martes, 22 de noviembre de 2011

Siete - El viaje del Explorador del Amanecer

There was a boy called Eustace Clarence Scrubb, and he almost deserved it


La mejor presentación en una línea, en la primera línea. (Sí, mejor que la de Lord Jim). Es más, estarán los que postulan que la línea es un cuento en sí. O al menos coquetea con ser medio limerick. En mi versión, cómo no, se llama Eustaquio. Eustaquio Scrubb y una nota al pie de página donde el traductor se esforzaba por explicarnos el juego de palabras. Yo tenía ocho años y me faltaban dos para empezar a aprender el idioma y unos cuatro para hacerme cargo del juego de palabras... el que repaso ahora, pese a saberme la línea de memoria, como pasándole una mano de pintura al significado (lo mismo me pasó con el Dark Side of the Moon, el primer disco con letras que tuve, y las primeras canciones que me supe de memoria en inglés sin tener tan claro qué significaban. Hasta el día de hoy cantarlas es sentir como la deliciosa ignorancia recibe un baño de sentido. Sí, un baño de CHOCOLATE de sentido). 

De niño me sentía bien identificado con el tal Eustaquio/Eustace. Más que nada porque él, como yo, andaba siempre solo y parecía gustarle, despreciando un poco al resto de la humanidad como mecanismo de defensa. Creo que quince páginas después de esa primera línea, Edmundo, su primo, lo trata de "pedante", presentándome esa palabra, tan útil, a mis ocho añitos. De adolescente y ya de adulto me vino a gustar/servir para explicar cosas/acomodar la metáfora de su transformación en dragón y aaah, el alivio de rascarse una piel para inevitablemente verla volver a crecer. La mejor imagen de los siete tomos de Narnia. Lo que no es poco decir.

Nunca he vuelto a leer las Crónicas en su idioma original. No me nace, no me sale, estoy demasiado encariñado con la traducción de mis primeros años. A veces pienso que sería, en efecto, como leerlas de nuevo como si fuera por vez primera y corro el riesgo de mirarlas con mis ojos de treinta años, más chicos y más críticos, incapaces de encontrar algo completamente bueno, incapaces de encontrar algo completamente malo. Es un riesgo que no quiero correr con Narnia. Intenté hace unos años, tengo que confesarlo, pero no llegué hasta la III (que fue la segunda de mi vida). Y esa edición completa ya no es parte de mi biblioteca, porque estaba conviviendo con mis libros, como yo convivía con su dueña.


Por qué es la número 7: En un esquema 4-3-3 el Siete es el puntero derecho. Habilidoso, veloz, dispuesto a centrar o encarar. Medio generoso, medio egoísta. Hmmm, como el protagonista principal de El Viaje del Explorador del Amanecer. Este libro va en ofensiva porque, como buen relato semi-infantil, prodiga imágenes y fantasías, todas las que pueden crear, pero que no son muy buenas defendiendo. Un buen libro infantil es un artefacto tan frágil. Y tan, o más, mucho más, poderoso que sus contrapartes que descansan en las secciones de "adultos".

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