Fantásticos que sólo ví con mi amigo-antorcha-humana, o como ver comedias románticas con mi madre. Hace un par de semanas ví la infumable "300" y me sentí aliviado de 1) no haber arrastrado a nadie más a ver semejante pérdida de tiempo y 2) de no haber pagado mi entrada, cortesía del departamento de Lenguas clásicas del Union College. "Kill Bill" (en sus dos volúmenes) y "A History of Violence" son de mis películas ideales para ver sólo...


Y todo este desvarío porque hoy fue a ver Spider-man 3. Solo. Mi único comentario es "me hubiera gustado verla con Kay".


En serio. Mi único.







Vaya a verla usted también. Es el hombre-araña dirigido por Sam Raimi. Ha funcionado 2 veces ya, ¿no?

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