miércoles, 16 de diciembre de 2009

El Tiempo Pasa...

....y nos vamos poniendo technos. Luca Prodan a veces lo hace todo bien.

Y yo creo, ya lo sabe usted, en crecer, en asumirse inserto en un contexto temporal y dejar que este deposite sus sedimentos en uno, envejeciéndolo y enriqueciéndolo. Me empecé a dar cuenta hace unos años ya, cuando me dí cuenta que no me sentaba el concepto de placer culpable en la música. Eso de "es que esta me gusta para bailar no más, ¿ah? No me gusta-gusta" me chocó como cínico y cobarde. Me gusta toda la música que escucho y punto. No tiene nada malo, quoth Stereo 3.

Así y todo, siempre es una sorpresa encontrarse con algo que deja de gustarte, o que te gusta tanto menos ahora. Sobretodo cuando es un sentir profundo. Cuando tenía quince años pensaba que siempre iba a escuchar con gusto y deleite a los Beatles. Cuando tenía veinte también. Y a mis veintiocho me dan tanto la lata. Les tengo una remota apreciación estética pero poco y nada del cariño de antes (barring some exceptions, como Hey Bulldog, ese éxito tan poco sobreexpuesto).
Me pasa con la televisión también. Anoche, tras el episodio aquél de Californication me encontré sin mucha posibilidad de compartir plenamente mi experiencia. Como JM me había pasado el dato, le escribí para agradecerle y le escribí a Gonzalo para que lo viera ya. Veintiocho minutos más tarde tenía un correo de él agradeciéndome, porque así son los mejores amigos.

Ahí pensé que si hubiera sido la mitad de temporada de Heroes o algo así, habría tenido una legión de amigos o conocidos con quien compartir la experiencia. Y recordé el momento en que decidí no ver más Heroes. El punto en que sentí que los guionistas me estaban faltando el respeto y que no iba a gastar un minuto más de mi tiempo en una serie donde TODO podía ser explicado con un par de salidas argumentales malas, muy malas. i.e. A los universos paralelos y a los viajes en el tiempo hay que tratarlos con respeto.

Y en estas horas en las que el aire se agita con el aparato publicitario para Avatar, la nueva de Jim Cameron, me siento un poco como anoche, alejado de todo eso. Y es una película en CGI, de Sci-Fi, con todas las siglas correctas. Y me ha sorprendido descubrir que no me puede importar menos.

Puede ser porque no le veo nada de "el futuro de las películas" a una técnica que lleva años dando vueltas, o puede ser que la última película de Jim Cameron, por clásica que se haya vuelto y lugar de referente cultural que haya alcanzado ("but I thought the old lady dropped it into the ocean" me dice Britney) era bien mediocre. O que la última película de Jim Cameron que realmente me gustó tiene ya dieciocho años. O sencillamente que, con los años, las mismas cosas no tienen el mismo valor. La repetición de un fenómeno desgasta su valor, como cualquier persona que se haya visto en la necesidad de decir algo Realmente Impactante se habrá dado cuenta.

El tiempo pasa, y nos vamos poniendo technos. Como Radiohead, que en mi cabeza es el mejor grupo de la historia precisamente por haber evolucionado, curiosamente poniéndose techno a ratos. El tiempo pasa y hay ciertas cosas que no pasan la famosa prueba del tiempo. Otras se mantienen constante y es bueno visitarlas y revisitarlas con cierta frecuencia. Como la discografía completa de Oasis, que se siente como si fuera un sólo disco. Haga la prueba y hágase una mixed playlist con trece canciones de cualquier época del grupo ese. Y tendrá un disco perfectamente coherente.

Al final del día, que uno nunca sabe realmente como será, que ciertas cosas se desgasten naturalmente mientras otras queden no hace sino dejar un mayor sentido de apreciación por aquellas películas, bandas, canciones, y el largo etcétera de cosas que sí crecen contigo. Y el milagro que supone encontrar algo que se mantiene y resuena exactamente de la misma manera, a pesar de todo, siempre.

Afuera la ciudad se derrite, acá mi almuerzo se enfría, a medio camino. Hoy en la tarde escribo de porqué me tienen que aceptar en esas universidades. Antes voy a escribir otra cosa, eso sí. O escribir

y punto.

3 comentarios:

Jesusísima dijo...

ojalá los beatles me sigan gustando hasta los 64

LV dijo...

Yo espero llegar a los 64 en buena forma física. Haber conservado al menos uno de mis sombreros originales y tener varios más. También un bastón y harta sabiduría. Estar solo o tener una familia de a dos o de a más.

Así, con todas estas condiciones podré acercame a quienquiera que me ponga ESA canción y molerlo a palos con mi bastón, tan lindo, con un rellendo de plomo y todo.

Y claro tú vas a tener 57. Ni siquiera la mitad de tu vida.

Jesusísima dijo...

:)