miércoles, 16 de noviembre de 2011

Seis - El Extranjero

Mother died today.




Si hubiera sido "My mother died today" todo habría sido mejor. La frase me ha perseguido por años, como el comienzo de una película en blanco y negro, como un cortometraje compuesto de chillidos, como despertarse en medio de la noche con esa canción de Armenia dell soundtrack de Heat...


Se hacía un silencio en el disco y yo me desperté cayendo en la trampa de creer que ese segundo de silencio era la señal de que el disco había terminado hace horas. La falacia clásica del ser humano. Después vinieron los sonidos de taladro, los aullidos. La sensación de miedo en medio de la noche más segura. Un mareo general. Yo tenía dieciséis años y leíamos El Extranjero para nuestra clase de filosofía, de todas las clases.


Un compañero, que ya sabía que yo estaba con depresión me dijo años después que cuando nos tocó leer El Extranjero pensó que hacía me habría de sentir yo. Le sonreí, semihalagado, como todo aquél que se siente descubierto, mencionado y recordado en medio de un libro; y le saqué mi clásica historia sobre cómo Camus también era arquero y había postulado que jugando al arco pudo observar lo mejor de los seres humanos. Cuando insiste con la mención le digo que sí, que se sentía así un poco.


Mentira, nunca lo terminé de leer. Eran otros años




Por qué es número 6: De los volantes de corte, el 6 es el menos creativo, el más brutal. El que pega más y da pases cortos, con las nobles excepciones de los que han deslumbrado en el puesto. El Extranjero ni siquiera me dejó pasar a mí, en mis años más lentos. Pero la frase queda, aíslada, como los horrores del mundo.

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