Fue un año de muchas derrotas, en retrospectiva, y eso me hace atesorarlo y quererlo más que a otros años. La inmensa mayoría de las derrotas fueron más bien devastadoras y buena parte de las victorias fueron pírricas. Así, pude conocer más de mis límites y expandirlos en formas que un buen año no me habría dejado. Eso es lo más satisfactorio de todo. Satisfactorio así como un pan crocante y recién horneado, expediendo un vaporcito suave de entre cada mascada.
El más grande de los triunfos.
Ahora mismo, me tomo un descanso. La ODP de anoche me tuvo en pie hasta el amanecer y más allá. Ese fue el auténtico fin de mi año. Todos, pero es que todos los detalles más adelante. Mañana, sin falta.
Hoy descanso, disfruto de empezar el año no desde el uno, sino desde el cero.
La última del año la trae Marvin. Me la encontré en un Potbelly (mejores sandwiches en masa de DC hasta el momento) poco antes de partir mi periplo fuera del tiempo. Más que adhoc para los días que se fueron y, espero, más aún para los que están por venir.
(feliz año nuevo, mi querido lector)
(gracias por leer)
(siempre)
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