jueves, 15 de febrero de 2007

Día 4 - El Amor (en Viaje)

Kay iba a llegar ayer. La tormenta la mandó de Norfolk a Charlotte y de ahí a Philadelfia donde pasó la noche. Mi cumpleaños se vió medio reverendamente frustrado por estos acontecimientos. Postergué la fiesta para el Sábado y me senté a esperar nada, como Nicole, un poco con la esperanza de que ALGO pasara.

Al día siguiente...

Kay llegó y fue primavera en nuestros corazones. La docena de rosas del 14 no tuvo tanto valor sorpresa pero le hizo juego al regalito que Kay me traía. Empezó mi ronda de presentarle a todo el mundo, medio con el pecho henchido de felicidad - medio seleccionando a quienes presentarle. La fortuna estuvo de nuestro lado y se aparecieron todos los grossos primero: Amina, Alessandro, Mamadou, Katie M....todos medio de una. Comprobamos juntos la teoría de Amina que mientras más al Este de Europa, más fría y medio tosca socialmente puede ser la gente (sí se que no hay que generalizar y Stana, la checa del año pasado a quien conocí por unos días, era una de las criaturas más dulces del planeta, pero bueh, si a usted no le gustan las generalizaciones, asumo que es la primera vez que lee este blog).

La venida de Kay acá le puso un tono de magia, así con brillitos de colores al frío invierno. Explícarselo sería largo, pero sepa usted que no escribí en todos estos día porque estando con ella no tuve un minuto para hacer este tipo de pausas, así de disfrutada estaba la vida. Espero entienda cuando le digo que ahora que ella ya está camino a Virginia Beach (tras mil y un percances, nuevamente), me siento un poco más solo. La marraqueta es menos crujiente, no sólo porque acá no hay marraquetas, sino porque Kay no está y uno que se siente con menos ganas de ir a un comedor a sentarse a hacer small talk cuando podría estar ella al frente para reírnos de todo y de todos...

Habrá detalles sobre su estadía más adelante. Le cuento que se iba ayer Domingo. La fui a dejar al aeropuerto de Albany y de vuelta me vine en taxi (con un viejo que le daba mil instrucciones a un taxista que, con Fuel de Metallica de fondo, pasó el resto del viaje quejándose de cuanto odiaba a los viejos...momento notable). Al rato suena mi teléfono y Kay me dice "Estoy en la puerta de tu casa". Era el momento de película que todo teleespectador estaba esperando con ella quedándose acá y diciéndome que se vendría a quedar conmigo siempre, que ya le enviarían todas sus cosas por correo y punto, fundido a negro y créditos con música romántica de fondo. Lamentablemente, eran los últimos coletazos de la nefasta tormenta. En todo caso, estamos en tratas y es tan pero tan probable que Kay se venga para acá en dos semanas más a pasar las últimas dos semanas de mi trimestre acá, antes de que nos vayamos a Florida juntos...???
La tormenta habrá sido nefasta, pero a ella tengo que agradecerle 1) que Kay se quedara más tiempo y 2) la bonita escenografía, Mariano Klos dixit





Espero mi lector perdone la fracturada temporalidad de este y mis futuros posts. Escribo cuando el estudio atrasado me deja.
Ps. "My Year of Meats" de Ruth Ozeki es un GRAN libro.

No hay comentarios: