La madre del cordero o El origen de la tragedia. |
El número 300 fue el primer fin de los fines. Volvía a Chile después de un año en Schenectady, NY (donde está la acción) y eran tiempos de cambio. Para el número cuatroscientos parece que estaba tan otro que festejar no estaba en los planes, o será que, habiendo tenido algún tipo de mención para el 150, era necesario saltarse una efeméride. El número quinientos fue el más final de los finales. Bajamos la cortina en un número aniversario y pensé que no escribía más. Pero la tentación de llegar al quinientos cincuenta y cinco era grande y, se sabe, la grafomanía es más fuerte. Tan fuerte que ese mismo fue el título del número quinientos cincuenta y cinco.
Entonces, ayer tuvimos una reunión del Cómite Creativo y nos hicimos LA pregunta. ¿Qué carajo vamos a hacer para el número 600? Una minúscula mano se levantó desde el fondo de la asamblea y dijo "Tengamos un [Autor] invitado". A lo que la concurrencia replicó "¿Pero quién? ¿Pero quién?".
SALMAN RUSHDIE!!! (durante el temblor)
Y claro, nuestras conversaciones con los editores del señor Rushdie no nos permitieron siquiera sacarle una foto estable, mucho menos tenerlo acá, pero lo intentamos. En la reunión de pauta de hoy, alguien sugirió que ese fuera el nuevo subtítulo del blog "LV55 - Fallamos, pero lo intentamos". Todavía lo estamos pensando. Pero hoy Rushdie nos dijo, medio haciendo eco de Chesterton:
"Si la futurología es la ciencia de algo, es la ciencia de estar errado sobre lo que va a pasar. Lo más común es que lo que está en el porvenir se parezca en nada a lo que creemos que viene. Y estos son, sin duda, tiempos oscuros; pero espero sorprenderme y uno debería, más que ser un optimista obcecado o un pesimista acérrimo, estar por lo menos dispuesto a sorprenderse. Y yo espero que el mundo me sorprenda. Ojalá lo antes posible".
Igual cuenta como nuestro [Autor] invitado ¿o no?
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