martes, 15 de noviembre de 2011

Dos - Versos Satánicos

"To be born again," sang Gabriel Farishta tumbling from the heavens, "first you have to die".

Otra de esas verdades incontestables. Algo tiene que acabarse para que pueda empezar algo mejor en su lugar. O no necesariamente mejor, pero... ok, "distinto".

Por si esto no bastara la novela abre en medio de la caída estrepitosa de dos personajes despeñándose cielo abajo tras el accidente del avión que los llevaba. Y se queda ahí. Todo. El. Primer. Capítulo. Y es una delicia. Es un viejo truco narrativo: empezar a contar cuando el evento ya está en curso, dejar de contar antes de que termine. La mejor forma de no dar la hora (aplíquese a las fiestas también). Y qué mejor momento de ponerlo a prueba que durante una caída a toda velocidad.

Chispeante, cómica y veloz en formas que la tanto más laureada Midnight's Children no lo es, Satanic Verses sigue siendo mi novela favorita de Rushdie. Controversias islamistas aparte, está llena de destellos de elegancia que van formando la textura de una historia así, a chispazos en la oscuridad.

Llegó por amazon al departamento de Dr. Johow donde la escalera de caracol no nos dejaba subir los muebles grandes. La leí el último verano que vacacioné con mis padres, el último verano en el Sur. La leí a martillazos, a sesiones de lectura mientras todos los demás jugaban en la playa, levantando la vista para disertarle de Rushdie al amigo o familiar del familiar que llegara preguntando por lo que leía. Todos leían best-sellers, yo leía un best-seller de una década y media atrás nomás. Y pedazo de libro.


Porqué es la número 2: Los laterales tienen que ser rápidos, capaces de ir a apoyar arriba y contener el avance rival abajo. Satanic Verses tiene la ductilidad necesaria y, por sobre todo, el ingenio del lateral para, cuando nadie lo espera, lanzarse en una jugada arriesgada y genial que termina en gol. Como esa secuencia inicial. O como el  momento en que, como parte de los "milagros" en la novela, Inglaterra se empieza a convertir en un país tropical y, en medio de una larga enumeración, Rushdie dice que "sus jugadores de fútbol empezaron a tratar mejor la pelota". 'nuff said.

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