viernes, 25 de noviembre de 2011

Nocturnas de Cierre


Viernes en la noche. Trabajo en la soledad del departamento, bajo la sola luz de una lámpara de escritorio. Frente a mí, la ciudad matizada con mi propio reflejo a contraluz en el vidrio. Me hace falta un cigarro, un trago, y que la puerta se abra de pronto para que la rubia o colorina de rigor entre desmayándose. Ya no las hacen así, Phil Marlowe. Pero al menos Chet Baker canta "I fall in love too easily" de fondo.


Pausa. Ahora Ella le responde All too soon".

La razón por la que trabajo un viernes en la noche es porque la próxima semana vuelvo a ir a mi ciudad favorita. Han pasado tres años y medio, un poco más. La última vez fui como un hombre comprometido y volví como un hombre menos comprometido para volverme un hombre completamente no comprometido a los pocos días. A veces el universo opera así.

Todas estas coincidencias corren por vuestra propia imaginación.

Terminados esos once posts con mi equipo de primeras líneas y novelas, viene siendo hora de remozar este humilde espacio. La letra es muy grande, el diseño poco práctico. Voy a descolgar el Rothko y todavía no sé qué irá en su lugar. Pero vienen cambios.
El post 700 fue el primer "aniversario" que no celebré. A veces el contenido puede más que la forma. Pero menos de lo que usted cree.

En fin, vuelvo al trabajo y de ahí al sueño. Todo el propósito de este post es que usted escuche a Chet y a Ella. Ojalá de noche, ojalá con un buen vino en la mano. Ojalá en la mejor de las soledades o en la más deliciosa de las compañías. Que no son tan mutuamente excluyentes, tampoco.


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